[⭐];; Capitulo XX

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Fragmento 20: Honduras

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¿Saben cuántas veces escuche a lo largo de mi vida que lo que hacía estaba mal?

Más de las que me gustaría admitir, a decir verdad.

Jamás quise hacer daño a nadie, solo quería hacer las cosas lo mejor que podía, pero cada vez que lo intentaba algo salía mal, no sé por qué, ni cuándo o como se fue todo mi esfuerzo al caño, pero me habría gustado que aquel tratado no se llevara a cabo. Yo habría deseado que tantas cosas hubiesen cambiado, habría deseado que mi prometido hubiera llegado al altar, había deseado que mi presidente no hubiera dado a conocer el tratado en medio que no debía y habría deseado, más recientemente, no haber aceptado aquel trato con ONU.

Al final de cuentas no hay forma de cambiar el pasado.

Tuve problemas con mis hermanos y demás por un mal tratado que hice, me daría mucha inversión, pero dejaría en malas manos ciertas fronteras que no debía. Lo siento Perú, jamás fue mi intención que tu gente saliera herida, jamás habría permitido que aquel cargamento ilegal pasara, pero el tratado había comenzado y yo no estaba al tanto de esto.

Creo que me desvié un poco del tema, el día de la catástrofe yo estaba en mi casa, Guatemala, panamá, Nicaragua, el salvador y yo pasábamos los fines de semana en las residencias que teníamos en alguno de nuestros países para compartir un buen rato, pero aquella vez había decidido no ir, ya que que las cosas entre nosotros se habían puesto un tanto tensas por cierta discusión que tuvimos hace unas semanas, por lo que preferí quedarme aquí, en mi bello Honduras.

Era media tarde cuando recibí una llamada de un numero extraño, no conteste y lo deje pasar, pues tampoco quería terminar cortándome un dedo mientras picaba la cebolla que tenía entre mis manos.

El teléfono volvió a sonar minutos después, vi el número de Guatemala y me acerqué a contestar limpiando mis manos con un trapito. Justo en ese momento escuche que un par de guardias pasaban frente a mi puerta, no le preste atención.

—¿Hola, Guatemala? — Pregunto en un tono curioso, del otro lado escuche como Guatemala cerraba una puerta.

—Hey, Hondu, eh... Tome prestado tu depa anoche, espero no te importe. — Hablo tranquilo y yo asentí con la cabeza levemente.

—No hay problema, solo cierra todo bien, por favor. — Respondí alegremente, me encantaba hablar con Guatemala, siempre tenía temas de conversación y la forma en la que hablaba me encantaba.

—Sí, claro eh... Oye, deberías tomar mi avión y salir de allí... Quiero decir. — Un golpe sordo le interrumpió, yo me quede esperando a que continuara, pero tardo unos 10 segundos en volver a hablar. — Hondu, te enviare mi avión, sube a el y no hagas preguntas ¿okey? Vete, no hables con nadie y no pierdas tiempo.

—Guatemala ¿Qué dices? — Sonreí divertida, no entendía a que se refería y solo me daba gracia la manera en que lo decía, su tono era demasiado serio y se me hacía extraño escucharlo así.

—Hondu, sube a mi maldito avión y vete, cuídate mucho, nos vemos. — Creo que estaba por cortar la llamada cuando otro golpe se escuchó, deje mi teléfono pegado a mi oído escuchando el sonido vacío del otro lado, sin embargo, Guatemala volvió a hablar antes de cortar abruptamente la llamada. — Cuídalos, te quiero.

La llamada se cortó de golpe y mire mi celular para ver si era correcto lo que estaba pasando, iba a llamar de nuevo a Guatemala, pero me mando directamente al buzón de voz, alguien llamo a la puerta y me acerque a abrir la puerta.

❥︎ 𝐍𝐨 𝐂𝐨𝐧𝐟𝐢𝐞𝐬 𝐄𝐧 𝐍𝐚𝐝𝐢𝐞 | «Countryhumans»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora