Kira nunca fue una persona que pudiera mantener sus sentimientos controlados. Eligió las peores maneras para mantener su paz mental, si es que eso era lo que estaba haciendo.
ᵖʳᵒʰⁱᵇⁱᵈᵃ ˡᵃ ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒ́ⁿ ᵒ ᶜᵒᵖⁱᵃ ᵖᵃʳᶜⁱᵃˡ ʸ ᵗᵒᵗᵃˡ ᵈᵉ ᵉˢᵗᵃ ʰⁱˢᵗᵒʳⁱᵃ
ʟᴏs ᴘᴇʀs...
Nos quedamos quietas en el lugar mientras Momo mordía sus uñas, nerviosa.
—Hey —detuve su mal hábito—, te puedes lastimar, deja de hacer eso.
Suspiró —Perdón, es que no sé como comenzar.
—¿Por el principio, tal vez...?
Sonó un grillo.
Bueno, no era hora de bromear.
Volvió a suspirar para relajarse —Yo... me siento muy mal por como te traté la otra vez —Pequeñas lágrimas asomaban en sus ojos, odiaba cuando la gente lloraba, más si era mi culpa.
¿Era mi culpa?
—Quería decirte que lo siento muchísimo y por favor perdóname —Su voz agudizandose al final de la oración mostraban la fuerza que hacía para hablar y no llorar en el intento.
Tomé mi bolso y saqué un paquete de pañuelos del bolsillo.
—Ten. No llores, está todo bien —Me acerqué para abrazarla, yo era un poco más baja que ella así que era incómodo dada la posición, pero aún así no me moví. Sus brazos temblaban alrededor mío.
—¿En serio? Porque fui tan mala. Seguro necesitabas que alguien te ayude, todos estaban hablando de ti y debió ser asfixiante...
—Está bien, gracias por venir a hablar conmigo.
Es verdad que no me habia gustado para nada lo que había dicho y me decepcionó un poco el que ella sea mujer y haya actuado así. Pero Momo no era de las que pedían perdón de esta manera si realmente no lo sentía y la culpa de saber que tal vez se estuvo atormentando con esto por algunos días me mataba. Jamás odié a Momo y no podía permitir que estuviera mal por cosas sin tanta importancia como esta. —¿Podemos ser amigas? —La voz de la mayor se ahogaba en mi camisa.
—Me gusta esa idea.
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