The Painter. -Kookv [+18]

VIII

〰🔺Una rosa roja,
manchada en azul🔻〰

Jeon Jungkook estaba enfrente de su enorme ventana, contemplando la nevada. Se sentía perdido en la inmensidad de los colores blanco y azul.

Su posición despreocupada le daba un toque elegante y hacía lucir mejor su exquisita anatomía. Su rostro, apoyado en la palma de su mano, aplastaba ligeramente su mejilla derecha, por lo que sus labios lucían más abultados e hinchados, al igual que sus ojos, los cuales hace poco fueron abiertos por la luz del día. Era domingo, por lo que no tenía de qué preocuparse por vestir una camisa o un par de pantalones. Hasta ahora, los boxers que llevaba eran suficientes para no estar completamente desnudo. En la parte trasera de su hombro se podía ver la tinta negra que formaba una rosa roja. Sus pétalos eran grandes y llamativos; aunque llevaba manchas en ella, no le quitaban lo llamativa que era. El toque único que más le gustaba a Jeon era que las manchas eran azules, además de las largas y puntiagudas espinas que lucían por todos lados del tallo.

Nunca le gustaron los colores pálidos; prefería los candentes. En su perspectiva, eran mucho mejores si eran plasmados en una pintura.

La iluminación de la nieve tras su ventana de persianas abiertas hacía que su piel pálida resaltara más, y sus labios parecían más rojos. Su cabello estaba despeinado, cubriendo su frente en algunos ondulados mechones negros que casi llegaban a sus ojos.

De pronto, un recuerdo llegó a él. Observando el blanco de la nieve, no pudo evitar regocijarse en el excitante recuerdo de hace un año, e inmediatamente una sonrisa torcida apareció en su rostro.

Era un recuerdo viejo, casi como un sueño lúcido para él. Fue testigo de cómo la pureza de la nieve era manchada por su propio pecado mortal. Al pensar en aquello, una risita salió de él. Ahora, en el lugar donde había llevado a cabo su cometido, no había más que rosas rojas, empapadas y un poco marchitas debido a la nieve, pero aún así sus espinas seguían siendo puntiagudas y brillantes.

Esas rosas le hacían recordar nuevamente ese momento; incluso aún podía sentir las sensaciones de aquella ocasión. Sentir su corazón acelerado, mientras su estómago se retorcía de emoción, eran sin duda las sensaciones que a Kim más le gustaba experimentar.

Perezosamente, se pasó una mano por su majestuoso cabello, aunque no sirvió de mucho, pues a los segundos estaba nuevamente sobre su frente. Varias situaciones pasaban por su mente, y una de ellas, la más importante, era el encontrar a sus padres. Definitivamente no podía permitirse pensar en otros temas que no fueran este. Parecía jodidamente tranquilo, pero en realidad estaba viendo las posibilidades desde todos los ángulos posibles.

No se permitiría ni un solo error; eso no existía en el vocabulario de Jeon Jungkook.

De manera distraída, sus piernas se descruzaron y se extendieron cómodamente en el sofá. De inmediato, su mano fue hacia sus labios, acariciándolos continuamente, mientras sus cejas se fruncían y su penetrante mirada se perdía por alguna parte de la enorme habitación.

Necesitaba un plan lo suficientemente bueno para lograrlo al primer intento; de lo contrario, sus padres tendrían aún más seguridad de la que tienen ahora.

Al otro lado de la habitación, a espaldas de Jungkook, unos pequeños pasos inseguros retumbaron por toda la habitación e inmediatamente captaron la atención de Jeon.

Cuando giró la cabeza, una pequeña figura estaba asomando la cabeza por la enorme puerta de madera. Jungkook alzó una ceja, a lo que el joven le respondió con un fuerte sonrojo en sus mejillas.

No había pasado nada entre ellos; simplemente Jungkook había invitado "cordialmente" al pobre chico para que no se congelara en medio de una tormenta de nieve.

Al principio, Jungkook habría mandado al joven a su casa en cuanto la nieve parara, pero minutos antes de que esto sucediera, el chico se había quedado profundamente dormido en el sofá de la sala, a lo que Jeon no le dio importancia y se fue a su habitación a dormir.

En este momento, el joven se acercó al sofá donde Jeon estaba tirado, y cuando sus ojos lo observaron, su sonrojo se hizo aún más intenso. De inmediato, comenzó a tartamudear.

—Y-yo lamento las molestias, am... me voy enseguida —dijo, todo con la cabeza agachada mientras trataba de pensar en otras cosas.

—Está bien, la puerta está en aquella dirección —dijo Jeon, apuntando hacia la salida. Su voz salió despectiva y fría.

Aun así, el joven no prestó atención y salió de aquella casa rápidamente.

〰🔺🔻〰

[Talves ustedes no lo saben, pero ay spoiler en este capitulo...😏

Oh! ahora los capítulos con violencia, llevarán advertencia al principio del cap...

Hasta aqui mi reporte Joaquín, nos vemos en el próximo cap.🎤]