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La niebla de aquella tormenta de nieve le impedía mirar cómodamente el panorama de afuera, pero por suerte no era un impedimento total.

En la blanca nieve del suelo había rastros de sangre no muy visibles debido a la nueva capa de nieve que caía.

Sin perder más tiempo, siguió el rastro de sangre, que lo llevó a la entrada de su casa, por la puerta trasera, la cual se encontraba abierta.

Jeon sabía que la chica no podría haber llegado muy lejos, ya que su cuerpo aún se encontraba entumecido. Por mucho que hubiera tomado el abrigo de Jungkook, no le ayudaría mucho.

Pensando en ello, Jungkook aceleró el paso, encontrando en la acera de su casa rastros de sangre más notables.

Aunque su cólera seguía elevada, no pudo evitar soltar una risa silenciosa.

Con pasos sigilosos se acercó a la biblioteca, de donde provenía un leve sonido.

En la biblioteca, la joven estaba buscando un lugar seguro para esconderse.

Se dirigió por un pasillo estrecho cerca de la puerta de la biblioteca. Ni siquiera se percató de que su muñeca sangraba hasta que, al avanzar lentamente hacia un muro lleno de libros, pisó la sangre líquida que salía de su muñeca.

Se maldijo mentalmente al darse cuenta del rastro de sangre que había dejado. Con las manos temblorosas, sujetó su muñeca contra el abrigo para detener el sangrado.

Sus pasos eran lentos y temblorosos, sintiendo que en cualquier momento colapsaría. Su cuerpo aún seguía entumecido, y por más que quería avanzar más rápido, no se le permitía mucho.

Hubo un momento en que el ambiente se volvió más pesado.

Desde la puerta, unos ligeros sonidos huecos de zapatos retumbaron en sus oídos y su corazón comenzó a acelerarse. Inconscientemente apretó más la manga del abrigo en su muñeca, en la cual se pintó una gran mancha roja.

Cuando los pasos se escucharon más cerca de la puerta, ella inmediatamente corrió hacia ella para cerrarla.

Afortunadamente, Jeon no estaba demasiado cerca como para detener su cometido, así que ella logró lanzarse hacia la puerta y cerrarla rápidamente.

Después de cerrarla, un gran ruido provino del otro lado, haciendo que la puerta temblara por el golpe de Jeon. Por la sorpresa, ella lo único que pudo hacer fue gritar mientras Jungkook seguía golpeando la puerta desde el otro lado.

Su respiración era errática y sus manos más temblorosas. Pero definitivamente esto no era un impedimento para seguir intentando escapar.

Desesperadamente buscó con la mirada alguna salida efectiva, avanzando silenciosamente hacia el gran corredor de repisas llenas de libros, que más bien parecía un laberinto.

Jungkook, desde el otro lado, estaba con la cara roja de coraje. Sus nudillos estaban abiertos y una gran cantidad de sangre corría de ellos, pues en ningún momento dejó de golpear la puerta o lanzar su cuerpo contra ella, esperando algo positivo.

Finalmente, al pensarlo mejor, se dirigió a la chimenea de la sala de estar, donde encontró una barra delgada que podría usar.

Inmediatamente se lanzó contra la puerta nuevamente, antes de que la joven encontrara las ventanas de aquella habitación.

Colocó la barra en una de las chapas de la puerta, logrando que se abriera al estirar de esta.

La pelinegra, al escuchar aquel ruido, giró en un movimiento brusco pero sordo. Jeon no se dio cuenta de dónde se encontraba la joven.

The Painter. -Kookv [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora