VII

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〰🔺Misteriosamente
adorable🔻〰

—¿Puedo sentarme? —La voz gruesa de Jeon lo sorprendió, haciendo que girara su rostro bruscamente.

Había comenzado a nevar otra vez, y algunos copos de nieve se colaban en su abrigo, tocando la piel que la camisa no cubría. Su cabello oscuro, con disimulados reflejos azules, llevaba una gran cantidad de nieve, al igual que sus pestañas, y cada vez hacía más frío.

Incluso el joven temblaba aún más, si es que eso era posible, y sus largas pestañas negras estaban adornadas con pequeños copitos de nieve. Sus labios, que anteriormente eran rosados, ahora se encontraban en un tono más oscuro. Sus ojos brillantes por el reciente llanto permitían a Jeon ver su reflejo a través de ellos, y un pequeño espasmo en su estómago lo removió incómodo.

El chico, a la anterior pregunta de Jeon, respondió con un leve asentimiento de cabeza y a los segundos volvió su rostro a la zona de arbustos secos cubiertos de nieve que se encontraban frente a él.

Jeon, con movimientos lentos, se acomodó a un costado de él y contempló el mismo panorama. Aunque aún siguiera frustrado, charlar con alguien podría ayudar en algo.

—¿No se supone que deberías estar celebrando Navidad con tu familia? —Miró su perfil. Su cara aniñada hizo que un terrible escalofrío le recorriera la columna vertebral. El chico solo agachó la mirada y se notaba que estaba aguantando el llanto. En el momento en que apretó más la tela entre sus dedos, levantó un poco la cabeza y un gran suspiro se esparció en el aire.

—¿No debería preguntarte lo mismo? —Su voz sonaba más temblorosa y quebrada que antes. Al notarlo, hizo un sonido de garganta tratando de aclararla.

—No tengo a alguien con quien pasar este día.

A pesar de que a muchos les habría causado nostalgia, Jeon estaba tranquilo. Soltó una leve risita sin una pizca de gracia a propósito y peinó su cabello hacia atrás. Los copitos que anteriormente estaban ahí se hicieron líquidos al instante en que el calor de sus manos hizo contacto con ellos.

—¿Tu familia no vive aquí? —Miró a Jungkook a través de sus largas pestañas que ya casi eran blancas por la nieve y sus ojos quedaron embobados con los contrarios.

—Mis padres se fueron cuando tenía nueve años. Me dejaron a cargo de mi tía, la cual murió cuando tenía quince años. —Su vista estaba al frente, y aunque no lo demostró, una gran ira se instaló en sus venas. Sacar el tema de sus padres hizo recordar todo lo de hace unas horas.

—Oh... Ni siquiera preguntaré por esposa o hijos. —Cada vez su voz era más débil, pero aquello no pareció siquiera afectarle. La duda atacó a Jungkook, quien se quedó viéndolo intrigado, examinándolo completamente. Con una ceja alzada, miró la vista perdida del muchacho. Sus pestañas entumecidas aún se movían un poco al compás del viento. De su boca ya no salía tanto vapor como antes; sin embargo, de la de Jungkook sí.

Con una pequeña risa, Jungkook lo recorrió de pies a cabeza.

—Vaya, la mayoría de las personas siempre se disculpan por eso.

—Una persona que abandona a su hijo no creo que merezca aprecio por parte de él, como para considerarlo una pérdida. Más bien es una ganancia. —Su rostro, que ahora estaba siendo cubierto por sus brazos, se giró levemente hacia el rostro de Jeon—. En cuanto a tu tía, es una lástima que ya no esté aquí.

Sus cabellos castaños estaban casi sin brillo y las hebras tiesas debido a la nieve que mojó y se secó en él. De igual manera, Jungkook no pudo pasar desapercibido el vibrar del cuerpo del joven y decidió invitarlo a un local cercano donde vendían donas y cafés de no tan buena calidad, pero estaba abierto todo el tiempo y era atendido por un viejo cascarrabias. Literalmente el lugar era recompensado por estar abierto siempre.

Dentro de éste, el cabello del joven estaba húmedo y despeinado. Sus labios, que estaban casi morados, ahora tenían un color cereza llamativo y sus mejillas ya no eran tan pálidas. Jungkook podía ver su cara aunque este estuviera prácticamente escondiéndola de la atenta y penetrante mirada de Jeon. Si Jeon no fuera demasiado observador, sería tarea fácil para el chico mantener la frente en alto. Hasta el momento, la mantendría abajo hasta que la nieve parara.

〰💜〰

Espero que les guste.
Y aún no viene lo bueno.
Hasta el próximo cap.

Adiós ~

The Painter. -Kookv [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora