The Painter. -Kookv [+18]

XXVI

Jungkook se encontraba limpiando sus manos con algo de dificultad debido a que la sangre ya estaba casi seca. Decidieron parar en el baño de una gasolinera antes de emprender camino hacia Busan, pues aún Taehyung se encontraba nervioso y con algunas manchas de sangre en su cara. Jungkook lo podía mirar a través del espejo, callado, lo miraba atentamente esperando cualquier palabra o acción de parte del pelinegro.

Fue hasta que hicieron contacto visual que el menor agachó su cabeza queriendo apartar su mirada. No quería alterar o incomodar a Jungkook, pues no estaba seguro de cómo reaccionaría este; últimamente era muy explosivo y a estas alturas lo mejor era estar callado.

—Ven aquí —habló el mayor suavemente, tomando de la mano a Taehyung para acercarlo hasta él y, sorprendiéndolo, lo tomó por la cintura alzándolo hasta colocarlo sobre el lavamanos. Taehyung no dijo nada, pero el sentimiento en su estómago y pecho cuando Jungkook tomó algo de agua con sus manos y, siendo cuidadoso de no mojar su ropa, limpió el rostro de Taehyung donde se encontraba la sangre seca, fue simplemente lindo.

Cuando terminó de limpiarlo, Jungkook lo miró por un par de segundos antes de reír. No era una sonrisa cariñosa o divertida, era más bien una sonrisa incrédula. Apenas le había caído en la idea de todo lo relacionado a Lee, y verdaderamente era algo que no se esperaba, al menos no tan pronto.

Taehyung lo miró confundido y, aunque el mayor parecía mirarlo, su mirada se encontraba perdida.

—¿Estás bien? —Taehyung conocía esa mirada y verdaderamente temía por lo que haría después. Pero curiosamente, la pregunta sacó al pelinegro de su mente y negó con total tranquilidad aparentemente.

—No, parece que asesiné a la hija y la hermana de Lee. Me acusó con la policía y resulta que su secretaria tiene los videos de la noche que asesiné a Junsoon, y estoy seguro de que esos videos ya se encuentran en la comisaría —dijo en un tono de voz algo bajo y acomodó detrás de la oreja un cabello que se encontraba sobre la mejilla de Taehyung, poniéndolo detrás de su oreja—. Ahora solo tenemos que salir de Seúl antes de que salga en las noticias, y créeme que será pronto.

A Taehyung le sorprendió la tranquilidad en su tono de voz, pero su verdadera pregunta era sobre las chicas de las que Jungkook hablaba.

—Y... ¿a ellas por qué las asesinaste? —preguntó un tanto atento a las reacciones del pelinegro, no quería hacerlo enojar.

—Eran unas putas, no tengo que tener más razones para hacerlo —contestó simplemente bajando a Taehyung del lavamanos, y lamentablemente la respuesta lo decepcionó. Al notar la mirada cabizbaja del menor, el pelinegro se corrigió—. Quiero decir, no era nada en contra de ellas, pero descubrieron mis pinturas y no podía dejar testigos. Hasta ahora solo puedo confiar en ti.

Jungkook tomó su mano con cuidado y Taehyung asintió un poco orgulloso, pues el pelinegro confiaba en él. Aun así, aunque la respuesta del pelinegro no fuera la mejor de todas ni tampoco la más coherente, no pudo evitar sentir un poco de felicidad ante la declaración.

—Entonces, ¿qué haremos? —preguntó el menor, pues temía que si se quedaban más tiempo en Seúl podrían ser capturados y él aún quería permanecer con Jungkook un largo tiempo más, y no precisamente en prisión.

—Por ahora conducirás tú hasta Chongju mientras yo voy escondido en la parte de atrás. Es más o menos una hora, no será mucho. Yo te diré dónde parar y entonces yo continuaré el viaje —terminó de explicar, poniendo una mano alrededor de la cintura del castaño, dando suaves caricias que sabía que a Taehyung lo ponían un tanto tímido, pero era lo que necesitaba para que Taehyung accediera sin dar tantas vueltas al asunto.

Taehyung aceptó sin quejas y entonces Jungkook lo volvió a besar, siendo un beso aún más profundo que el anterior, pues no se verían en una hora y tal vez era una exageración, pero si por alguna razón eran capturados, por lo menos lo último que hizo fue besar los bonitos labios de aquel castaño.