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                                                              〰🔺¿Estás listo?🔻〰

La extraña sensación en el cuerpo del pelinegro al ver al castaño era inusual; al mirar su débil y dócil anatomía, un raro imán de ira se acercaba a él como si fuera una bolsa de boxeo.

Para Jungkook era un gran alivio tener a Taehyung cerca, pues no había mejor manera de desahogar su frustración que en el delicado cuerpo del castaño, el cual era perfecto para ser marcado por sus poderosas manos. Siempre encontraría una excusa para justificar el abuso.

"Tu cuerpo luce jodidamente bien con esas marcas."

"No hay gesto más romántico que demostrarme tu inmenso amor hacia mí dándome tu cuerpo."

"Jamás he conocido a alguien tan hermoso y perfecto como tú."

Y, aunque pareciera una locura, Jungkook no mentía del todo. Las marcas en el cuerpo de Taehyung le parecían enfermamente atractivas, una mezcla de placer y lástima, lujuria y ternura. A veces, eran un alivio. Un recordatorio de que tenía el control y el poder absoluto sobre Taehyung.

Le gustaba la sensación en sus manos al acariciar con delicadeza la piel de Taehyung y sentir una fina cicatriz en ella, los bultos que se formaban al causar un hematoma, y lo frágil que se volvía el castaño ante esas cosas, lo pequeño que se veía ante él.

Eso enloquecía a Jungkook.

Por eso, en el momento en que el castaño entró en la habitación que compartían, sintió cómo los vellos de su nuca se erizaban ante la penetrante mirada de Jungkook.

El castaño fue recibido en aquella habitación por la amenazante figura de Jungkook. Las comisuras de sus labios rojos se alzaron en una espeluznante sonrisa que parecía no tener razón de ser, como si frente a él hubiera algo realmente divertido, algo de lo que valía la pena reír. Jungkook lo veía como si fuera un chiste.

Algo estaba a punto de suceder...

El castaño pudo sentirlo en el momento en que Jungkook se levantó del sofá con pasos pausados y sigilosos, como un gato.

La simple acción de ver al pelinegro levantarse de su silla le provocó una extraña sensación de claustrofobia, aunque la puerta estaba completamente abierta detrás de él. Pero no saldría; Jungkook no toleraba ese tipo de actitudes.

Lo miró atentamente mientras se acercaba, esperando algún movimiento amenazante, pero lo único que realmente recibió fue la cálida mano del pelinegro sobre su barbilla. Jungkook lo miró fijamente, sin decir nada, sin hacer nada, solo observándolo como si en los ojos de Taehyung hubiera algún mensaje importante que debía leer.

Luego, de sus labios surgió una sonrisa, y como todas las demás, esta no era tierna ni amorosa. Era burlesca, una sonrisa que dejaba a Taehyung sin ideas, en blanco, mirando...

¿Qué razón tenía esa sonrisa?

Antes de que pudiera averiguarlo, su rostro fue atraído hacia el de Jungkook, estampando sus labios con los de él de manera rápida y algo brusca. No fue una sorpresa para Taehyung, ya que Jungkook solía hacer eso, pero aún así, ese extraño cosquilleo en su estómago seguía apareciendo ante el mínimo movimiento del más grande.

Esto era frustrante para el castaño, pero no tenía el valor suficiente para decir o hacer algo al respecto.

Así que le correspondió torpe y aceleradamente, casi ansioso por el toque.

—Esto está a punto de comenzar —le avisó el mayor una vez que sus labios se separaron.

Taehyung no sabía con exactitud a qué se refería, pero en su interior no quería saberlo. No cuando los grandes dientes de Jungkook se asomaban por la extraña sonrisa que había formado.

Taehyung lo miró con más atención, tratando de leer sus facciones, pero no importaba cuánto lo intentara; Jungkook era la persona más difícil de leer que había conocido. Tal vez porque era la primera vez que convivía con alguien así. Realmente no era muy sociable; nunca lo había sido.

No importaba lo que dijera o si protestaba, Jungkook siempre lo tendría a la correa de su mano. No había nada más que hacer.

Así que lo besó, comenzando esta vez Taehyung, un beso ansioso en el que había mordidas y heridas de por medio. Taehyung no sabía si lo que quería era que Jungkook se olvidara de esa sonrisa o, peor aún, recordarle el poder que tenía sobre él.

—Te diré esto una primera y última vez, Taehyung. Cuando todo esto termine, terminaré contigo. —Su voz era suave, grave y pausada, un sonido que envolvía los oídos del castaño, casi aturdiéndolo—. Lo diré ahora, para que no te tome por sorpresa. Algún día lo sabrías, y qué mejor día que hoy.

Taehyung ni siquiera pudo procesar la información. La presencia de Jungkook lo atontaba terriblemente, y no podía evitarlo.

¿El qué?

Sí, lo sabía. Dentro de él era imposible que una relación así funcionara.

Más aún cuando Taehyung sabía de antemano que no era un masoquista de mierda.

Su cólera aumentaba al ver las marcas en su cuerpo después de que Jungkook terminaba con sus extraños juegos sexuales. No le parecían justas, pero cuando intentaba quejarse, su boca se sellaba. Sabía que los abusos debían terminar, pero simplemente no tenía la fuerza ni el coraje para hacerlo...

Malditamente frustrante.

Por eso, al escuchar las palabras de Jungkook, sintió ira, miedo, tristeza e impotencia, porque no importaba cuánto hiciera por el más grande, nunca estaría satisfecho. Y saber que la única forma en que Taehyung se alejaría de él sería muerto... asesinado por su "amo"... era una mierda.

—No me importa —fue lo que dijo al mirar las enormes órbitas negras que lo observaban con atención.

Lo último que le importaba era morir; había tantas cosas jodidas en el mundo que... morir parecía fácil.

Aunque aún no lo quería hacer, no tenía las agallas de decir lo contrario, porque, ¿cambiaría algo?

No.







Perdón por la demora, gente bonita. He estado ocupada. Hace meses he tenido un bloqueo creativo, por lo que decidí tomarme un tiempo, y creo que ahora estoy mejor. Espero que este capítulo sea de su agrado, porque personalmente me gusta el rumbo que está tomando la historia.

Tengan en cuenta que habrá más desarrollo del personaje de Taehyung.

Espero que les guste. Besos.

The Painter. -Kookv [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora