𝐉𝐔𝐒𝐓𝐈𝐅𝐈𝐄𝐃 || JADON SANCHO ||

02

Días después...

— Listo Caro, ya esto es demasiado, son las cinco de la tarde y no te has levantado de la cama — Mi mejor amiga entra a mi habitación y abre las cortinas de mi recámara dejando que los rayos del sol entren e iluminen la habitación oscura.

— Mmmm — Me quejé — Less no quiero...

— Caro, de verdad me preocupas, tiene tres días que no sales de esta habitación y ese pretexto que estás enferma en el trabajo no me lo aceptarán un día más.

— Ya te lo dije, no tengo ganas de salir de esta habitación.

— Jadon estuvo aquí... — Dijo y la miré asustada — Sí, estuvo tocando el timbre del departamento por una hora hasta que llegué hace unos minutos y le dije que ya no vivías aquí.

— Estuvo aquí tocando el timbre...

— Si, pero eso no importa. Jadon es un estúpido, un idiota que no supo valorarte Caro.

Las lágrimas inundan mis ojos y me echo a llorar, Less de inmediato me abraza y acaricia mi espalda dulcemente.

— Ya Caro, tranquila — Dice — Él no vale la pena, es un puto infiel que no supo valorarte.

— Yo lo amaba o mejor dicho lo amo, lo amo mucho Less y no puedo olvidarlo, he pensado en responder sus llamadas, mensajes o ir a buscarlo a su casa...

— ¡Hey no! No, no. Caro eso no, Jadon te engaño y con una tipa que conoció en ese club nocturno, tu misma lo viste y un engaño no tiene justificación.

No dije nada más y, continúe llorando, imaginé que conforme pasaba el tiempo iba a superar el engaño de Jadon, pero no, esa imagen de él besando a esa chica aparece en mi mente siempre y eso rompe mi corazón cada vez más.

Less, es mi mejor amiga desde los diez años, somos inseparables hasta trabajamos en el mismo lugar, hasta a ese nivel llega nuestra amistad.

Ella siempre ha estado ahí apoyándome, y yo también lo he hecho. Y está no es una excepción.

Less logro convencerme en salir a pasear por la ciudad, tal vez eso ayude un poco a olvidarme de todo. Así que me levanté de la cama y me cambié de ropa por algo cómodo y que me cubra del frío que últimamente ha hecho.

Tomo mi bolso y me detengo al escuchar el ruido de mi teléfono, lo miro y leo el nombre de Jadon en ella.

Es él, otra vez me está llamando.

Mi corazón se acelera y las lágrimas se acumulan, en un momento de impulso le contesto la llamada.

— Caro, mi amor, pequeña... — Escucho su voz de sorpresa, tal vez no creyó que le contestará la llamada — Mi amor, por favor te he buscado estos días, necesitamos hablar... tengo que explicarte... yo te amo solamente a ti.

Un sollozo se me escapa y me dejo caer al suelo.

— No, mi Caro, preciosa mía, no llores, no me gusta escucharte así... por favor perdóname...

— No lo sé, Jadon... — Tartamudeo.

— Por favor amorcito... te necesito en mi vida, soy un estúpido, perdóname...

— Me dolió lo que hiciste Jadon, me prometiste que cambiarías, dejarías de meterte con cualquier chica... pero no lo hiciste, me fallaste.

— Y no sabes lo arrepentido que estoy, te pido que nos veamos, y te explico todo.

¿Le doy la oportunidad otra vez?

— Sí...

— ¿Si? ¿Caro de verdad?

— Si — Repito — En el parque que está cerca de mi casa...

— Ya mismo voy Caro, me haces muy feliz...

Sonrío levemente.

Probablemente, Less me mate si se entera de que accedí a verme con Jadon, pero lo amo demasiado, sé convirtió en una persona importante en mi vida.

Le pongo de pretexto a Less que quede en verme con mis padres, salgo del edificio donde está mi departamento y caminó por unos minutos hasta el parque donde queda en verme con él.

Cruzo la calle y lo veo ahí parado buscando algo o a alguien con la mirada.

Es en ese momento que nuestras miradas se conectan y sin pensarlo dos veces corro hacia él y lo abrazo. Lo abrazo como si no hubiera mañana.

— Perdóname pequeña — Murmura y hace que lo miré — Te prometo que no lo volveré hacer.

Después de eso une nuestros labios en un beso.

— No lo vuelvas hacer Jadon, por favor... — Algunas lágrimas caen sobre mis mejillas.

— Lo prometo, amor mío, no hay nada más valioso que tú en mi vida... — Menciona limpiando las lágrimas de mis mejillas y juntó nuestras frentes — No te quiero perder...