𝐉𝐔𝐒𝐓𝐈𝐅𝐈𝐄𝐃 || JADON SANCHO ||

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— Jadon espera...

El jugador del Borussia Dortmund con rabia mira a su novia que tenía varias lágrimas en las mejillas.

— Fui claro contigo, ¿No? ¿Por qué estuviste con Julian? Aprovechas que no estoy en casa para irte de zorra con él.

— No es lo que tú crees...

— Te lo advertí, no te quiero ver cerca de él, Caroline.

Jadon se aleja de ella y sale de la habitación, ella siente alivio ante eso, una vez más él estaba golpeándola y si no fuera porque le pidió que se detuviera, tal vez ahorita lo seguiría haciendo.

Esto ya no podía seguir así, no podía más.

— Saldré de casa y cuidado, me enteré de que estés tramando algo Caroline.

La chica asiente y su novio sale de casa, al escuchar que la puerta principal se cierra va directo al baño a curar sus heridas, esto a se había vuelto algo cotidiano en ella.

Se maquilla cada moretón para ocultarlo, finalmente sale del baño y mira la tarjeta que Alex, su antiguo amigo, el trabajo le dio, era una psicóloga que la podría ayudar a tomar una decisión sobre su situación actual.

Estos días había estado pensando en lo que Julian le dijo, esa es la razón por la que se vieron, ella intentó que Jadon no se diera cuenta, pero no lo logró, por eso su reacción de hace unos instantes.

Toma su bolso y sale de casa, por suerte ella tenía una llave con la que podía entrar y salir de su casa. Pide un taxi hasta el consultorio de la psicóloga, cerca de media hora después llega, le paga al taxista y baja del auto.

Toma aire y entra al consultorio, va a recepción y la chica le pide que espere unos minutos a que la llamé.

Mira a su alrededor y se da cuenta de que no es la única, pero alguien en especial llama su atención, una señora con unos moretones en su brazo.

La señora la mira y le sonríe, Caroline le devuelve el mismo gesto.

¿Acaso ella está pasando por lo mismo que ella?

Finalmente, llama a Caroline, ella entra al consultorio y la psicóloga la recibe.

— Caroline, ¿verdad?

— Sí.

— Y cuéntame por qué estás aquí.

Caroline baja la mirada y no se siente capaz de hablar sobre el tema.

— Tu amigo me contó de ti y de lo que estás pasando, es normal que sientas miedo.

— No sé en qué momento llegué a esto...

— Lo importante ahora es que salgas de ese ambiente, no es nada sano vivir de esa manera.

— Todos me dicen lo mismo...

— Entonces es porque es cierto Caroline.

— Me dijo que iba a cambiar, le perdone una infidelidad y, después, llegó a golpearme.

— Casi todos dicen lo mismo, pero nunca lo hacen... cambiar de la noche a la mañana no es tan fácil Caroline, tienes que darte cuenta de que las acciones de él no están justificadas por ningún motivo, que te pongan una mano encima no tiene justificación, así como que te sean infiel.

Caroline escucha atenta cada palabra y viene a ella los recuerdos de cada mal momento que Jadon la ha hecho pasar.

— ...eso no es amor Caroline, lo que él siente por ti no es amor y tienes que entender eso.

Media hora después Caroline sale del consultorio, la noche finalmente cayó y decide volver a su casa.

Antes de entrar llama a Julian, pero este no le contesta, introduce la llave a la puerta y esta se abre.

Enciende las luces y escucha algunas voces en la parte de arriba, no muy segura, sube las escaleras hasta su habitación donde la luz está prendida, se asoma a la habitación que comparte con su novio y su corazón se rompe o lo que quedaba de él.

Jadon la estaba engañando otra vez y lo peor de todo, al menos eso pensaba ella, en su propia casa.

Las lágrimas caen y un sollozo se le escapa llamando la atención de Jadon.

Caroline sale corriendo de aquella casa, corre lo más rápido que puede sin rumbo alguno.

Calles adelante se detiene al escuchar el sonido de su teléfono, lee el nombre de Julian y responde.

— ¿Caro, estás bien? — Se escucha a Julian asustado.

— ¿Puedo ir a tu casa?

— Sí, claro, ¿Dónde estás? Puedo ir por ti.

— No, yo llego sola, tranquilo, tenías razón... siempre la tuviste.