XXIX

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Jungeun cerró rápidamente sus ojos al sentir como la respiración de la chica comenzaba a perder ese compás tan aclamado que tenía, fingió dormir aunque sabía que estaba mal, llevaba despierta alrededor de media hora entre los brazos de Jinsoul quien la abrazaba firmemente por la espalda, no quiso moverse ni un solo centímetro para no despertarla pero al parecer ya no era necesario por la chica comenzaba a removerse en la cama.

Luego de varios segundos Jinsoul despertó algo desorientada y sin saber dónde se encontraba hasta que reconoció a la persona que tenía entre sus brazos, Jungeun, quien para ella dormía tranquilamente y sin ninguna preocupación, la chica dejó un suave beso sobre la cabeza de esta y la contempló durante varios segundos antes de levantarse de la cama, debía arreglar varias cosas en la oficina antes de irse y no podía perder tiempo por mucho que odiara dejar así a su hija y al que aún era el amor de su vida.

-Jungeun- susurró la chica mientras la movía ligeramente- Jungeun despierta.

La rubia fingió removerse en la cama y bostezar para luego voltearse y quedar frente a Jinsoul.

-Tengo que ir al trabajo ¿Está bien?- dijo mirándola con dulzura.

-Ok- respondió sin saber muy bien cómo ocultar las ganas que tenía por abrazarla- nos vemos luego- Jinsoul le regaló una enorme sonrisa mostrándole todos sus dientes y asintió con la cabeza.

-Te veo en el aeropuerto, solo trae lo necesario- hablo recuperando su postura erguida pero sin perder la sonrisa- yo me encargo del resto.

-Bien, adiós.

-Adiós Jungeun y cuando despierte Yerim dile que la amo.

La chica sin perder más tiempo se dirigió hacia su apartamento para estar lista y ponerse en marcha a la oficina, con la desaparición de Yerim y el viaje a solo unas horas todo el trabajo acumulado comenzaba a ser mucho y debía tratar en lo posible de acabarlo en su mayoría.

Jinsoul sonrió al ver los stickers de Frozen pegados por toda la puerta principal contrastando toda la perfecta presencia que irradiaba su banco pero eran obra de su hija y estarían ahí hasta que el tiempo los desgastaran y no quedarán huellas de ellos.

-Jinsoul conseguí un boleto en clase de negocios para Jungeun pero no me permiten que lleves a Yerim en ella- hablo Haseul apenas la vio salir de su ascensor personal- lamentablemente están restringidos los niños en esa área y ya hable con varias aerolíneas que llevan el mismo horario, lo siento no pude hacer nada- la pelinegra se disculpó y agacho la mirada sintiéndose culpable de aquello pero Jinsoul sabía que no era su culpa y poco o nada podía hacer para contradecir a las aerolíneas además no iba a rogar porque aceptarán a su hija en aquellos asientos.

-Bien- respondió sin más caminando directo hasta su oficina- cambia todos para clase turista me da igual solo procura que estemos juntas las tres.

-Entendido- asintió frenéticamente tomando el teléfono- lo tengo cubierto.

-Gracias- respondió antes de perderse detrás de su puerta y comenzar a dejar todo organizado antes de su partida.

[...]

-Tía Sooyoung- gritó Yerim corriendo hacia la chica quien estaba detrás de la puerta.

-Hola mi amor- dijo tomándola en brazos- no sabes cuánto te extrañe y lo triste que estaba cuando me enteré que no estabas.

-Salí a buscar a mamá Jinsoul- se justificó mirando hacia el suelo.

-Eso no es una razón- dijo sería- debes siempre salir con alguien mayor.

-No te enojes tía- dijo dándole un beso en la mejilla- prometo ser buena- Sooyoung no pudo evitar sonreír y al final terminó encantada por su sobrina.

-Hola- saludó Jungeun quien se había mantenido en silencio viendo la interacción de ambas.

-Hola Jungeun ¿Cómo estás?- preguntó la chica de buen ánimo.

-Bien gracias.

-Bueno pues vamos- dijo volteandose dándole la espalda a la rubia- el auto nos está esperando.

Jungeun inspeccionó el cuerpo de Sooyoung de arriba hacia abajo mientras esta caminaba hacia el auto, por mucho que Jinsoul lo negará, sabía que ella podía caer en el encanto de aquella chica con tan espectacular cuerpo, puso toda su fuerza de voluntad y apretó los dientes para calmarse y seguirla.

El resto de la mañana la pasaron haciendo el pasaporte de Yerim quien estaba más que feliz al saber que viajaría con sus mamás.

-El señor Tamagochi es muy divertido- dijo Yerim sentada entre su madre y su tía esperando por qué le entregaran su pasaporte- Tía Sooyoung ¿Tú lo conoces?

-Si enana él es divertido- dijo apoyándola.

-Ves mamá- dijo mirándola como si fuera algo muy obvio- te va a caer muy bien.

-Está bien amor- dijo para que dejara de insistir en aquello- sé que me va a caer bien.

-¿Puedo ir a jugar con esos niños?- preguntó al ver a un grupo de pequeños sentados en el piso jugando con lo que parecía ser tarjetas.

-Ve pero no quiero que te muevas de ahí, sigues castigada.

-Ok- dijo suspirando.

Jungeun y Sooyoung se quedaron en silencio varios minutos hasta que la chica decidió romper con aquella incomodidad.

-No sé por qué pero presiento que no te caigo bien- dijo Sooyoung luego de mirarla por unos segundos.

-No sé de qué hablas.

-De lo obvio pero tengo una pregunta- dijo sería - ¿Puedo saber la razón?

-No existe una- mintió desviando la mirada.

-Jinsoul y yo somos mejores amigas jamás la miraría de otra manera- prosiguió.

-No es....

-Lo es y lo sabes pero no te culpo, sé que se aman mucho así que entiendo perfectamente que estés celosa sin embargo Jinsoul no es mi tipo- dijo riendo- me gustan sin pechos, con barba y algo que ella no me puede dar.

Jungeun río sinceramente ante el comentario.

-Así que- dijo Sooyoung estirándole la mano- Ha Sooyoung mucho gusto.

-El gusto es mío- hablo la rubia aceptando la mano de la chica- siento lo de antes.

-Ya no recuerdo lo que era- dijo sonriendo contagiando a la otra- cuando salgamos de aquí muero por ir por algo de comer ¿no tienes problema con eso?

-En absoluto.

-Perfecto entonces, ahora déjame ir por Yerim antes de que se meta en problemas, aún no sé si lo heredó de ti o de Jinsoul.

-Créeme que no es mío- río Jungeun.

[...]

-Mamá- gritó Yerim corriendo emocionada hacia Jinsoul quien la esperaba con una sonrisa enorme en el rostro.

-Hola mi amor- dijo apenas la tomó en sus brazos para levantarla del piso- mira que hermosa vienes.

-Chuu me hizo trenzas, ella es muy buena en eso, un día debería hacerte trenzas a ti para el trabajo.

-No creo que sea apropiado.

-¿Qué es apropiado?- preguntó confundida la pequeña.

-Es cuando algo no está bien para ir a un lugar o hacer alguna actividad- explicó tranquila viendo como ante ella aparecía Jungeun con una pequeña maleta en sus hombros y junto a ella la mejor amiga de la rubia quien traía arrastrando otra maleta.

-Hola Jinsoul- saludo educadamente Jungeun y algo nerviosa si era sincera.

-Hola Jungeun- devolvió el saludo sonriéndole- Hola Jiwoo- dijo educadamente pero ella le respondió simplemente con un gesto de su cabeza.

El momento se volvió algo incómodo entre las tres adultos, Yerim miraba a todas sin entender que sucedía realmente así que decidió intervenir como le era de costumbre.

-Tía Chuu no olvides darle su comida a Oreo y jugar con él por las tardes.

-Si enana- dijo regalándole una sonrisa- prometo no olvidarlo.

-Y si se porta mal tienes que castigarlo- dijo segura y cruzando sus pequeño.

-Entendido- dijo llevándose la mano a la frente en modo de saludo militar- es mejor que me vaya.

La cadaña abrazo a Jungeun susurrándole algo al oído y luego se despidió de su pequeña sobrina quien la abrazo fuertemente y no perdió oportunidad de repetir los cuidados que Oreo merecía.

Jungeun, Jinsoul y Yerim hicieron el chequeo de su equipaje en silencio sin decir una sola palabra más de las necesarias hacia la asistente de vuelo, en la zona de espera no cambió mucho la situación, por alguna razón la chica y la rubia se sentían cohibidas de hablar la una con la otra, habían dormido juntas abrazadas pero ahora aquello era lo que las distanciaba.

-Mamá yo quiero la ventana- dijo Yerim emocionada- quiero ver el cielo y las nubes, Jinsoul quien la traía en brazos le dio una corta mirada a Jungeun esperando su aprobación que llegó con un asentimiento de cabeza, La chica acomodo a su hija y le colocó el cinturón para luego dejar pasar a Jungeun y finalmente ella sentarse del lado del pasillo.

Yerim se quedó dormida al poco tiempo, Jungeun la siguió en aquello pero se volvió un poco complicado para Jinsoul poder conciliar el sueño y más cuando su ropa era muy poco cómoda para el viaje, había empacado un par de cosas para el viaje pero aún seguía con la ropa que se había puesto para aquel día de trabajo, había pensado en cambiarse cuando realizarán la primera escala en Chicago donde luego tomarían otro avión por 12 horas. Pasó la primera hora de su viaje tratando de acomodarse en el asiento tratando lo más posible en no despertar a su hija ni a Jungeun pero falló en el intento cuando al tratar de acomodarse una vez más golpeó sus rodillas contra el asiento de adelante.

-¿Te encuentras bien?- preguntó Jungeun saliendo de su sueño.

-Sí, sólo quiero dormir un poco pero fue mala idea venir así- respondió mirando su ropa- esto es muy incomodo.

-Vamos a viajar más de 15 horas Jinsoul y sin contar la escala que debemos hacer, es imposible que estés cómoda con eso- le replicó algo sería casi girando los ojos.

-No podía volver a casa para cambiarme.

-Podías haber llevado ropa y cambiarte en el trabajo antes de venir aquí- Jinsoul frunció el ceño porque era cierto aquello pudo haber sido lo más conveniente-¿Traes ropa ligera?

-Solo una pijama, un par de pantalones y blusas- admitió - no creo tener nada cómodo para un viaje de tantas horas, además sabes que soy muy mala empacando, jamás llevó lo que de verdad voy a necesitar- Jungeun apretó los labios recordando como ella era quien siempre ayudaba a la chica a hacer maletas cuando eran novias y habían planificado algún viaje.

-Lo sé- dijo desviando la mirada- traje una sudadera y unos calentadores extras que puedes usar.

-No te molestes yo.....

-Está bien, no tiene importancia además debes estarla pasando mal viajando en clase turista cuando sé que no es lo tuyo.

-Yerim no era permitida en clase de negocios.

-No debiste, yo podía ir con ella en esta mientras tú ibas al frente- hablo como si nada.

-Pues no, si mi hija y tú viajan aquí pues yo viajo con ustedes aquí también- hablo determinada- y gracias por ofrecerme tu ropa, tomó la oferta pero cuando lleguemos a Chicago iremos a un hotel para descansar y comer antes de salir otra vez.

[...]

-Mamá Japón queda muy lejos de casa- dijo Yerim frunciendo el ceño cuando al fin tocaban suelo japonés luego de muchas horas de vuelo.

Luego de su parada en Chicago, tomaron el vuelo hacia Japón, vuelo donde durmieron la mayor parte del tiempo sin embargo Jinsoul no perdió oportunidad de contemplar a sus amores mientras dormían.

-Porque está en otro continente mi amor- explicó Jungeun.

-Mamá Jinsoul vive al otro lado de la ciudad y es más fácil llegar a su casa- ambas mujeres rieron ante la inocencia de la pequeña pero fueron interrumpidas por un hombre en traje quien sostenía un pequeño cartel que decía "Jung".

-Disculpe ¿Usted es Kim Jinsoul?- la chica asintió.

-Si soy yo- dijo tranquila.

-Yo voy a llevarlas al hotel- dijo agachando la cabeza a modo de saludo- fue difícil reconocerla, siento si la hice esperar.

-En lo absoluto- respondió amable- pero ahora salgamos de aquí, llevamos muchas horas de viaje y necesitamos descansar.

Jungeun y Jinsoul junto a la pequeña Yerim se metieron en el auto del hotel e hicieron el camino hasta este comenzando a quedar fascinada por cambio social que había entre su país y este, todo a su alrededor se veía tan diferente pero fascinante, Jinsoul odio no poder recorrer las calles de aquella ciudad.

Cuando llegaron al hotel fueron recibidas de manera efusiva y cordial, al parecer el señor Takahashi las había recomendado demasiado bien en el lugar.

-Esta es su habitación- dijo el botones entregándole la llave Jungeun.

-Y esta es la suya- dijo mostrándole la puerta frente a la habitación de la rubia a Jinsoul.

Ambas se echaron una mirada antes de desaparecer detrás de su puerta, Jungeun llevándose a Yerim con ella para poder cambiarla de ropa y alistarla para la gran fiesta que solo sería en un par de horas.

No me rendiré; LipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora