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Jinsoul tomó a Jungeun por la cintura empujándola contra la pared dejando su agarre firme para inmovilizarla mientras atacaba su cuello sin piedad alguna, sus labios trazaron un delicado camino por sus clavículas dejando varios mordiscos y luego se concentró en sus pechos que era de sus partes favoritas, Jinsoul amaba aquella parte de la rubia, era su perdición al igual que su trasero.

En aquel momento sus prejuicios y los problemas entre ambas pasaron a un segundo plano, solo la pasión y la lujuria que las invadía en aquel momento fue el que dictaminaban sus movimientos y les daba órdenes.

Aquella noche volvieron a recordar lo que era estar con la otra de manera carnal, volvieron a trazar cada centímetro de sus pieles y a detallar pequeños detalles que ya estaban grabados en sus mentes. Sus olores se impregnaron en la otra, sus uñas dejaron marcas a lo largo de sus cuerpo al igual que sus dientes, aquella noche todo fue tan intenso que cayeron rendidas ante el sueño apenas terminaron.

Aquella noche volvieron a dormir juntas pero esta vez frente a frente, Jungeun apoyando su frente sobre la clavícula de la chica y está abrazándola como si tuviera miedo a que la dejase.

La rubia despertó incorporándose en la cama rápidamente, su sueño se cortó de raíz cuando su subconsciente le recordó a Yerim quien debía estar esperando por ella, se colocó la ropa rápidamente casi cayendo por el poco cuidado que él estaba poniendo a sus movimientos, Jinsoul sintió todo aquel movimiento y se removió en la cama sintiendo el vacío que Jungeun había dejado junto a ella.

-¿Dónde vas?- preguntó con la voz ronca cuando vio a Jungeun colocándose la ropa.

-Tengo que ir por Yerim- dijo sin mostrar ninguna emoción, sabía lo que habían hecho aquella noche pero no estaba preparada para hablarlo.

-La enfermera sigue con ella- dijo estirándose para dejar la pereza a un lado- pedí que se quedará hasta hoy.

-¿Cuándo hiciste aquello? - preguntó escéptica.

-Desperté en la madrugada y decidí pedir que se quedara, no quería despertarte y ella accedió sin problema- Jinsoul se sentó en la cama con mucha normalidad exponiendo sus pechos hacia Jungeun quien llevó su mirada hacia el suelo rápidamente.

-Es mejor que me vaya- dijo caminando hacia la puerta.

-Espera- dijo rápidamente la chica corriendo hacia donde estaba la rubia- ¿Podemos desayunar las tres?

-Cla...claro- Jungeun tuvo que contenerse de no saltar sobre Jinsoul quien estaba desnuda junto a ella.

-Luego podemos ir de compras y a explorar un poco- dijo con una enorme sonrisa, Jungeun recordó aquel entusiasmo tan puro con el que hablaba y algo dentro de ella cambió, amaba a Jinsoul sin embargo recordó lo miserable que la había hecho y como ahora lo que menos quería es que ella sintiera felicidad.

-Lo haremos pero quiero solo aclarar algo antes- dijo volviendo su expresión fuerte y su voz tomando un tono frío.

-Claro- dijo aún sonriéndole como si no existiera nada más hermoso en el mundo.

-Lo que hicimos no significa absolutamente nada- dijo restándole importancia, Jinsoul apretó los labios y asintió con la cabeza.

-Entiendo- dijo abatida por las palabras de Jungeun- no significó nada- repitió triste.

-Exactamente, así que ahora debo irme por Yerim.

-Bien- dijo agachando la mirada y dándose cuenta que de su emoción ni siquiera se había percatados que seguía desnuda pero no era nada nuevo en realidad-te veo en el Lobby dentro de una hora.

-Está bien- respondió Jungeun antes de irse y dejar a la chica sumida en un profundo vacío.

[...]

El desayuno se volvió tenso, Jungeun seguía manteniendo aquella postura que tanto lastimaba a Jinsoul quien no sabía qué decir, los silencios eran llenados por las historias de Yerim o sus interminables preguntas.

-Mami tienes rojo en el cuello- dijo la pequeña mirando preocupada a Jinsoul, la chica frunció el ceño sin saber de qué hablaba pero luego recordó los labios y dientes de Jungeun atacandola en aquella parte.

-Es una alergia mi amor- mintió- se me va a quitar con los días.

-¿A mí también me va a salir uno?- preguntó inocente.

-Más vale que no- río bajito Jinsoul echándole una rápida mirada a Jungeun quien miraba fijamente su plato, Yerim frunció el ceño comenzando a entender que sus madres estaban enojadas la una con la otra o al menos fue esa fue su conclusión.

-Enojarse es malo- comenzó a hablar- además las personas que se quieren no se enojan, yo no puedo enojarme con Yeojin.

-Nosotras no estamos enojadas- mintió la rubia.

-No es cierto si lo están- debatió la pequeña- no se hablan.

-Es porque no tenemos que decir- Yerim giro los ojos.

-Bien, pues yo tampoco quiero hablar ahora- dijo la pequeña cruzando los brazos- pensé que nos íbamos a divertir aquí en Japón pero ahora ustedes no se hablan y yo no quiero estar así con ustedes, quiero irme a casa.

Jinsoul y Jungeun se miraron un momento sabiendo que sus problemas o diferencias estaban comenzando a afectar a su pequeña.

-Prometo no volver a agarrar tu ropa sin permiso- se disculpó Jinsoul fingiendo que aquel era el problema- prometo pedir permiso la próxima vez- Yerim sonrió al pensar que aquella disculpas eran verdaderas y al fin sus madres cambiarían de actitud.

-Bien- dijo Jungeun entendiendo a donde iba todo y dibujando una pequeña sonrisa- entonces terminemos de desayunar que debemos hacer muchas cosas.

El resto del día las tres se pasaron recorriendo Japón, en ocasiones Jinsoul y Jungeun se veían forzadas a interactuar la una con la otra sin embargo la incomodidad que sentían ambas seguía persistente.

Jinsoul aprovechó para incrementar su guardarropa, se hizo de chaquetas, jeans rasgados y camisetas con frases que poco o nada sabía que decían pero para ella se veían perfectamente bien.

-¿Sigues siendo una rebelde liberal?- preguntó Jungeun sin malicia esperando a que Yerim se decidiera a qué escoger para comprar- pensé que de tantos trajes formales para el trabajo ya no tenías tiempo para esto.

-Pues la verdad ya no me quedaba tiempo- admitió riendo- pero necesito relajarme un poco, no puedo ir al parque con mi hija con una falda y zapatos de tacones- Jungeun río ante el comentario.

-Siento mucho como me fui hoy en la mañana- admitió con algo de vergüenza cambiando radicalmente el tema-pero lo que pasó no puede suceder otra vez.

-¿Por qué no?- preguntó Jinsoul frunciendo el ceño- Jungeun yo aún te amo, quiero que intentemos esto Jungeun, quiero que seamos la familia que siempre deseamos.

-Jinsoul por favor- le pidió mirando hacia otro lado al tiempo que cruzaba los brazos incomoda- no vamos a hablar de eso ahora.

-Jungeun se lo que hice, jamás me voy a perdonar eso pero quiero que estemos juntas otra vez, ayer mientras te tenía entre mis brazos comprendí que jamás te has ido de mí, que jamás deje de amarte, que siempre has sido tú, que....

-Jinsoul para- le pidió negando con la cabeza.

-Jungeun.

-¿No entiendes la magnitud de todo lo que hiciste?- preguntó comenzando a enojarse- No solo me tuviste engañada y me mentiste, viste como entre en depresión y estaba en tratamiento por eso, viste cuantas veces llore antes de ir a dormir maldiciéndome por no poder quedar embarazada, viste como nuestra relación fue deteriorándose al punto de no sí quiera hablarnos y nada de eso te importo más de lo que tú querías- los ojos de la rubia y la chica se llenaron de lágrimas, la voz de Jungeun se entrecortó debido al dolor con el que salían sus palabras- pero sabes cuál fue el peor dolor de todos- Jinsoul negó con la cabeza- que me rompieras el corazón, eras todo para mí Jinsoul, eras mi vida, habíamos vivido tanto juntas y me fallaste Jinsoul, podría haberlo esperado de cualquiera pero no de ti.

-Siento tanto esto Jungeun de verdad lo hago- respondió Jinsoul al borde del llanto- sé lo que hice pero necesito que me....

-Mamá- gritó Yerim interrumpiendo- ya elegí que quiero-dijo feliz antes de percatarse del estado de ambas mujeres y fruncir el ceño- ¿otra vez van a pelear?

-No mi amor- dijo Jinsoul colocándose de rodillas- solo que mami Jungeun me estaba contando algo triste y no pudimos evitar llorar.

-Bien- dijo la niña poco convencida- quiero esto- dijo levantando un perro mecánico- quiero que sea el nuevo amigo de Oreo.

-Bien vamos a pagarlo entonces- dijo secándose las lágrimas con el dorso de su mano y levantando a Yerim en sus brazos.

-Mami- dijo llamando a Jungeun- vamos.
Solo se quedaron un día más en Japón en el cual compartieron con la familia del señor Takahashi antes de emprender su viaje de vuelta a casa, aquel viaje fue igual o aún más cansado que el anterior, duró tantas horas que hasta que perdieron la noción del tiempo cuando arribaron a su país.

El chofer de Jinsoul las espero a la llegada del aeropuerto y las llevó hasta la casa de la rubia, donde Yerim seguía dormida en brazos de Jinsoul y esta se vio casi obligada a bajar del auto con ella y meterla en la casa, la situación entre ambas mujeres se había vuelto un poco más tensa y Jinsoul no toleraba más aquello, sabía que necesitaba terminar aquella conversación con la rubia pero al parecer el destino estaba conspirado para que no sucediera.

-Ya la metí en la cama- dijo Jinsoul llegando a la sala donde estaba Jungeun esperándola.

-Gracias- dijo desviando la mirada.

-Jungeun necesitamos hablar.

-No hoy Jinsoul estoy demasiado cansada- dijo tranquila- lo haremos después.

-Está bien- asintió derrotada- me llamas si necesitas algo.

-Ok- dijo seca caminando hacia la puerta y abriéndola casi invitando a Jinsoul a que se fuera.

Jinsoul entendió la indirecta y camino hacia la puerta sin antes no despedirse de Jungeun dejándole un beso a la mejilla antes de que esta reaccionara y se hiciera hacia un lado.

-Sé que jamás voy a terminar de compensarte todo lo que te hice- hablo sincera- te amo Jungeun y no voy a dejar que te vayas de mi vida otra vez- y sin más la chica se fue cerrando la puerta.

Jungeun pegó su frente contra está sintiendo la madera fría contra ella sin embargo su pecho estalló con un sentimiento que hacía sentir su corazón y su estómago ligeramente tibio al igual que la parte donde los labios de Jinsoul había besado.

No me rendiré; LipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora