Ariadne
No tengo idea de lo que hice, los celos son malos consejeros. Esta mañana desperté tranquila en casa de Ximena, pero rápidamente me puse nerviosa por lo que había hecho la noche anterior al llegar del club.
Si bien, nos quedamos dormidas casi de inmediato, casi al amanecer me desperté de golpe, aún mareada y con la cólera recorriéndome. Recuerdo que tomé mi celular y le escribí a Víctor, como dije, los celos son malos consejeros y el mensaje que le escribí es prueba fehaciente de lo que digo.
"Víctor, creo que ya es hora de que dejes de ser un ingenuo, es por eso que he decidido contarte lo siguiente. Ximena, siempre te ha engañado, pero esta vez sobrepasó los límites, esta vez, no tuvo códigos. Pues, sabiendo que, Adrián, es tu primo, tuvo el atrevimiento de meterse con él. Y no es algo de una vez y ya, ellos llevan juntos hace varios meses, desde la última vez que cortaste con ella ... siento que te estés enterando por este mensaje, pero es que ya no podía seguir callando."
Cuando desperté, me di cuenta que, Ximena, estaba tomando una ducha, por lo que, aproveché para volver a ojear ese mensaje y juro que quería sacarme la cabeza. Ahora cómo le diría a Ximena, que Víctor ya sabía todo, porque obviamente, él, para esa hora, ya había leído ese mensaje.
Pensé en enviar otro mensaje diciendo que era una broma, que había bebido y hasta que me habían obligado, pero me pareció algo muy infantil y poco creíble. Así, que decidí dejarlo ahí y que, Xime, lidié con un poco de su karma, de repente este era el empujoncito que le faltaba, para por fin decidirse por alguno de los dos.
Cuando llegué a casa, mis padres, como siempre, no estaban. Era típico de ellos, no es que sean malos padres, bueno, por lo menos mi papá no lo es, entiendo que el trabajo siempre le ha demandado mucho tiempo. Sin embargo, mi madre, es otra historia totalmente diferente, ella prefiere estar mil veces con sus amigas en el club o despilfarrando dinero en puras cosas inservibles.
Subí a mi cuarto y al sentarme en mi cama no pude evitar recordar la rápida y extraña visita de ayer de Karime. Entró como loca a mi cuarto a preguntarme algo que me dejó muy intrigada y que, hasta este momento, no lograba comprender. Nunca la había visto tan perturbada, debía ser algo muy importante para que la pusiera así. Ahora mismo, más que, Ximena, me preocupaba Karime.
Ya habían pasado varios días desde la última reunión de chicas y la verdad es que creo que urge tener una, aunque no estoy muy segura por lo qué pasó con Ximena.
Lo que más me enfurece es que el idiota de Walter ni siquiera se ha dignado a hablarme, ya son como las cuatro de la tarde y no tengo ni una llamada o mensaje de él. Lo peor, es que me siento una completa tonta esperando explicaciones, que sé muy bien, no voy a tener y si las tengo, no va a ser lo que quiero escuchar.
— Ari, cariño, no pensé que estuvieras en casa — dijo mi padre, provocando que salte del susto — Lo siento, no quise asustarte
Mi padre estaba parado en la puerta de mi cuarto con un terno azul y su típico reloj. Me miraba con una sonrisa que siempre me causó ternura, podía ser un hombre de fuerte carácter con el resto de personas, pero con nosotras siempre fue muy dulce y cariñoso.
— ¡Papi!, pensé que no estabas en casa ... como todo está en silencio, supuse que estabas en trabajando o en algún viaje
— En realidad, llegué de viaje hace tan solo unas horas ... descanse un rato, pero me acaban de llamar de la oficina y tengo que ir
— Debes darte unas vacaciones, te veo un poco cansado — dije preocupada, y es que sus ojeras son notorias
— Sí, creo que tienes razón ... la verdad, es que ya lo venía pensando y me parece que ir a la ascienda sería un buen lugar para relajarnos todos ... tus tíos también están muy cansados y estoy seguro que tu hermana y primas también lo están. La apertura del Mall nos dejó agotados a todos — dio un suspiro
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Ruleta de Amor
ЧиклитLa vida es un juego, una ruleta y dependiendo la cantidad que apuestes ganarás menos o quizá más. No podemos predecir quién se llevará lo mejor de la jugada, pero siempre alguien saldrá perdiendo, eso es inevitable. Durante toda mi vida escuché a m...