Ruleta de Amor

Capítulo 1

Pauline

Habían pasado ya unas semanas desde la ultima reunión, así que era mi turno de poner el departamento para hablar largo y tendido con mis primas.

Las cuatro somos tan diferentes, creo que ese es el secreto para nuestra lealtad, nos complementamos.

Era sábado, así que me dispuse a arreglar un poco mi apartamento, ya les había mandado un mensaje a las tres para vernos hoy. Tendría que llamar a Óscar para decirle que no podremos vernos esta noche, la verdad, es que ir a verlo, últimamente, ya me está aburriendo, a veces se pone algo intenso y yo soy más de llevarlo todo ligero. No tenemos títulos ni nada, simplemente cogemos y ya. Aunque a él le gusta hacerla del novio, saliendo a comer y viendo alguna que otra película, yo prefiero más la comodidad de mi apartamento y con respecto a lo de hacerla de novia, simplemente decidí seguirle el juego, porque, siendo sincera, la pasábamos muy bien.

Primero fui a la sala, la cual, no es tan grande, pero las paredes blancas y el piso de color beige con  pequeños destellos brillantes, le dan la impresión de ser un espacio amplio. Mi sofá es color hueso con cojines marrones, al costado, hay un asiento más del mismo color del sofá, con una pequeña manta que cuelga del reposabrazos, también está mi mesa de centro, que costo una fortuna, ya que es de cedro y los detalles que tiene fueron hechos a mano. Pegado a la pared y frente al sofá, se encuentra un estante de madera en donde está mi televisor plasma y varías fotos de mi familia, y claro, con mis primas.

Decidí comenzar por barrer y sacudir la tierra, no estaba tan sucio como pensé. Luego pase a mi cuarto, la verdad ahí si tenía que cambiar todo el juego de sábanas y desocupar el tacho de basura, ya que Oscar y yo habíamos hecho un desastre hace un par de días. De solo recordarlo me da risa como terminó todo, pobre Óscar, recién íbamos en los previos  de la segunda ronda, cuando se apareció en mi puerta Karime.

"Estaba a horcajadas encima de él y me besaba de forma dulce ... ¡ah! enserio, justo ahora le da por ser tierno. Detesto que se ponga cursi en la cama, yo solo quiero tener sexo y disfrutar placenteramente de un orgasmo.

No quiero relaciones ridículas, ya no más, después de lo qué pasó con Mariano, esas ilusiones se esfumaron. Después de ese terrible día nunca más volví a ser la misma, quienes me conocen saben que después de llegar de mi viaje a Tampa, donde estuve refugiada con una tía muy querida, me volví una mujer dura, ese mismo día me juré a mí misma que nunca más nadie me iba hacer sufrir.

Óscar es lindo, tierno y no se merece que lo use de esta manera, pero ¿qué puedo hacer?, yo se lo advertí el día que nos volvimos a encontrar, cuando regrese de Tampa. Lo conozco desde que íbamos a la escuela y es por eso que me duele no poder quererlo como se merece.

Me aburrí de sus besos tiernos, así que, aprovechando mi posición, decidí tomar la iniciativa. Me separé de sus labios y bajé por su cuello dejando besos húmedos, al mismo tiempo deslizaba mi mano por su bien trabajado abdomen, hasta que encontré a su amigo de talla promedio y que no tenía nada que envidiar a nadie, lo sujeté y comencé a subir y bajar por toda su longitud, pude oírlo gruñir, yo me acerqué otra vez a sus labios, sin dejar de ponerle atención a su amigo, lo besé apasionadamente, nuestras respiraciones estaban agitadas y un poco entorpecidas.

Él, se estaba poniendo bastante duro, podía sentir que ya le faltaba poco para ... nos separamos asustados al escuchar el timbre de mi apartamento que sonaba como loco y al mismo tiempo alguien tocaba desesperadamente la puerta. Ambos nos miramos con el ceño  fruncido.

Salí de la cama, me puse una bata encima y fui a ver quién era, abrí la puerta y me encontré con una desconsolada Karime. Sus ojos estaban hinchados y algunas lágrimas todavía caían por sus mejillas. La abrace y rompió en un llanto sonoro que parecía interminable. Hice que pasara y la acomode en el sofá mientras iba a buscar a Óscar.