Capítulo 14

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Ximena

Me había llegado la información un excéntrico club, gracias a las chicas que me hacen la manicura, y la verdad, que no pude con mi curiosidad. En especial, cuando me dijeron la temática y el movimiento interno del club. Cuando fui por primera vez con mis amigos, todos quedaron fascinados, tanto, que regresamos en varias ocasiones.

Las chicas que trabajan en este lugar, tienen nombres de animales y plantas para proteger su identidad, así como pelucas de colores y trajes súper sexys. Todas llevan un maquillaje súper profesional, se nota que el dueño cuida mucho de su personal. Ellas, tienen la libertad de elegir si son simples meseras o de involucrarse con los clientes que ellas crean convenientes, a ninguna se le obliga a hacer algo que no quiere. Y por supuesto, que, si hacen feliz de más a uno que otro cliente, sus bonos de pago suben de forma exorbitante, y ni que decir de las jugosas propinas que pueden llegar a recibir en una sola noche.

Hasta me daba ganas de trabajar en ese club, pero si mis padres se enteran, definitivamente que está vez me matan y desheredan. Ser hija única tiene sus pros y contra, soy la única en la cual ambos deben poner atención, así que siempre tienen un ojo encima mío.

Cuando cruzas las puertas de este club, tienes la libertad de presentarte como más te guste, desde decir tu nombre real, hasta de inventarte uno. Todos los que entran conocen muy bien la dinámica, así que, a nadie se le obliga a nada.

Definitivamente venir al club nocturno, "Flora & Fauna", es una de mis mejores ideas, y por supuesto, que haber convencido a, Ari, de venir conmigo, fue lo mejor. Las otras ocasiones que vine con mis amigos fue muy divertido, pero extrañaba estas salidas con ella y este club era perfecto para recordar viejos tiempos.

Salí del túnel de la lujuria con una sonrisa de oreja a oreja, junto a mi acompañante de la barra y otro más que encontramos en el camino; y que ya conocía de otras veces que había venido. Este último, debo decir, que nunca decepciona. La primera vez que estuve con él, fue toda una sorpresa, definitivamente era un amo, lo dejo claro muchas veces en nuestros encuentros; y en esta ocasión, no podía ser de otra manera, él, llevaba el control de todo, incluso de mi acompañante. Le puso la pizca que faltaba a mi lista de deseos, y debo admitir, que me gustaba repetir el plato con él.

Nos acercamos a la barra donde, Ari, estaba con su acompañante, ya desde que venía saliendo del túnel, me miraba con una sonrisa burlona. Al llegar a la barra con mis acompañantes, el semblante de, Ari, cambió radicalmente, era una mezcla entre impresión y furia. No sabía si era a causa mía o de su acompañante.

— Voy al baño — dijo sería, yo solo le asentí con la cabeza

Era raro, ¿por qué de un momento a otro, Ari, estaba tan molesta?, no lo entendía, pero con mis acompañantes poniéndole atención a cada una de mis piernas no me dejaban pensar con claridad.

Cuando por fin regresó, Ari, del baño, ya todos estábamos bastante tomados, y ella no esperó mucho para ponerse a la par con nosotros, pero era obvio que algo seguía molestándole. Nos fuimos a mi departamento como a las cinco de la madrugada, no dijimos nada y tampoco me atreví a preguntarle, pero me dejó con la intriga de qué fue lo que la tenía de tan mal humor. Nos quedamos dormidas con todo y la ropa puesta, literal, caímos muertas.

Casi al medio día, me desperté con una resaca monumental y un dolor de cabeza terrible. Ari, seguía dormida a mi costado, así que, lo más silenciosamente posible, me levanté de la cama para tomar un baño.

Cuando estaba por meterme a la tina, me vino rápidamente a la mente el rostro de uno de mis acompañantes de la noche, exactamente, el rostro del amo. Algo seguía molestándome acerca de él, no sé qué podrá ser, pero había algo.

Ruleta de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora