Capítulo 3

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Ariadne

Ya se habían demorado un poco en la cocina. Sabía que estaban hablando de algo, que claramente, no querían que ni Karime y yo supiéramos.

Ellas eran así, al final terminaban diciéndonos,  pero cuando ya lo habían solucionado. Karime y yo también teníamos nuestros secretos, así que no nos hacíamos problemas. No podía contar todos mis secretos en frente de mi hermana, ella me mataría y sobre todo si se enteraba del más grande, para eso tenía a Kari.

Regresaron ambas de la cocina. Y por la sonrisa en la cara de Ximena, parecía que como siempre, mi hermana le había dado las respuestas que esa cabecita confundida no le daba.

— Bueno, ya ha pasado dos semanas desde que el cabrón de Eduardo le puso los cuernos a Karime. Y ya tengo tu venganza — dijo Ximena, guiñándole un ojo a Karime

Esa cabeza loca, ahora qué estará tramando. Siempre me sorprendía con sus arranques, es realmente impredecible. Se quedó mirándonos disfrutando de tenernos en la intriga.

— Ya dinos ... — dije con voz de súplica, porque, aunque me parecía que mi querida prima no estaba en sus cabales. La verdad, su desenfreno e ideas siempre me emocionaba, especialmente al momento de ponerlas en práctica

— Averigüe que nuestro querido Edu tiene un hermano que está buenísimo y tú — señaló a Karime — te lo vas a comer.

— No hables tonterías, Eduardo no tiene hermanos. — dijo Karime

— Es su medio hermano, parte padre. No se llevan bien. Es excelente para nuestra venganza — dijo Xime

— Y ... ¿Cómo hacemos? — dijo Pau. Eso me sorprendió, y no solo a mi, todas volteamos y la miramos sorprendidas.

Mi hermana siempre había sido distinta a mi, es más sensata, bastante callada y reservada. Casi podría jurar, que tiene más secretos aparte de lo que nos cuenta a nosotras.

Entendía muy bien las razones de Pauline, para seguir con la venganza que Ximena había planeado. Pues, Kari, se había aparecido por la noche en su departamento, casi interdiario, hecha un mar de lágrimas por culpa de Eduardo.

— Me encanta tu entusiasmo Pau — dijo Ximena con una gran sonrisa, y esta rodó los ojos — Bueno, en la fiesta de inauguración, él va a estar presente, se llama Carlo y ahí daremos el golpe. Primero lo endulzamos entre las cuatro y cuando ya esté en confianza, ahí vienes tú — señalo a Karime — necesito que derroches sensualidad ese día. Te lo llevas a la cama sí o sí esa noche.

La afirmación de Ximena puso nerviosa a Kari, pero sabía que ella lo haría. Se parecía a mi hermana en carácter, así que estaba segura que a pesar de que pensara que no era correcto, lo haría solo para quitarse la espina. Kari y Pau eran igual de orgullosas.

— Está bien, ese día será el punto final de Eduardo — dijo Kari con una sonrisa

Ya se lo había propuesto, si algo admiraba de Karime, era que cuando se proponía algo no se detenía hasta conseguirlo. Así que estaba segura, que terminaría esa noche con Carlo en la cama.

— ¡Espera! — todas volteamos a verla, parecía que había recordado algo — Ése nombre, Carlo, mi padre me habló de él. Tenemos que firmar contrato con su empresa. Espero que esto no perjudique el negocio — dijo Karime

— No te preocupes — dijo con seguridad Pau — Yo me encargo de esa negociación, ya sé, que es tu área. Pero creo que será mejor que yo me encargue de este en particular.

Todas asentimos en acuerdo con mi hermana, ella era la indicada para esto. Podía separar perfectamente, negocios de la vida personal.

Seguimos conversando. Un comentario de Pau, con respecto, a que el gerente de su empresa se había metido con la secretaria; me hizo regresar cinco horas atrás.

Ruleta de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora