Given (Enhypen) I

Capítulo 1

Corría el año de 1845, el orfanato Haneul había albergado a cientos de niños y niñas bajo su techo, sin embargo, aquellos años se habían acabado; para esa época sólo había 7 chicos bajo su cuidado, Heeseung, un chico sensible con aires de liderazgo y ternura fue el primero en llegar con tan sólo 3 años de edad, poco después de eso llegó Sunoo, abandonado al año después de que sus padres explicaran en una carta que no podían cuidar de él por ser extremadamente enfermizo y débil. Transcurrió una semana de la llegada de Sunoo y el timbre de la puerta principal retumbó en el edificio anunciando la llegada de otro huérfano; Niki, un chico de tan sólo 12 meses, claramente nacido en Japón u otro país que no era Corea. Seguido de él ese mismo invierno fue abandonado Sunghoon, lo hallaron en un muy mal estado; enterrado por la nieve al pie de las escaleras principales. Seguido de Sunghoon, Jake y Jay aparecieron en la entrada, al parecer eran hermanos ya que eran inseparables desde el inicio, algo que los caracterizaba definitivamente eran sus ojos rojo sangre; otra prueba de que estaban emparentados. Todos pensaron que tener a 6 chicos nuevos era suficiente pero, cuando menos lo esperaban otro integrante se les unió, Jungwon; un chico tímido y asustadizo llegó con 1 año de edad.

Desde el inicio, los niños fueron formando conexiones que más adelante se convertirían en una amistad inquebrantable. A medida que crecían, esos lazos se reforzaron, el grupo pasó buenos y malos momentos, salud y enfermedad todos unidos, si un integrante se metía en problemas; los demás lo seguían hasta el fin del mundo; cosa que a las cuidadoras les sorprendía y entristecía al mismo tiempo, se preguntaban qué sería de ellos cuando todos o la mayoría fueran adoptados y por ende separados para siempre.

Años pasaron y los 7 chicos estaban intactos, ninguno había sido adoptado aún, Heeseung; el mayor, había cumplido 19 años, Jay, Jake y Sunghoon 18, Sunoo 17, Jungwon 16 y Niki 15, siendo el más pequeño del grupo. Todos con el paso del tiempo mostraron un carisma y aura completamente diferentes, Sunoo por ejemplo, tenía una habilidad y facilidad natural para actuar tierno cuando él quisiera, por el contrario Jay odiaba actuar lindo, decía que se sentía tonto y fuera de su estilo. El grupo tenía sus polos opuestos en todo lados, mientras unos eran relajados y tranquilos, otros eran enérgicos y desastrosos pero eso los complementaba como grupo.

Los 7 chicos dormían en la misma habitación, compartían todas sus pocas pertenencias y hasta sus camas; cosa que solo los menores hacían con frecuencia, Niki y Sunoo podían ser un poco caprichosos en ocasiones, a pesar de esto los mayores nunca se quejaron de ello y sólo se dedicaron a protegerlos a toda costa.

18 de Junio de 1864, esa mañana los chicos terminaron de alistarte; sólo faltaba Niki, el cual era ayudado por Sunoo a arreglar su cabello rubio. "Y listo, ya terminé Niki " el menor se miró al espejo, sonrió al ver su cabello perfectamente cepillado y libre de nudos.

"Gracias, Sunoo" ambos esbozaron una sonrisa.

"Vamos antes de que los demás se coman nuestro desayuno" Sunoo tomó de la mano al menor y corrieron escaleras abajo hasta el comedor; donde el resto ya se encontraba ingiriendo su primer alimento del día. Al llegar a la mesa se encontraron con todos disfrutando de un plato de Kimchi, arroz y un vaso de jugo de durazno.

"Creímos que no llegarían" Sunghoon dijo con la boca retacada de arroz.

"Sunghoon, no hables con la boca llena" una de las cuidadoras le regañó. "Sunoo y Niki, apresurense a comer antes de que se enfríe". Los menores asintieron con la cabeza e inmediatamente se sentaron a comer.

Si bien las cuidadoras siempre fueron buenas con ellos había una que definitivamente nunca les agradó, llegó al orfanato pidiendo empleo una noche lluviosa de verano, era una mujer hermosa, su piel era blanca como la nieve, siempre vestia de negro; del mismo color era su cabello que siempre llevaba atado en un moño bien arreglado y liso. A pesar de su belleza, los chicos la describían como una mujer fría y sin sentimientos o empatía hacia las demás personas. Siempre intentaban mantenerse lejos de ella o de no causarle problemas.