Capítulo 37

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Los hermanos caminaron por los pasillos junto al peliplateado, los tres podían escuchar gritos y suplicas de las personas dentro del castillo; cada uno era tan desgarrador que los oídos de los chicos dolían y sus corazones se estrujaban.

"Ya casi llegamos" alentó Jay en un susurro. Pero justo antes de llegar y atravesar el pasillo un caballero estaba justo dando la vuelta del otro lado. "A la izquierda, a la izquierda" dijo el rubio entre dientes antes de jalar al par hacia el pasillo vecino.

"Carajo, eso estuvo cerca" Jake suspiró asustado.

"No cantes victoria tan pronto, tenemos que encontrar la manera de pasar sin que nos vea" el mayor le regañó.

"Beomgyu, tu conoces el castillo mejor que nosotros ¿hay alguna otra forma de llegar al escondite?" Los hermanos lo miraron con esperanza de que hubiera otra opción.

"Me temo que no, altezas" el chico bajó la cabeza. Ambos torcieron una mueca antes de mirar hacia el pasillo, este aparentaba estar vacío.

"No hay nadie, corramos de una buena vez" y con eso el trío salió corriendo de su escondite hasta que lograron llegar a la puerta y entrar al pasadizo. "Lo hicimos" susurró Jay mientras intentaba regular su respiración.

Niki y Jungwon continuaron escondidos debajo de las tablas del piso, todo estaba tranquilo hasta que el sonido de la puerta se escuchó, el menor estaba seguro de que los demás habían regresado y estaba a punto de subir cuando ambos escucharon un golpe metálico contra el suelo.

"No son ellos" dijo Jungwon en su mente para evitar hablar. "No hagas ruido" ambos menores se abrazaron con fuerza al mismo tiempo que escuchaban a alguien golpear un objeto de metal contra el suelo; como una espada, el sonido retumbó en sus oídos taladrando su sensible tímpano.

"No están aquí" de pronto una voz gruesa se escuchó.

"Debemos encontrarlos; de lo contrario el príncipe nos asesinará, después de todo ¿qué tan difícil puede ser encontrar a un chico albino?" Los ojos de ambos menores se abrieron.

"Sunoo" el nombre del mayor se le escapó a Niki de los labios, Jungwon estiró su mano y cubrió la boca contraria mientras rogaba que no lo hubieran escuchado.

"Tienes razón, debe estar aquí dentro" con esa última frase las pisadas comenzaron a alejarse y pronto solo hubo silencio.

"Eso estuvo cerca" ambos soltaron todo el aire que habían retenido en sus pulmones. "Jay, tenemos problemas, por nada del mundo dejen a Sunoo salir del escondite" el chico de ojos bonitos avisó dentro de su mente.

"¿Qué ocurrió?" El mayor respondió de inmediato.

"Es su único objetivo, todos lo están buscando" dijo con miedo.

"De acuerdo, no lo dejaremos salir" el rubio miró hacia la abertura del pasadizo y por fin pudieron encontrarse con el resto.

"Heeseung, ¿estás bien?" Fue lo primero que preguntó Jake en cuanto lo vio.

"Estoy bien, no te preocupes" respondió el mayor de manera tranquila. "¿Dónde está Sunghoon?" Dijo esta vez con mucha preocupación al no ver al pelinegro por ningún lado.

"Iremos por él, tranquilo" Jay tomó la mano del mayor con firmeza para poder convencerlo.

"Ustedes quédense aquí y no hagan ruido" el castaño les dio una sonrisa tranquilizadora antes de caminar hacia la salida seguido por su hermano.

Dentro de la cocina Sunghoon permaneció en su escondite esperando por los hermanos, no se movía ni hacía un solo ruido; el lugar estaba completamente mudo hasta que la paz fue perturbada por el sonido de la puerta abrirse abruptamente, por un momento el chico pensó que se trataba de Jay y Jake que le estaban jugando una broma pero pronto sus oídos captaron un sonido extraño, era como si alguien tuviera dos placas de metal adheridas a la suela de los zapatos; las pisadas retumbaban por todos lados, estas eran pesadas y extrañamente rítmicas; como si marcharan siguiendo un patrón.

Given (Enhypen) IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora