Capítulo 38

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Antes de iniciar este capítulo les recomiendo tener pañuelos a la mano. Disfruten.
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"¡No!" Los hermanos exclamaron con terror al ver la hoja metálica caer.

Sunoo escuchó los gritos y asomó su cabeza, todo parecía estar pasando en cámara lenta; sus ojos se abrieron con pánico en cuanto vio la espada a solo centímetros de la cabeza del pelinegro. Sin pensarlo dos veces salió de su escondite y corrió a toda velocidad hasta que embistió al chico del parche con su hombro izquierdo. 

Todos estaban confundidos y desconcertados, no esperaban que el chico apareciera de la nada e hiciera eso pero no desaprovecharon la oportunidad, Sunghoon usó sus habilidades para quitarse de encima a los caballeros y posteriormente quitárselos a los hermanos. 

"¡Sunoo!" El rubio exclamó al verlo mientras se levantaba del suelo. 

Hueningkai había aterrizado unos centímetros más lejos que ellos pero en el momento que pudo darse cuenta de lo que pasaba se puso en pie con una agilidad sobrehumana y dejó salir una macabra risa. 

"Por fin decides aparecer, es a tí a quien estaba buscando" el rostro del chico comenzó a cambiar por instantes; sus ojos se alargaban al igual que su nariz, estaba tomando la forma de un zorro. El mayor tomó la espada de nuevo y corrió directamente hacia el albino. 

"¡No te atrevas!" Sunghoon se puso en frente e hizo una barrera de hielo para evitar el ataque. Para este punto todos estaban llenos de ira, no dudarían en atacarlo y hasta matarlo si era necesario. 

"Tenemos que sacarlo de aquí" Jay dijo en su mente. 

"O matarlo" esta vez habló Sunghoon haciendo que todos se sorprendieran. 

"Hoon, lo prometimos" Jake intentó cambiar su parecer. 

"Si no hay otra opción tendremos que hacerlo" el pelinegro apretaba los dientes con fuerza en un intento por calmar su enojo. 

El grupo de caballeros los rodearon y también apuntaban con sus espadas, los chicos pegaron espalda con espalda para protegerse de todos los ángulos que pudieran pero había un problema; ellos no tenían armas. 

"Déjenlos, la pelea será sólo contra mí" el chico de cabellos blancos les ordenó e inmediatamente se retiraron. 

"No tenemos que pelear, sólo detén todo esto; nosotros no queremos hacerte daño" Jay intentó razonar. 

"Kai, por favor; escúchanos" su hermano se unió. 

"Ya es muy tarde para arreglos pacíficos" de nuevo sonrió con esa mueca macabra.

"¡¿Y así te preguntas por qué las personas no te quieren?! ¡Mírate! ¡No me sorprende que tus hermanas tampoco te quieran! ¡O tus propios padres! ¡Estás completamente demente!" Sunoo soltó con todo su enojo, el efecto del hechizo para ocultar sus ojos ya había perdido efecto y ahora sus orbes brillaban cual faroles en la oscuridad. "¡No tienes ni un poco de empatía! ¡Eres egoísta! ¡Y un maldito enfermo!" Las palabras del menor salían con tanto enojo que si pudiera compararse con un cuchillo sería uno extremadamente afilado. 

"¡Sunoo!" Jay lo regañó entre dientes. 

"¿¡Qué!? ¡No estoy diciendo ninguna mentira!" El albino ardía en ira y enojo. 

"No lo hagas más difícil" le lanzó una última mirada llena de enojo. 

"Sunoo tiene razón" empezó a decir Hueningkai. "Sí, estoy demente, soy egoísta y no tolero nada pero ¿sabes?, gracias a eso todos hacen lo que ordeno sin reprochar; en cambio ustedes, todos hacen lo que quieren, no los respetan como debería de ser" el chico comenzó a caminar lentamente y a golpear la barrera de hielo hasta que logró romperla. 

Given (Enhypen) IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora