Given (Enhypen) I

Capítulo 10

"¿Escuchaste los rumores?" Una voz se escuchó entre la oscuridad de la noche. 

"Sí, debemos encontrarlos y acabar con ellos" otra voz respondió, los callejones del pueblo se encontraban en silencio y la oscuridad de la noche los cubría, al igual que el orfanato, a excepción de que no todos dormían en paz. El chico de ojos bonitos tenia pesadillas desde el momento que cayó en el mundo de los sueños, también; sus ojos ardían como si alguien hubiera derramado ácido sobre ellos. 

A su lado, Jay dormía pacíficamente hasta que un sentimiento de angustia y dolor logró despertarlo, rápidamente irguio la mitad de su cuerpo y miró a su acompañante. Jungwon tenía las manos hechas puño y su cuerpo temblaba levemente, a la par de sus ojos emanaba un líquido oscuro, rápidamente pudo identificarlo; era sangre. 

"Por fin regresaron" susurró en su mente refiriéndose a sus habilidades. "Wonnie" llamó en voz baja al menor, este último movió su cuerpo pegando su rostro al pecho contrario y lloriqueó ahí por un par de segundos. 

"Me duele" dijo en un quejido al tiempo que restregaba su rostro contra el cuerpo contrario. 

"¿Qué sucede? ¿Dónde duele?" Susurró mientras acunaba el rostro de Jungwon en sus manos. "Tienes fiebre" dijo con preocupación al darse cuenta de la elevada temperatura del menor.

"Aquí" lloriqueó el menor señalando sus orbes. El llanto se hizo presente provocando que la sangre que se había secado en sus pómulos volviera a humedecerse y manchara la almohada.

"Sshh sssh, no llores; todo está bien, ya va a pasar" con sus pulgares atrapó cada lágrima alejandola del angelical rostro de Jungwon, pero al ver que su llanto no cesaba decidió mimar al chico así que acercó su rostro al contrario y depósito suaves besos sobre los párpados del chico de ojos bonitos; esta acción hizo que el menor sonriera levemente y un sonrojo se depositara sobre sus pómulos. Jay sonrió ante el logro. "Iré por medicamentos, espera aquí" estuvo a punto de irse cuando la mano temblorosa del chico de ojos bonitos lo detuvo. 

"No me dejes" susurró débilmente lleno de miedo por ser abandonado de nuevo. "Abrázame" dijo por último; el rubio no pudo contenerse ante la petición de Jungwon, dejó salir un suspiro de derrota y volvió a meterse dentro de las sábanas; uno de sus brazos pasó bajo la cabeza del menor y la otra se posó en la cintura dejando pequeñas caricias ahí. El menor al sentir los delicados toques suspiró de gusto y lentamente movió su cuerpo hasta que su cabeza estuvo enterrada en el hueco del cuello del mayor. Jay por otro lado posó sus labios sobre la frente del chico de ojos bonitos, suspiró levemente y dejó un beso en el área pero no separó sus labios de ahí; simplemente se quedó inmóvil. 

Aquella noche, el rubio pudo escuchar en todo momento el malestar tanto de Jungwon como de Sunoo, el chico de ojos afilados dejaba de respirar en ocasiones y despertaba exaltado cosa que preocupaba tanto a Jay como a Niki; el último tomó la decisión de no dormir esa noche para vigilar a Sunoo.  

"Sssh sssh" susurraba el menor cada vez que su acompañante se inquietaba o comenzaba a moverse, al tiempo que retiraba los cabellos rebeldes que se posaban en la frente del albino. Toda la emoción de aquel día había dejado exhaustos a todos por igual. 

"No, no, no" comenzó a decir el chico de ojos afilados; con cada palabra su cabeza se movía de un lado a otro y sus ojos se mantenían apretados con fuerza.  

"Sunoo, Sunoo; despierta" Niki se apresuró a tomar el rostro del mayor entre sus manos y acariciar las regordetas mejillas con ternura para calmarlo. Su acción funcionó después de unos segundos, Sunoo se quedó quieto y aparentemente volvió a dormir. "Eso es, duerme" le susurró el menor para después depositar un pequeño beso en la mejilla izquierda pero para él no fue suficiente así que sus labios subieron desde ese lugar después a la barbilla contraria para terminar en los rosados y suaves labios; una vez ahí depósito un largo y amoroso beso el cual sorpresivamente fue correspondido. "Descansa, aquí estoy" Susurró Niki en el momento que se separó pero volvió a juntar sus labios esta vez en un beso profundo; seguido de esto se acomodó en su lugar y atrajo al mayor a su cuerpo aferrándose a él como si algo o alguien quisiera arrebatarselo.