Capítulo 27

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"Woah" Sunoo, Niki y Heeseung dijeron al unísono al ver lo hermoso que era el lugar, cada casa estaba adornada con detalles de color dorado y blanco, definitivamente era distinto al pueblo que ellos conocían.

"¿Qué habrá pasado para que quedara de esa manera?" Se preguntó Sunoo refiriéndose a su antiguo hogar.

"No lo sé… pero de lo que sí estoy seguro es que fue algo horrible" Heeseung respondió al mismo tiempo que miraba por todos lados. "Vamos" el mayor comenzó a caminar seguido por el par de menores. Los pueblerinos en el momento que los veían pasar les hacían reverencias o hasta llegaban a gritar alabanzas. 

"¡Príncipe Heeseung!" Una pequeña niña de no más de 5 o 6 años corrió hacia el mayor y se le abrazó a las piernas. El chico al tener contacto con la niña logró desencadenar una serie de visiones que le erizaron la piel. 

Dentro de su mente escuchaba unos gritos desgarradores acompañados con el sonido de algo chapotear de manera grotesca, a la par de esto pudo ver como la misma niña que colgaba de sus piernas ahora era sostenida por un grupo de lobos; estos estaban cubiertos de sangre la cual presumía que era de la pequeña, las fauces de cada can estaban incrustadas en la piel de la menor desgarrando cada músculo y rompiendo cada hueso a su paso. 

La siguiente pudo ver un cielo teñido de naranja pero no por el atardecer, si no por las llamas en las que el pueblo ardía sin control, la gente corría en un intento por alejarse del fuego, otros gritaban de dolor cuando las abrasadoras llamas lograban alcanzarlos y calcinar cada pedazo de tejido que pudieran. Todas las viviendas caían a pedazos sobre el suelo dejando nada más que escombros; los niños lloraban, las mujeres corrían, los hombres gritaban en busca de su esposa e hijos y parado en medio de la escena se encontraba un joven portando un traje de color blanco y en la mano derecha empuñando una espada. Pocos momentos después el chico pudo regresar a la realidad, la niña aún se encontraba aferrada a sus piernas al mismo tiempo que le sonreía. 

"Oh por todos los cielos, Jiyeon; ven aquí, ¿cómo te atreves a faltarle al respeto a los príncipes?" Una mujer apareció de la nada y tomó el brazo de la niña con rudeza, Heeseung al ver esto también tomó el brazo de la mujer; de manera suave, ella miró hacia arriba con una mirada asustada. "L-lo lo siento Alteza, le juro que mi hija echó a correr sin que me diera cuenta, le ruego su perdón" después de decir eso bajó la cabeza, el chico levantó una ceja extrañado pero una idea cruzó por su mente.

"Está bien, ella no hizo nada malo" dijo de forma suave para calmar a la fémina. "Ahora, creo que Jiyeon sería una buena compañera de paseo. ¿Le permitiría venir con nosotros?" Preguntó a la que presumía ser madre de la niña. 

"Oh… claro alteza" fue lo único que respondió antes de alejarse con una reverencia.

"¿Qué dices Jiyeon, vienes con nosotros?" El chico cargó a la niña y esta se aferró a su cuello. 

"¡Siiii!" Exclamó llena de felicidad, gracias a esto Heeseung rió levemente para después voltear hacia los menores, pero ellos no lo miraban tan entusiasmados.

"No creo que sea buena idea, Hee" Sunoo dijo de manera telepática. 

"Sunoo tiene razón, ¿qué tal que nos descubre?" Niki se unió al albino.

"Tranquilos, es muy pequeña para darse cuenta, además, puede sernos de ayuda" el par miró hacia abajo y asintieron aún un tanto inseguros. "Vamos entonces" el mayor sonrió y comenzó a caminar por la calle principal, Sunoo y Niki lo siguieron tiempo después. 

La gente hacía reverencias a la par que los tres muchachos desfilaban por las calles, todo el lugar era tan tranquilo y sereno que llegaba a ser incómodo. 

Given (Enhypen) IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora