── Libro 1 de 2. Dear Amane.
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Querido Amane: Me gustas, ojalá decírtelo en persona.
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Fue un accidente. Ella solo estaba distraída, y él estaba perdido. Fue un momento mágico, al menos para ell...
Lo sé, soy muy tonta. Debí haberte dicho algo antes de irme a esconder entre los brazos de Kou-kun y parecer una niña tímida. Pero lo cierto es.. que tenía miedo de dirigirte la palabra.
Eres el chico con el que tuve un click, y no quisiera que mis nervios te dieran una mala imagen de mi.
¿Esta bien que mañana te recompense con unas donas?, supe que son tus favoritas en la clase de economía doméstica -ya que todas las chicas estaban mencionando lo, y no pude evitar escucharlo-, así que espero y te gusten las que te haré al llegar a casa.
Prometo ponerles mucho amor♡
Con cariño, Yashiro Nene.
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Una vez que tocó el timbre del almuerzo, Nene guardo todas sus cosas, tomo su bento y salio como un rayo del aula una vez Tsuchigomori-sensei se fue. Aoi quedó más que sorprendida por su actitud, pues era la primera vez que lo hacía. Pero un oji ámbar se notaba un poco decaído.
Al parecer, su conversación tendría que esperar un poco más de lo hubiera querido.
En el caso de la oji rubí, está con su prisa se dirigió hacia los salones de secundaria, en donde, a las puertas del salón 3-B, salía un rubio junto a un trio de chicos. Uno de ellos le golpeó el brazo al de ojos azules, señalando después a la chica que se acercaba a ellos, por lo que esté le miró con extrañeza pero alzo la mano a forma de saludo, hasta que sintió como su rostro se chocaba con su pecho y sus brazos se enredaban en su cintura. Dicha acción lo dejo rojo, dado que está no solía darle esos afectos en público, e incluso sus acompañantes le miraron con un poco de burla y picardía. Sin embrago, Kou entendió que quizás había pasado algo cuando estaba en clases, y por eso estaban así, por lo que solo decidió acariciarle el pelo mientras una mueca nerviosa se le formaba en los labios.
Muchos comenzaban a murmurar sobre ellos.
— Neh, senpai.— le llamo Minamoto.— Creo que ya hay que deshacer nuestro abrazo.— se rascó la mejilla.
— ¿Podemos hablar en privado, los dos?.— pregunto en un tono de voz que pudiera escuchar él.— Lo necesito.
— Eh..
— Ve, nosotros iremos a la cafetería, si es que todavía hay algo bueno.— dijo Yooko mientras tomaba a los otros dos de los brazos y empezaba a tirar de estos para alejarlos de aquel dúo.— ¡Te vemos luego, Kou-kun!.
Mientras el trío tomaba la dirección contraria, la pareja de amigos decidió tomar rumbo a otro lado, yendo específicamente hacia la azotea. Nadie los molestaría allí, y así Nene podría desahogarse de la manera que quisiera.
En cuanto tomaron asiento en la sombra, Yashiro inmediatamente dejó caer su cabeza sobre el regazo de Minamoto, haciendo ovillo sobre el suelo mientras se aferraba al pantalón del joven. A Kou ya no se le hacía raro, desde que la conoció -hace un año atrás, antes de que ella entrará a preparatoria- se le había hecho costumbre hacer eso, sobre todo porque la hacía liberarse más de lo que parecía agobiarle. El rubio empezó a tararear una suave melodía mientras le daba el tiempo requerido a su mejor amiga, pasando sus largos dedos sobre la melena decolorada de ella.
— ¿Te acuerdas que hace dos semanas te dije que creí haber visto al chico de mis sueños?.— pregunto de la nada.
— Lo recuerdo, ese día te perdí de vista solo un segundo cuando estaba comprando unas cosas para la casa.— respondió.— ¿Tiene algo que ver con tu estado?.— ella asintió sobre su pierna.
— Ese chico es el nuevo alumno que iba a entrar a la escuela estos días.— comento.— Y lo más impresionante, es que está en el mismo salón que yo.
— Senpai, no creo que sea cosa del destino que haya entrado a esta escuela.— dijo.
— No importa que haya sido, sea destino o casualidad, se que ese chico es el mismo de aquel día.— suspiro.— Nunca olvidaría su sonrisa amable aunque hubiera alguien igual a él.
— ¿Y porque no te le confiesas?.— ella se alzó y le miró con reproche, haciendo sonreír un poco al rubio.
— Es demasiado pronto para hacerlo.— dijo.— Además, si hablamos de confesiones, ¿porque no haces lo mismo con el lindo de Mitsuba?.
Después de eso, aparte de que los colores se le subieron a las mejillas al oji azul, una guerra de comentarios sobre confesiones se desató, pero sin importar que se hablará de cosas sobre pareja, ambos estaban seguros de no ser jamás correspondidos.
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P
asadas unas horas, en la clase de economía doméstica, al grupo les tocó cocinar un postre, y de entre tantas selecciones, la más votada fueron las donas cubiertas. Nene se sintió aliviada cuando en su equipo se encontraban Sakura y Mei -del salón 1-C, ya que tenían clase compartida- junto a su amada mejor amiga Aoi, ya que estaba segura que si Yugi Amane se encontraba en su mesa de trabajo, en algún momento se habría lastimado por estar nerviosa y no deseaba causarle molestias al chico nuevo.
Mientras la hora de cocina pasaba con normalidad, muchos murmullos comenzaron a llamar su atención, ya que la mayoría de las chicas del grupo estaban divulgando sobre la adoración de Yugi Amane sobre aquel postre que preparaban, así que, en ese momento, a Nene se le ocurrió algo que haría al regresar a casa.
