Colapso. Parte 2

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-No te vas a quedar sola, estaré aquí...tranquila.- Algo seguía apestando y cada vez más podrido, quizá él moriría en Laguna Seca y no el y por fin se acabaría ya que estaría comprobado un accidente que no lo fue, tantas incógnitas en su cabeza. Permanecía sentado junto a ella pasando su mano sobre su suave y delicada mejilla.

-No...te alejes.- Poco a poco se iba quedando dormida.

Aún traía el celular en mano y de repente sonó, el identificador marcaba una llamada de su hermano.

-Shhh, duerme tranquila. Aquí voy a estar.- Tomó el teléfono de ella.- Aquí Magnus...

-¿Cómo está ella?.- Estaba ansioso.- ¿Cómo se lo está tomando todo?.- Llegaba el pelinegro con dos vasos de cafés mientras uno le entregaba.- En una hora partiremos a California.

-Nosotros saldremos en dos y no está muy bien que digamos, está a punto de desmayarse.

-¡Diablos! cuando algo le afecta realmente...tiene pesadillas, aunque no me guste lo que diré...tendrá que ir sedada.- Él recuerda las noches que tuvo que calmarla cuando había muerto su mejor amigo.- Creo que es lo más conveniente...suele tener sueños muy feos...te lo digo por experiencia.

-Bueno, deja conseguir sedantes de camino al aeropuerto para ponerla bien, estate tranquilo y no hagas algún movimiento en falso, solo busca destruirnos y cree que lo está logrando al menos con ella.- Le puso una mano en la frente.- ¿Es normal que esté así de caliente o tiene fiebre en estos casos Leo?

-¿fiebre?.- se quedó callado por un momento.- Cuando tenía esos episodios su temperatura bajaba y temblaba mucho.- Ahora si se estaba preocupado, trata de mantener la calma.

 -Que hago Leo, si la llevo al hospital es terreno libre a menos que la atiendan en el avión, y es lo que haremos seguramente.- Se quedó callado un instante, vio la hora y faltaban 45 minutos.- Llamame en una hora y media, ya es tarde y el avión debe despegar.- Colgó y la cargo hacia la camioneta.

El pelirrojo se quedó preocupado, no sabía con exactitud lo que le pasaba a su hermana en ese momento, le ara caso al castaño. Mientras que su amigo le exigía explicaciones en ese instante.

Tomaron el avión y a ella le atendieron en la silla de un lado, estaba nervioso por cualquier cosa que le pasará y tenía un mal presentimiento sobre el. Algo sucedería para los dos. Los chicos tomaron su avión inmediatamente, todo esto les preocupa mucho.

En el avión del peliazul miraba por la ventanilla. Esperaba que ese plan funcione. (Padre no puedo permitir que les hagas esto a ellos y sobre todo a ella. Pequeña rosa espero que algún día me perdones...sé que estarás bien con Magnus.)

-Vamos pequeña, te quiero tanto y saldremos de ésta a cualquier costo, solo resiste...- Esas palabras de aliento las pensaba, el médico ya la había sedado y su temperatura se había normalizado, eran 14 horas de vuelo de las cuales sobraban 13 y media, de las cuales estaría al borde de su asiento.

-Nath...tengo...frío.- En su inconsciente era quien estaba hablado en ese momento, sentía que su cuerpo se estremecía ya que sentía como el clima del avión era más frío.

En el otro avío donde viajaban los chicos el pelinegro llamaba a un amigo suyo para que le hiciera el favor de investigar a los Toletto, mientras que él pelirrojo trataba de mantenerse tranquilo.

-Tranquila pequeña, aquí estoy.- Fue lo que atinó decir, pidió que el clima fuera más cálido y le puso un cobertor encima, sus escoltas estaban al pendiente de todo. Tomo el cel de ella y llamó a Leo.

-¿Como sigue?...¿Qué ha dicho el médico?.- Le preguntó rápido cuando recibió la llamada del castaño.- Ha ¿pasado algo más?

-Nada, su temperatura comenzó a disminuir y ya se estabilizó, ya está sedada y hablando de Nath...

¿Destino?... Concuerdo contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora