El sabor de tus labios.

12 3 0
                                    

De un momento a otro supo de el hasta un impreciso momento de la mañana, estaba comenzando a salir el sol y ya tenía los ojos abiertos. Había dormido mejor que otros días. Se levantó a sus necesidades matutinas y lavarse la cara, no hacía frío dentro de la casa de ella por lo que salió sin camisa al baño. Hizo sus necesidades y se lavo la cara contemplándose al espejo.

La chica se levantó unas horas antes así para poder preparar el desayuno, aún seguía con su pijama. Escucho el abrir de las puertas y dio por hecho que ya despertó se ahorró la ida para despertarlo.
Preparo la mesa y coloco el desayuno que consistía en jugo de naranja, fruta picada, café, huevo con tocino.

Seguía admirandose y reflexionando en que debería hacer. Era un novato en cosas amorosas y para ser sincero con el mismo no le había interesado hasta hace unos meses atrás. Suspiro y salió del baño.

-¡¡Magnus!! ¡¡El desayuno está listo!!. - le grito desde la cocina mientras ella colocaba los últimos detalles en la mesa y tomaba asiento donde lo espera.

Regreso a la habitación y se puso una playera, sería indecencia suya salir de esa manera y fue donde ella. Tomo asiento, aún se estaba despabilando.

-Espero que te guste el desayuno--le da una cálida sonrisa y sirve café para ellos dos. - espero que durmieras bien.

-Dormi más que bien, gracias.-
Tomo la taza y el olor a sus narices fue inevitable, olía muy bien y dio un pequeño trago. No estaba dulce y tampoco cargado. El punto perfecto. -Esta...delicioso...-

Esa mañana se había esmerado mucho para preparar el desayuno y causarle una buena impresión a él.

-Es bueno saberlo...disfrútalo. - empieza a comer tranquilamente su desayuno

Empezó también a comer, todo estaba muy rico, trataba de no comer apresuradamente aunque eso no se le daba muy bien.

Mientras comía lo volteo a ver por un momento y sonrió de lado. Siguieron así por un rato, se generó un silencio en la mesa pero no era incómodo al contrario era tranquilo y eso le gustaba a ella.

Término y dejó el plato en frente suyo. Se quedó ahí sentado viéndola, quería sentirse ajeno pero no podía, estaba complacido y puso las manos sobre la mesa.

- ¿Que te pareció el desayuno?-termino de comer y se levantó mientras recogía todo para llevarlo al lavado.

Mientras lavaba los trastes le dio la espalda, se sentía nerviosa hace tiempo que no se sentía así y eso le gustaba aunque no sabía cómo actuar en frente de él.

-Estaba muy rico, gracias.- Sólo pudo decir eso, no tenía más palabras en la boca. Fue y se paró junto a ella.- ¿Necesitas ayuda?

-¿Puedes secarlos por favor?-le pasó unos platos que tenía ya limpios. - y colocarlos en la alacena de a lado

Tomo un pañuelo que tenía junto y comenzó la labor en silencio, como iba terminando los iba pasando al mueble, mantenía la vista fija en lo que hacía. Dentro de su concentración sin querer le dio un codazo.

-Perdon no fue intencional.- se había dado cuenta de lo que había hecho así que se disculpo.

-No te preocupes.- no le tomó mucha importancia seguía con su labor.

Siguió callado y secando platos. Era medianamente entretenido, pasando por paño y alacena. Estaba pensando en la temporada.

Ya faltaban pocos trastes para terminar de limpiar y cuando termino le dejo los que quedaban y se fue a la mesa con un trapo humeando que tenía cerca para limpiarla.

¿Destino?... Concuerdo contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora