Descubriendo la Verdad.

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-Correspondio el abrazo la pelinegra.- Es muy amable la señora y tiene un aire maternal.

La señora los llevo a una mesa para ellos dos junto a una ventana.

-Cada que vengo no puedo evitar pasar aquí.- El castaño le recorre la silla a su novia para que tome asiento.

En una mesa del fondo se encontraba un joven de pelo castaño oscuro, de piel blanca y ojos miel vestía todo de negro haciendo que le de un tanto misterioso que cuando volteo a ver a las personas que entraron se sorprendió al ver a la hija de su jefe así que discretamente sacó su celular y tomando una foto a la pareja le envió un mensaje.

-[Jefe su hija está aquí en Italia...espero ordenes de usted.]- Adjunto la foto con el mensaje mientras los observaba discretamente.

-En verdad si que es un lugar bello.- la pelinegra seguía admirando el restaurante.

Si la fachada de afuera le asombró por dentro quedó impresionada la decoración eran tan hermosa.

En el aeropuerto estaba el pelirrojo mayor subía a su vuelo cuando le llegó el mensaje de su subordinado y sonrio de lado.

-[No los pierdas de vista he infórmame de cada movimiento que hagan los dos.] - Fue su respuesta mientras aguardaba su celular mientras bebia su copa de vino que le servían.

-Bueno, la tía Bianchetta tiene todo el lugar bien arreglado y limpio siempre, tiene viñedos, sus propios animales y demás cosas que imagines.

El chico sacó su celular al sentir que le llegó un mensaje, al leer el mensaje decidió hacer tiempo como su desayuno y esperar a que la pareja salgan del local además de pensar en cómo deshaserce de los escoltas que los acompañaban.

-Este lugar es asombroso.- Se admiro la pelinegra por lo que le contaba su novio.

-Lo es y ella prepara el especial de la casa para nosotros ahora, cordero con salsa de jitomate y vino dulce.-

-El menú se ve deliciso...ya quiero probarlo.

Cuando ella lo sirvió comió rápido pero disfrutando cada sabor adoraba el platillo.

Cuando llegó su plato saboreó cada bocado y le agradó el sabor del platillo era muy esquisto y que decir del vino, se ve exquisito pero por su embarazo no puede tomar alcohol.

Cuando término se dejó caer en el respaldo de la silla con un crujido.

-Estuvo delicioso.- Estaba más que satisfecho el castaño con la comida, ya extrañaba esos sabores.

-Fue una delicia...me encantó todo.- Dejo su copa de jugo a medio terminar a un lado.- Me enamore de la comida italiana

-Es lo mejor que hay en el mundo.-

-La pelinegra le sonrie a su novio.- Ya es momento de irnos... Aun tenemos que ir al hotel a desempacar y si es posible me gustaría explorar la ciudad.

-Si.- Se levantó y fue a pagarle y darle respetos a su anfitriona, era una mujer muy buena que lo apreciaba mucho.

Con la noticia que el tenía ella estalló en alegría y les regalo una botella de vino de su mejor cosecha, aunque el no quisiera le obligó a llevársela. Salieron entre besos y abrazos del lugar hacia el coche y de ahí hacia el centro de Roma.

-Voy a entrañarla y a su comida...no estaría mal mandar a Sou para que aprenda a cocinar.- Sonreia mientras veía a la amable anciana a lo lejos despedirse de ellos.- ¿Por qué te regalo esa botella?

Cuando los dos salieron del local, el chico dejó lo correspondiente a su desayuno y se apresuró a salir, para tomar su moto y alcanzarlos para no perderlos de vista además de así darle su informe a su jefe.

¿Destino?... Concuerdo contigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora