four

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Como todos estaban cansados por el viaje, aquella noche se fueron a la cama temprano y sin cenar, para Louis aquello fue un alivio porque realmente no tenía intención de comer nada por un par de días.

La mansión tenía grandes habitaciones en la planta de arriba. Louis había elegido la habitación con el baño más grande y solo tenía a Liam al lado. En su otro lado no tenía a nadie y eso había sido una gran estrategia.

El pensar que tenía a Harry a tres puertas de distancia no le dejó dormir aquella noche y tan pronto como vio la luz del sol asomarse por la ventana, bajó las escaleras y entró a la cocina.

Era una sala grande. Con una isla en el centro y varios hornos y frigoríficos. Todos los electrodomésticos eran negros, igual que los azulejos de la pared y la piedra de las encimeras.

Eso le daba un aspecto elegante, pero también la hacía parecer más pequeña de lo que era.

Se puso a rebuscar entre los muebles y encontró harina, huevos y leche. Decidió hacerle tortitas a los chicos. Con el tiempo (y Freddie) había mejorado su técnica un poco.

Louis antes solo cocinaba bacon y huevos. No era capaz de freír unas patatas o guisar, pero Harry sí sabía hacerlo, bastante bien. Y eso les salvaba de morir de inanición o engordar por la comida basura.

Pensando en aquella época, empezó a medir los ingredientes y mezclarlos en un bol. Tarareando Defenceless echó un poco de masa en la sartén a la vez que la puerta de la cocina se abría.

Se miraron fijamente a los ojos durante interminables segundos. Harry estaba despeinado, sus bonitos rizos marrones volaban en todas direcciones. Fue un bostezo de su parte lo que los sacó del trance.

—Pu-puedes ir al comedor, estoy haciendo el d-desayuno— murmuró Louis bajando su mirada. No vio si Harry asintió, pero al volver a mirar arriba no estaba.

Pudo respirar tranquilo.

El olor a quemado era leve, pero eso hizo que volviera a la sartén para sacar la tortita del fuego.

En diez minutos, tenía unas quince tortitas hechas. Hizo un par más para Niall y salió de la cocina con los platos en las manos.

En el comedor los cuatro chicos estaban con los teléfonos y con el golpe de la puerta de la cocina al cerrarse, levantaron sus cabezas hacia él.

—Tengo tortitas.

Niall fue a ayudarle con los platos, y una vez en la mesa Louis le dio a cada uno las suyas.

—Para Liam son las finas, de Niall es el montón grande. Zayn... uh, h-he puesto nata sobre las tuyas.

Louis cogió las suyas y arrastró las de Harry hacia el chico. Había puesto trocitos de chocolate y rodajas de plátano sobre ellas, sabiendo lo mucho que al rizado le gustaban así.

—Están muy buenas, Louis— dice Zayn—. Recuerdo que no eras capaz de cocinar nada sin quemarlo.

—He cogido la técnica con los mellizos y Freddie— dice Louis tras tragar su primer trozo—. Aman las tortitas y no puedo decirles que no a esos ojitos azules.

Un gemido de satisfacción suena en el otro lado de la mesa, interrumpiendo la conversación.

Harry tiene los ojos completamente abiertos tras darse cuenta de lo que ha hecho y su cara se vuelve roja rápidamente.

—Son d-deliciosas y-y ¡lo siento!— por un momento Louis piensa que le está hablando a él, disculpándose por haber peleado, pero el resto de su frase le quita la esperanza—, no quería hacer ese sonido, de verdad.

La mirada de Louis cae a su plato, sin apetito ya. No vuelve a tocar sus tortitas en toda la mañana y cuando los chicos terminan de comer, él corre a tirar sus restos de comida en la basura.

No sabe si reír o llorar en ese momento, por lo que se encierra en el baño y hace ambas cosas, pensando en Harry.

ONLY THE BRAVE ── l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora