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Las fotos estaban por todos lados. Louis las revisaba a todo momento y no le gustaban.

Aunque la sudadera le tapaba bastante, podía ver su gordo y asqueroso trasero y eso le estaba dejando sin fuerzas.

No podía saber cuánto pesaba en esa casa adaptada para que no se hiciera daño, pero eso le estaba matando lentamente.

Podía sentir cada caloría salir de su boca al vomitar. Harry había hecho su plato para comer. El de ellos.

Pollo envuelto en jamón de parma relleno de queso mozzarella con un puré de patatas.

Su esófago le pedía a gritos que parara de vomitar, pero le era casi imposible. Los recuerdos, las calorías, Harry, ...

Se estaba volviendo demasiado.

Entonces los chicos habían planeado ver una película aquella tarde. No, iban a hacer una maratón con la gran pantalla plana que había en la sala.

No iban a ver cualquiera, eran sus películas, las de los Tours y This is Us.

Sabía que los chicos habían hecho eso antes, desde el principio en realidad, pero era la primera vez que Louis se iba a unir.

Cuando bajó las escaleras, totalmente débil y temblando, todo estaba oscuro y Niall estaba acurrucado con una manta en el sofá. Le disparó una sonrisa de dientes blancos y Louis rápidamente se sentó a su lado.

- ¿Es demasiado temprano?

- No, creo que Harry está hablando con su madre en algún lugar y Liam y Zayn están haciendo toneladas de palomitas en la cocina.

- Cool -murmura Louis mientras coge una manta y la estira sobre su cuerpo.

Los otros tres hombres llegan minutos después y solo le toman cuarenta minutos a Louis para caer agotado.

Niall es el primero en notarlo, ya que la cabeza del castaño había acabado en su regazo. Empezó a acariciar el pelo plumoso y cada vez Louis parecía más relajado.

Cuando la primera película acabó, hicieron una pequeña pausa y fue cuando el resto se dio cuenta del cuerpo dormido.

Harry miraba a Louis intentando disimular, su ex-novio era demasiado guapo, pero parecía que llevaba meses sin haber dormido y por fin había tenido la oportunidad.

Niall recostó a Louis sobre un cojín y fue a la cocina tras Zayn y Liam.

Entonces Harry se dedicó a pensar en los últimos tres años. Los tres años más largos y tristes de su vida.

Louis había sido el motor de su vida durante años, la persona que lo hacía tener confianza y con un par de palabras lo había perdido, sin tener oportunidad de volver a recuperarlo.

Su anillo de compromiso seguía en el mismo dedo desde que se lo habían dado. Recuerda al Harry de 18 años, aquel chiquillo asustado y que fue obligado a fingir que desconocía a su novio, que le hacía seguir adelante con solo un par de miradas.

Aquel que descansaba inquieto en el sofá con una respiración superficial.

—¿Liam? Creo que a Louis le ocurre algo, n-no está respirando bien.

—¡Despiertalo!— la voz de Liam salió ahogada de la cocina.

—¿L-lou?— Harry afianzó sus manos sobre los hombros del mayor y empezó a removerlo— Por favor, despierta.

El chico despertó súbitamente justo cuando Liam abrió la puerta de la cocina y corría hacia ellos.

—Llama a Lottie, Harry. Dile que ha tenido una recaída, ¿quieres? Es muy importante que las gemelas no estén con ella— el de ojos verdes asintió rápidamente y buscó el número de la rubia en su teléfono, rezando por tenerlo aún.

Marcó y a los tres toques la chica le respondió.

—¿Harry?— su voz sonaba somnolienta y Harry temió haberle despertado.

—Sí, yo... dice Liam que Louis ha tenido una recaída. No sé de qué exactamente, pero-— recordó entonces lo de las gemelas—¿¡Están Phoebe y Daisy contigo!?

—No, no están. Voy a la casa, ¿vale? Dadle azúcar, por favor.

Harry suspiró al teléfono al colgar, totalmente confundido.



































ONLY THE BRAVE ── l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora