nine

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La primera vez que Harry nota que hay algo raro con Louis es aquella mañana.

Mientras mueve la masa con el niño rubio, el castaño intenta alcanzar una de las baldas más altas y para ello se ha subido a la encimera.

Harry no quiere intervenir, él sabe que Louis es muy capaz de hacerlo todo por sí mismo, pero entonces nota que una rodilla se está resbalando y se mueve sin pensar.

Sus manos se posan en la cintura del más bajo para estabilizarlo, y es cuando nota lo que esconden las sudaderas.

Louis tiene una cintura demasiado pequeña para ser normal. Él siempre ha tenido este cuerpo curvilineo más propio de las chicas, pero le parece que esto es raro.

Tras asegurarse de que el mayor no se va a caer, le da una sonrisa de hoyuelos extrañada y vuelve con Freddie.

El niño mantiene una conversación sobre cualquier cosa con Harry, pero el de pelo rizado no es capaz de pensar en otra cosa que no sea en el bajito hombre que fríe las tortitas.

Louis parecía, ahora que lo miraba bien, tan demacrado. Tenía ojeras pronunciadas, los ojos opacos y sus pómulos enfermamente marcados.

Eso hizo a Harry pensar si verdaderamente el mayor estaba enfermo. Lo había visto rechazar comida, quedarse inconsciente totalmente de repente y ahora su hermana trajo a su hijo solo pidiéndolo una vez. Todo parecía cuadrar en su cabeza… también las pastillas. Esas que estaban desperdigadas en todos los baños y que siempre que Liam las encontraba corría hacia Louis como si hubiese visto un fantasma.

Harry guardó esos pensamientos, pero si realmente estaba enfermo, él iba a cuidar de Louis. Costara lo que costara iba a volver a entrar a su corazón y cuando lo hiciera nada lo haría salir de allí. La había cagado años antes, pero nunca fue su intención acabar así.

Amaba tanto al chico que era malditamente doloroso.

Freddie lo sacó de su ensueño mostrándole su tortita decorada. Tenía crema de cacahuete y unas tiras de nata, que la hacían parecer una pelota de baloncesto.

—Parece que el gusto de Austin por el baloncesto ahora también es tuyo, ¿eh? —Harry picoteó el pequeño hoyuelo de la mejilla derecha del niño y este rió.

 —Autin dice que voy a ser un gan jugador y todos los días entenamos. Papá prefiere que me haga guitarrista, ¿vedad, papi?

El mayor asiente, y eso es toda la conversación, porque Louis coje el plato del pequeño y lo hace moverse a la sala. Harry mira los demás platos con atención y nota que las suyas tienen una cara de sirope, con un corazón en la mejilla. Toda su cara se ilumina en un intenso rojo y sonríe con dientes. Quizá esta mañana ha sido un gran avance, aunque Louis aún no se diera cuenta.

En dos días empezaban las primeras grabaciones y en una semana y media los ensayos del tour. Todo eso era tiempo que podían aprovechar para arreglar las cosas y si Harry administraba bien su tiempo, volverían a la normalidad, su antigua normalidad.





vaya caca de capítulo.

en fin es un relleno antes de lo verdaderamente interesante.

ONLY THE BRAVE ── l.s.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora