19: Malas ideas McGee

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Tony arrugó el ceño y sacudió la cabeza, como queriendo librarse de esa mala idea que poco a poco empezaba a inundarle la siempre inquieta mente.

—Jarvis, amigo, recuérdame cuántos fanfics he leído.

Señor, me temo que he perdido la cuenta desde que encontró lo que usted llamó, y cito, "el Kama sutra Steve y Tony" —respondió la voz, haciendo a Tony soltar un suspiro y dejar caer su cabeza en la mesa del taller donde estaba trabajando.

Empezó a soltar pequeños gruñidos, molesto con la idea, con Wattpad, y con el mundo en general. Estaba a mitad de uno de los insultos más creativos cuando escuchó movimiento, uno muy robótico, y se levantó de golpe.

—¡Maldita sea, estúpido montón de tuercas! —exclamó, viendo al pequeño brazo robótico hacer un desastre en la esquina del taller que llamaba "habitación de Babas". El brazo bajó, y si tuviese un rostro, éste demostraría lo apenado que se sentía. Tony suspiró una vez más, para luego levantarse y acercarse a Babas, dándole una suave caricia antes de salir del taller.

La idea estúpida que venía bailando un bonito tango en su mente desde hacía varios días, no era más que producto de una sobredosis de ficción mezclada con curiosidad marca Stark. Había estado explorando ciertas áreas de los fanfics, especialmente aquellas que trataban su compleja relación con Steve. Decidió explorar más a fondo después de quedar traumado con las historias sobre Thor y Loki y sentirse empalagado con aquellas sobre Natasha y Bucky.

Entonces, descubrió una sección bastante interesante que le gustaría poner a prueba con Steve: aquellas historias donde no bajaban al soldado de una bestia en la cama. Claro, la fuente de tal poder provenía de los celos y Tony Stark tiene un doctorado en provocarlos.

—Jarvis, tengo una idea...

Se va a arrepentir, señor.

—Tengo dos ideas: la primera implica a cierto soldado. La segunda, a una cafetera inteligente diseño Jarvis —sonrió ante el silencio de la I. A. y siguió caminando por el pasillo, llegando a la sala común, encontrando a Steve, Thor y Natasha ahí, los tres disfrutando de una película de Adam Sandler. Sonrió perverso, decidido a llevar a cabo su plan.

Se acercó al sofá donde estaban Steve y Thor, sentándose al lado del segundo y viendo por el rabillo del ojo al primero, viendo que su discreta acción había sido en vano, pues el soldado parecía prestarle más atención a la discusión entre Adam Sandler y Andy Samberg que a los movimientos del genio. Ahogando un bufido, fingió un bostezo y se recostó sobre el dios, acomodándose en el grueso brazo (preguntándose, brevemente, si era más grueso que el de Steve), ganándose una mirada confundida de Thor.

—Stark, Rogers está de este lado —señaló el de barba, mientras Steve los miraba confundido.

—Sí, pero yo ya me acomodé. Espero no te moleste —sonrió cansado. Thor se encogió de hombros, devolviendo su atención a la pantalla. Tony, en cambio, vio brevemente a Steve, sintiéndose decepcionado al ver que sólo encogió los hombros y sonrió suave. Se revolvió un poco antes de caer dormido.

⎊⎊⎊

Despertó lentamente, sintiéndose brevemente confundido al verse apoyado en Steve en lugar de Thor. Se incorporó y vio al Dios a su lado. Sonrió para sus adentros, eso fue un avance. Poco, pero trabajo honesto.

Cuando terminó la película, se levantaron, dispuestos a irse, y decidió que era momento para otro movimiento. Así que, ignorando a esa voz (que rara vez hacía acto de presencia) gritándole que era una idea más fea que estornudar con diarrea, se acercó a Thor y se abrazó a la gran espalda del dios. Tragó saliva, pero ya estaba muy comprometido con su estupidez como para echarse atrás.

Si Tony Stark tuviera WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora