Capitulo trece.

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Capítulo 13

Camino los más rápido que puedo, tratando de ignorar todas esas miradas de desprecio, otras (la mayoría de los hombres) de deseo. Asqueroso.

Y lo peor. Ni siquiera sé por qué me miran así, no sé lo que paso en esa fiesta que hizo que la mayoría de las personas de la escuela - incluso los profesores – me miran. Soy el centro de atención y no sé por qué.

Sigo caminando hasta detenerme en la cafetería, doy un vistazo hasta detener mi mirada en una cabellera rubia. Camino con todos esos par de ojos siguiéndome. Me hace sentir violada por sus miradas.

No sé si soy yo o es que se ha creado un silencio en toda la cafetería. Creo que la mayoría piensa que voy a golpear a alguien pero no, solo quiero hablar. En privado.

Me inclino un poco y toco con mi dedo índice su hombro. Se voltea a verme. Cuando se voltea tiene una gran sonrisa que se va desvaneciendo poco a poco al ver mi expresión.

-¿Puedo hablar contigo? – murmuro.

Asiente.

-En privado – aclaro.

Encogiéndose  se levanta de donde estaba sentado y sin decir nada se dirige hacia la salida de la cafetería. Sin esperarme. Pongo los ojos en blanco y corro detrás de él.

Saliendo, veo que esta recostado en unos casilleros con sus manos en los bolsillos.

-¿De qué querías hablar? – dice.

-Vamos a fuera. Digo esta vez yo adelantándome y dejándolo atrás.

Ya afuera en la entrada de la escuela miro hacia un árbol en donde se encuentran dos ardillas jugando a correrse. Hasta que siento alguien detrás de mí.

-Bien, ya estamos en privado. ¿De qué querías ha…?

No lo dejo terminar.

-¿Qué fue lo que paso en esa fiesta?

-¿Cuál fiesta? – dice haciéndose el desentendido.

-Vamos, no te hagas el idiota porque no te va. La fiesta en donde terminaste todo magullado. – aclaro.

-Nunca dije que me hayan golpeado en una fiesta. Además el otro chico termino peor que yo.

-Si no te golpearon en una fiesta, ¿En dónde fue? – cruzo mis brazos y frunzo el ceño.

-eh… - no dice nada, de repente mira mi rostro y ve que tengo mi mejilla de un tono rojo, y en su expresión cambia a preocupación.

-¿Qué diablos fue lo que te paso? – dice acercando su mano a mi mejilla y tocándola con cuidado.

Aparto su mano, volteo mi rostro hacia el otro lado.

-Nada – no quiero hablar de eso y menos con Luke. No es porque no me importe su opinión o preocupación, simplemente no quiero que se entere que una chica descerebrada me golpeo y yo no hice nada para defenderme y devolverle el golpe.

-No cambies el tema. Dime lo que paso en esa fiesta. – exijo.

Sin decir nada más sobre mi mejilla habla, pero aun esta es preocupación en sus ojos.

-Fue por una estupidez – estaba a punto de hablar pero él me para con una mano. – Bien veras estaba con mis amigos  tomando algunas cervezas fuera de la casa de donde era la fiesta cuando escuchamos las risas escandalosas del equipo de futbol. No le di mucha importancia hasta que mencionaron tu nombre.

Se detiene esperando ver mi expresión. No hago ningún movimiento, tampoco volteo a verlo.                                                Después de un momento continúa.

-Así que me aleje de mis amigos y me acerque un poco para poder escucharlos mejor. Vi que entre ellos estaba Alex…

-¿Alex? – Digo interrumpiéndolo - ¿Alex Heist?

Asiente y continúa.

-Estaba alardeando de que te había besado en la excursión del viernes pasado antes de que pasara… lo del accidente – Antes de que la zorra de Esteffany me acusara de haber roto un artefacto del museo -.  Luego menciono que estaban saliendo y que pronto te tendría en su cama. En ese momento no aguante más, me acerque y lo golpeé y la mayoría de la escuela estaba ahí. Y… así fue como termine en tu departamento.

Al parecer el golpe contra el casillero me provocó una contusión. No sé si darle las gracias y abrazarlo por defenderme. O si golpearlo por hacer que la mayoría de la escuela crea cosas que no son.

-Gracias – digo al fin -.

Se encoge de hombros. Sin decir nada, dándome una sonrisa se voltea para irse.

-Solo una cosa – digo haciendo que se detenga. Se voltea - ¿Por qué lo hiciste? Defenderme.

Frunze el ceño.

-Quiero decir, apenas nos conocemos y no es que seamos grandes amigos.

-Sí, tienes razón no somos tan cercanos. Pero por esa misma razón no creerías por qué lo hice.

Sin decir nada se aleja, dejándome confundida.

Tenías que ser túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora