El hombre frotó con vehemencia sus palmas, muy ansioso por probar aquella grasienta hamburguesa acompañada con papas que había pedido en el mismo local donde se encontraba, sentado en una mesa afuera de este.
Estaba a punto de atrapar su preciada comida cuando recordó algo; debía tomar una foto, como acostumbraba.
Bajó su vista un momento, tomó su celular y cuando apuntó con la cámara a su objetivo... ya no estaba.
—¿Pero que...— incrédulo empezó a buscar con la mirada hacia ambos costados, debajo de la mesa y hasta debajo de la misma bandeja. Pero de mal a peor, ahora que se daba cuenta, las papas también habían desaparecido. —¡¿Qué carajos?!— el hombre gruñó fastidiado y muy confundido.
Corrió hacia dentro del restaurante para reclamar aquello que le sucedió; si es que podían creerle.
A unos cuantos metros de aquel suceso, unas botas obscuras resonaban en las veredas, caminando mezclado entre el gentío y con la vista ensimismada en un documento.
Intentando ser lo más discreto posible, extendió ambas palmas para atrapar aquello que venía flotando hacia él; unas papas y una hamburguesa. La última cual ni bien tomó le dio un gran mordisco.
Mientras degustaba aquellos aperitivos, se adentró a una cabina telefónica que encontró, cerrando bien la puerta e intentando que ningún sonido escapase de ahí. Insertó unas monedas que también se "encontró" y marcó unas cifras para aguardar un poco.
—¿Si?— oyó en la otra línea.
—Soy yo.— usó su tono siempre seco, lo que bastó para que la otra persona le reconociera al instante.
—Me has llamado, por lo que supongo entonces que ya lo has hecho.
—No precisamente, pero sí puedo asegurarle que estoy a nada de conseguirlo.— hizo una pausa para sonreír enorgullecido. —Tengo la información que necesitaba, ahora sólo me queda atraparla.
—¿Entonces lo tienes todo resuelto según tú?— el tono de la voz masculina se agravó un poco y eso bastó para que al chico se le erizara la piel. —¿Crees que tengo tiempo para saber tus estupideces? A menos que llames para avisar que la tienes, no me interesa.
El menor se inclinó temeroso al oírlo, como si el otro pudiese verlo. No parecía el mismo joven intimidante de hacía momentos antes.
—Le pido disculpas, no era mi intención interrumpir su preciado tiempo.— habló rápidamente. —Sólo quería que supiera que de verdad estoy progresando con mi misión.
—Muy bien, lo dejaré pasar.— rio más calmado. —¿Así que... tienes la información? ¿Y qué tan precisa y confiable es?
El menor, seguro de sí, carraspeó.
—Tomé unos archivos de una estación de policías, según el oficial al que interrogué, me conducirán directo a la persona que se la llevó consigo. Lo demás se hará por sí sólo.
—Vi en las noticias lo que sucedió en aquella estación. Entonces sí has sido tú.— volvió a reír suavemente. —Espero que sea cierto eso de que no encuentran ningún indicio del sospechoso aún. Me imagino que no has dejado ninguna huella en la escena.
—Me aseguré de eso, no se preocupe.— su tono rígido le fue convincente.
—Bueno, te creeré por ahora.
—Le estoy agradecido, de verdad.— éste soltó un suspiro de alivio.
—De todas formas no creo que me falles porque tú sabes bien lo que ella hizo.
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The stranger ➸ J. HoSeok ©
Hayran Kurgu¿Para qué vivimos? ¿Qué nos impulsa a seguir de pie pese a las atroces situaciones que nos depara la vida? Hoseok tenía un porqué. Pero lo perdió. ¿Ahora de qué le sirve seguir en éste mundo entonces? Todo se oscureció completamente para sí y por m...