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El auto de policía se detuvo y ella salió después de Jungkook. Pudo leer fugazmente el cartel del establecimiento al que se adentraron. 

"Hospital psiquiátrico" decía. La expresión de Blue fue de confusión.

Aunque le resultase intrigante todo aquello, sólo permaneció en silencio ya que Jungkook se notaba bastante serio respecto a la situación; como si se emergiera por completo en otro mundo. 

La chica se quedó estática ni bien entró al lugar, el mayor sin darse cuenta se adelantó hacia una zona de recepción para hablar con un encargado, mientras ella permaneció así con la vista desorientada y a la vez analítica sobre todo lo que la rodeaba.

Paredes blancas tanto como el piso hicieron pesada su respiración; enseguida entendió por qué. Entonces intentó esfumar aquellos recuerdos pero le fue imposible. 

¿Qué debía hacer?

—Blue...— se sorprendió al ver de repente a Jungkook frente a ella. Por suerte logró sacarla de su trance —¿Vienes?— preguntó y ella enseguida agitó la cabeza, siguiéndole. 

Tomaron el ascensor y caminaron bastante por un prolongado pasillo igual de claro, como todo allí. Se detuvieron frente a una puerta donde Jungkook ingresó primero, diciéndole que debía esperar un momento afuera. Y así lo hizo.

Mientras observaba el pasillo, pudo notar mejor todo allí. Un enfermero inspeccionando las habitaciones; otro llevando a un paciente en silla de ruedas, del cual recibió un saludo que ella gustosa regresó. 

Entonces oyó la puerta abrirse de nuevo y Jungkook la invitó por fin a pasar. Con nerviosismo obedeció. 

—Blue, te presento a Ryujin, mi hermana menor.

Blue miró a la joven, tenía  el cabello castaño y rasgos muy bonitos; no parecía pasar de los quince años. Estaba sentada al borde de una blanca cama y vestía ropa de la misma tonalidad. Ella le estaba sonriendo dulcemente. 

—Mucho gusto, Ryujin.— enseguida mostró una reverencia un tanto exagerada. 

Oyó una pequeña risita por parte de ésta y vio como se incorporaba. 

—El gusto es mío, Blue.— la menor caminó dando una vuelta a su alrededor, inspeccionándola sutilmente. —Vaya, vaya... Sí que eres tan hermosa como lo decía mi hermano-

—¡O-oye!— Jungkook, rojo como un tomate se lanzó hacia Ryujin para tapar su boca, pero lástima; ya era demasiado tarde.

Ella sonrió al oir aquello, disfrutando de la pequeña riña de hermanos que tenían esos dos. Eso le trajo un fugaz sentimiento de nostalgia. 

Pero lejos de todo eso, sintió algo de curiosidad al notar el comportamiento de la adolescente. Parecía estar tranquila, cuerda y muy alegre. ¿Entonces por qué yacía internada en un lugar como ese?

—¿En serio Jungkook dijo eso de mí?— ella soltó una risita sin creérselo.

La menor logró escapar del agarre de su hermano y corrió a esconderse detrás de Blue, quien se vio sorprendida por la pronta confianza que ésta demostraba. Más aún cuándo la misma se acercó a susurrarle.

—Claro que sí, cada vez que viene él sólo habla de ti.

Blue sonrió inocente, le alegraba oír que su amigo hablara bien de su persona. Él siempre era amable con ella, sin dudas, pero jamás se imaginaría que la estimaba tanto como ella a él; sólo que en su lugar ella no tenía a nadie más para contarle. 

Enseguida lo miró, notando como el pobre chico agachaba su cabeza e intentaba ocultar la rojez que invadía su rostro. 

—Gracias por tus halagos Kookie.— le dedicó una gran sonrisa. 

The stranger ➸ J. HoSeok ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora