005

2.6K 262 14
                                    

.

—Si, me estoy dirigiendo allí justamente, no te preocupes.— habló hacia su teléfono posado en el compartimiento del auto. Oía todo lo que la otra línea decía gracias al auricular inalámbrico colocado en su oído.
—Trataré de hacer todo lo posible, ya sabrás como es, ¿verdad?— volvió a decir con la vista fija en el camino.
—Bueno, ya estoy aquí, hablamos luego y te cuento cómo estuvo.— cortó la llamada.

Namjoon estacionó el carro frente a la casa de su viejo amigo y se detuvo un momento, suspiró, antes de bajarse.

Hoseok...

Había pasado una semana, no le había podido contactar en todo aquel tiempo; las llamadas eran enviadas directo al buzón y los mensajes eran ignorados por completo. Se preocupó mucho.

Jiwoo. Ella le dijo que todo ese tiempo él había estado tranquilo, no había intentado nada más, pero nunca salía de la casa, ni siquiera al patio trasero. Y al parecer, también se había vuelto menos hablador, tanto que casi no le dirigía la palabra.

El saber que por ahora su amigo estaba bastante tranquilo, lo calmaba un poco. Pero el hecho de que se haya vuelto huraño, más de lo que era, le volvía a alterar y no le dejó otra opción mas que, dejar el trabajo de lado un rato e ir hasta su hogar y ver por sí mismo qué era lo que ocurría.

~

El sonido del timbre le había hecho salir de su trance, hizo caso omiso, no podía ser algo de suma importancia, ¿no?
En semanas nadie había llamado a la puerta; sólo los vecinos avisando tonterías o vendedores que molestaban promocionando sus productos irrelevantes.

Luego de unos escasos segundos volvió a oír aquel mismo sonido y chasqueó la lengua para tratar de levantarse con desgano pero luego recordó un eficaz detalle.

—Chica rara, ve a ver quién carajos es.— alzó la voz mirando hacia la puerta que daba a la cocina. Luego de otros segundos la chica llegó con el entrecejo contraído y las manos hechas un puño.
—Sirve de algo, niña, alguien está en la puerta.

—Soy Blue.— refunfuñó mientras iba a la puerta dando zancadas.

—Me importa una mierda tu estúpido nombre.— volvió su vista al televisor.

Esa chica había cumplido ya una semana de estar hospedada ahí, en su casa, y eso le molestaba; ¿qué tan dificil podría ser buscarse otro lugar para vivir que no fuera allí?
Pero, por lo menos ya no era tan irritante; luego de aquella vez, había logrado que ella hablara más seguido. Al menos ahora si contestaba a sus preguntas. Y si pensaba estar más tiempo viviendo ahí al menos tendría que sirvirle de algo.

~

Namjoon ya llevaba unos dos minutos de espera en la puerta, iba a volver a oprimir el timbre cuando la puerta fue abierta por una bella mujer, aparentemente más joven que él.

La chica lo miraba atentamente, tanto como él a ella. Namjoon enarcó una ceja y sonrió de lado; no conocía a la chica, pero sólo supuso que era alguna conocida o nueva empleada de la casa, quién sabe.

—Hola, soy Kim Namjoon. Vengo a ver a Hoseok.— habló.

Ella lo siguió inspeccionando con la mirada y Namjoon se removió con incomodidad; ¿qué le pasaba? ¿por qué no le respondía?

—Oh..., él está aquí, ¿verdad?— rascó su nuca desviando la mirada, aún incómodo.

Aunque la pregunta haya sonado tonta para él mismo, no estaba demás preguntar. Le agradaría el hecho de que su amigo haya salido por un poco de aire fresco al fin, pero debía admitir que no había alguna probabilidad de que eso pase; es más, luego de oír el tono con el que Jiwoo, misma hermana, se lo había contado tampoco lo esperaría.

The stranger ➸ J. HoSeok ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora