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Dió un leve respingo al escuchar el portazo que se dió por último en la puerta principal y luego despegó la oreja de la puerta.

Ella había oído todo. No pudo evitarlo. Y es que la tensión que ambos emanaban le causo tanta curiosidad que, luego de salir, tuvo la sensación de querer ocultarse tras la puerta y oír todo.

"Lo volviste a intentar, Hoseok." Esa voz gruesa resonó en su mente y no pudo comprenderlo. No hasta que...

"... no hubieses querido suicidarte cada que ese recuerdo pasa por tu cabeza..." Era eso. Él quería eso ¿Por qué razón? ¿Qué recuerdo podría causar tanto dolor como para querer desear eso?

Agitó su cabeza. La chica tenía bastante tiempo ahí y desde que llegó, la mayor siempre fue amable con ella y le había hablado muy amistosamente, pero no más allá de sólo demostrar aquella gratitud por lo de su hermano.

Jiwoo jamás le había hablado de él, y ella misma tampoco le había preguntado nada, por el simple hecho de que ésta siempre evitaba cualquier tema del mismo. Como la vez que Hoseok le gritó, Jiwoo sólo dijo que él ya era así y que sólo lo disculpara por su comportamiento.
Y aunque no supiera mucho del él, la actitud del mayor siempre le asustaba y se preguntaba si realmente el ya era así desde siempre.

Pero ahora, después de oír aquello, su hipótesis era un poco más clara.
"Hoseok quería quitarse la vida, sus amigos intentaban ayudarle pero él los rechazaba". Eso entendió.

¿Pero por qué no quería que ellos le ayudasen?

¿Y por qué pensaba que acabar con su vida era la unica solución?

Ella no comprendía para nada aquello.

Soltó un suspiro una vez llegó a la habitación que se le había prestado y fue directo a la cama, donde se dejó caer de espaldas extendiendo los brazos de par en par.

Cerró los ojos.

Para ella, esa no era una solución; no después de todo lo que vivió.

Algo le hizo sentir un pequeño malestar en su corazón al darse cuenta de lo que Hoseok pasaba en esos momentos.

Y es por eso también sintió la necesidad de hacer algo por él. Aunque no crea lograr mucho, puesto que el tiempo que pensaba quedarse ahí no sería tan prolongado, de igual forma quiso intentarlo. A pesar de no ser una experta en el uso de las palabras, iba a hacerlo a su propio modo.

Tenía esperanzas respecto a poder hacerle entender a Hoseok el verdardero significado de la vida y lo bonita que realmente podría llegar a ser esta.

Sabia que él tal vez podría enfurecerse, tal cual lo había hecho con los otros y sentía un poco de miedo. ¿Pero qué tan malo sería arriesgar?

~

Hoseok se sentó sobre una banca en el patio trasero y, con su vista fija en el suelo, dejó escapar un sonoro suspiro.

Luego de la visita de Namjoon, no pudo dejar de pensar en varias cosas. No se sentía mal por rechazarle, para nada, sólo que... estaba tan enojado; con todos. ¿Por qué creerían ellos que son sus amigos si nisiquiera le conocen un poco? ¿Por qué simplemente no se alejaban y aceptaban que él ya estaba perdido, que era su decisión el querer o no seguir con vida? ¿Qué tanto les costaba hacerlo? Si de todas formas, su existencia ya había dejado de ser útil en cuando ella se fue; porque al irse, también se había llevado su alma. Porque ella era todo para él y no podía evitar sentirse inútil al saber que ya no estaba. No valía la pena seguir ahí.

Miró la palma de su mano, volviendo esta un puño al recordarse a sí mismo lo estúpido que fue.

—Ahri..., ¿tú...qué pensarías al respecto?— apretó más su puño, volviendo blancos sus nudillos por la presión.

The stranger ➸ J. HoSeok ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora