Infierno Terrenal

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Algo que salió solo. No sé por qué. No es definitivamente bonito pero no se detuvo hasta terminar. No tiene que ver con ninguno otro one anterior.

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- Infierno Terrenal -

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Esta vez se obediente.

Define a que llamas realidad.

Define a que le llamas muerte.

Ni siquiera sabes a que le llamas vida.

¿O si, encanto? ¿Crees que lo tienes? ¿Qué has ganado?

Lo siento, pero esta vez; los ases en la manga no te van a servir.

Desvístete, encanto, es de noche. Saborea el caramelo despacio. Sentirás la lengua adormecida y luego, solo cerrarás los ojos. Como en aquel parque, ¿recuerdas?

Aquel donde perdiste todo. Todo en la vida.

Hablemos un poco de ello, si quieres. Si aun lo aguantas. Si te hace llorar mejor no, hoy no te quiero mocosa. Hoy no ando de ese humor.

¿Sabes? A veces me da la impresión de que me odias.

¿Me odias, cachorra? No lo entiendo. Te rescate de entre los infiernos de una vida caótica y vulgar.

Tu deberías amarme, como me amaron antes. Como me amaron todas.

Pero ya me perdí; yo te decía que no sabes de lo que hablas. Tu no quieres morir; claro que no. Tú deseas cariño, amor, besos y mimos.

¿No es así? Por eso te di el caramelo. Necesitas que te arrulle un poco, mi encanto. Que te cante algo para dormir.

¿O es que extrañas a alguien? ¿Será que estás enamorada?

Si lo estás quiero ser el primero en saberlo; para organizar una pequeña boda. ¿No sería eso fantástico?

Adornaremos la casa con globos blancos y rosas y amarillos. Las escaleras con listones donde bajarás de la mano de tu prometido.

Pero no llores, encanto. Hoy no, me enoja que seas así. Te dije que no te quiero mocosa. ¿Por qué no entiendes? ¿Por qué nunca entiendes?

Recuerda lo que pasó la ultima vez. ¿Eso quieres? No, verdad.

Te digo que eres inteligente, pero te haces la difícil. Parece que te gusta que te hable mal.

¡Responde que te estoy hablando!

¿Ves? ¿La ves? ¿Reconoces a la que está en la esquina? ¿Sabes quién es? ¡¿Lo sabes, zorra?!

¡Eres tú! ¡Tú después de hacerme enojar! ¡Maldito cuello endeble!

¡¿Eso quieres?! ¡¿Eso deseas, niña estúpida?!

*****

En algún punto que no recuerdo debido a la falta de aire, llegó la policía.

Solo visajes, gritos y cosas cayendo forman parte de esos recuerdos podridos.

Cuando desperté en el hospital, quien sabe cuánto tiempo después, lo primero que sentí fue un dolor tan fuerte en el cuello que creí que moriría. Las manos de aquel hombre me lastimaron tanto, que, aun después de años, siento un dolor agudo al hablar.

Ese hombre que nos secuestró mientras jugábamos en el parque a dos cuadras de la casa, nos destruyó la vida.

Mala fortuna de que esa vez, andábamos juntas. De otra manera quizá solo yo hubiera sufrido.

Mató a Lola, mi hermana, mi gemela, frente a mí.

Él se reía. Se reía hasta salivar mientras la vestía una y otra vez con atuendos espantosos y sucias prendas. Se reía mientras la hacía bailar picándola con un alambre. Mientras la tocaba perversamente. Mientras le torcía los dedos para escucharla rogar. Él se reía.

Mi hermana.

Jugó con ella como una muñeca; mientras desde la jaula para perros, yo observaba sin entender nada, sin creer nada. Presa de miedo y desesperación, luchando todo el tiempo por arrancar las rejas, para ir a salvarla.

Yo la vi a los ojos cuando me pidió ayuda a gritos, rogándome que la protegiera, y no puedo contenerme al pensar que era mi damisela en desgracia y yo un inservible caballero. Macabro destino presa de la maldita ironía.

Cuando Lola no le sirvió más, cuando fue un inmóvil amasijo entre sus manos, fue a por mí.

Aún no sé por que nadie escuchó nuestros gritos. Nadie vino hasta que fue muy tarde. Malditos todos.

Yo no le gusté, y eso le provocó un ataque de ira donde pateó el cuerpo de mi hermana en el suelo mientras me insultaba en un idioma que no reconocí. Luego, me botó en el piso cara abajo, me puso un pie encima y del cadáver inmóvil de mi hermana, arrancó el vestido rosa de brillantinas. Su vestido favorito.

Arrojó el cuerpo de Lola en una esquina sin consideración alguna. Me desnudo y al ver el innegable parecido, sonrió como debe sonreír el diablo.

"Esta vez se obediente, encanto. No queremos que pase lo de la última vez."

Me enfundó en el vestido, me colocó la tiara, me cargó y me abrazó como un padre amoroso.

Un olor que aun no se quita de mi cuerpo se impregnó en mí.

Me tocó a su gusto, me violo a su antojo. Restregó mi alma por todas partes de aquella habitación.

Y afuera nadie escuchaba. Ni mamá, ni papá, ni Dios.

Ahora que lo pienso diferente; ahora que soy mayor sé que aguante demasiado. Pero sé que lo hice por el cuerpo que estaba tirado allí, con su cabello rubio manchado por la maldad humana. Mi princesa que no tuvo a su príncipe para salvarla.

Aguante por Lola hasta el final.

Luego solo quería morir. Comencé solo dejarme ir y eso lo enfureció.

"¡¿Por qué no entiendes?! ¡¿Por qué nunca entiendes?!"

*****

Ten tus flores, amor. Son las que te gustan.

Ya sé que prefieres las cosas que brillan, pero todavía no es tu aniversario. No seas exigente.

¿Sabes? Me adelanté a la visita semanal porque es un día especial para las dos.

Así es, mi princesa, hoy, después de años de lucha, por fin...lo ejecutaron.

Murió el maldito engendro.

Con una inyección letal lo durmieron...de la forma más humana, ¿tú crees?

Me encerraron por gritarles en la corte que la piedad es para gente buena, y que gente buena muere de manera horrible sin merecerlo. Que todos son unos hipócritas y que la ley del Talión era lo mínimo justo.

Pero la vida no es justa, amor. Nunca lo ha sido.

Tengo que confesarte que no me siento feliz. Yo ansiaba oírlo gritar y gritar y gritar; como gritaste tú.

Como yo, que aún no dejo de gritar. Que estoy cansada de gritar.

Me dormiré un momento aquí en tu casa, Lola, en el pastito al lado de tu nombre. Quiero estar en un lugar donde me sienta descansar, y no en el mundo sin gracia que me rodea; y no hay mejor lugar que contigo.

Aquí me siento tu caballero.

Aquí defenderé tu torre y esta vez, mi amor, si mataré al dragón.

Te amo.

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Fic dedicado a todas aquellas personas inocentes que injustamente murieron a manos de asesinos. Muchas veces estos, vivieron (y aun viven) sin pagar su culpa. 

No tienen idea del odio que eso despierta en mi.

 - Gendou Uribe -

Una de LoudsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora