El Poema IX

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Después de tanto tiempo, presento aquí, el capitulo 09 de la serie El Poema. Al final, explicaciones y demás. Por ahora, les dejo con esto. 

Gracias por esperar.


El Poema IX

- La Llamada -

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"-Señores Loud, esto nunca es fácil de decir, pero, bueno, la...niña... presenta una serie de problemas de salud.-

Aquel médico luchaba por mantener su compostura profesional, pero era incapaz de ocultar en su mirada, algo parecido al miedo.

Rita, apostada en la cama del hospital, aun socavada por el tormento que había sido el parto, preguntó.

-Pero, ¿qué es lo que tiene, doctor? ¿Podría decirnos? Sea claro, por favor.- En ella se notaba el quiebre de quien augura una mala noticia.

-Bueno, la niña presenta un cuadro poco típico. Me refiero a que, por algún motivo, -el silencio de dos segundos, solo acervó en el galeno su tez de niño asustado.- no logramos hacer que llore; aunque comenzó a respirar por si sola su corazón late muy lentamente. Además, se ha corroborado que su sangre presenta, pues lesiones.-

-¿Lesiones? ¡¿Qué tipo de lesiones?!- Dijo Lynn exasperado.

-La niña nació con leucemia, Señor Loud.-"

-¿Rita?... ¿Rita?, ¿estás? –

La rubia salió de un viejo recuerdo que se había jurado hace tiempo, no remembrar. Se dirigió al odontólogo con lentitud.

-.Si, disculpe doctor, yo estaba pensando en... en mis hijos.-

-Si tienes problemas, Loud, puedes ir a casa. Sabes que no hay problema conmigo. -

-No, Doc, todo está bien. Todo está bien.-

"...de hecho, no sabemos que es lo que mantiene viva a la niña; los latidos de su corazón no deberían ser suficientes para oxigenar el cerebro. Ya le colocamos un respirador, pero si no logramos hacer que su corazón funcione normalmente, el hecho de que tenga Leucemia será irrelevante."

-Y luego estaban sus ojos, tan quietos que nunca se movieron y tan profundos; que jamás vi pupila alguna en ellos. Nunca la oímos llorar, no salió del respirador hasta que su sangre se detuvo.

Es como si jamás hubiere existido.-

***

-Entonces, te llamas Lucy y no Marie. ¿Cierto, linda?-

El hombre, un médico joven con mirada brillante y labios nerviosos, había observado con suspicacia la puerta, antes de dirigirse a la niña que estaba atada a la cama.

Llevaba apenas unos meses en aquel nosocomio, y se había interesado en el extraño caso de aquella paciente. La niña de las alucinaciones. La habitante del infierno, como le decían las enfermeras.

-Así...es... yo soy Lucy...- Una pequeña de unos 10 años, de piel muy blanca ya hacía atada a una cama individual por tres cinturones de seguridad. Con mucha frecuencia le temblaban las manos y los pies. Movía la cabeza con insistencia, como si algún insecto no dejara de picarle el cuello.

-Bueno, Lucy; dime ¿Qué crees que van a decir los otros doctores cuando les cuente lo que me dijiste?-

-Sé lo que quiere de mi...sé... lo que desea... le he visto...mirarme...-

Una de LoudsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora