Casi Cuatro Segundos

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One cortito que surge de una apuesta con doña tempestida y que de milagro pude sacar.

Ya saben, México - Argentina y a sabiendas que la selección de México sirve para nada, aposté un one.

Leni x Clyde, pibes.

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- Casi Cuatro Segundos -

Él se había quedado dormido. No era de extrañarse pues, aún queriendo ocultarlo, había derramado lágrimas.
Lo que Leni no lograba discernir, era si eran por el dolor, o por la humillación que no debía sentir. No él, su pequeño héroe.

Acarició su cabello negro y crespo con suavidad y sonrió al sentir en su fino olfato, el dulce aroma del shampoo. Siempre arreglado, siempre formal.

El niño dormía con la cabeza en las piernas de la rubia,  ambos en el más grande sillón de la sala, el de tres cojines.
Leni sonrió con dulzura y le quitó los lentes con suavidad.

-¿Sabes?- dijo- Vas a ser un chico muy guapo, alto y fuerte. Y vas a conseguir una linda novia porque qué eres muy valiente y amable. Así que no te expreses así de ti. - y procedió a picarle la nariz.

El chico sacudió un poco el rostro ante ese hecho y Leni sonrió.

-Pareces un conejito. Un conejito negro.- Dijo, completamente ignorante de la mala elección de palabras.

Ella acarició la mejilla hinchada de Clyde y su semblante cambió.

Hacía menos de una hora, Leni andaba en un parque cercano tomando fotos a las palomas, para un evento escolar.
No se había percatado de que un muchacho, la había estado siguiendo y tomando fotos con su celular, esperando particularmente que ella se agachara o tomara alguna postura en dónde pudiera aprovechar el ángulo.

Fue hasta que un grito la puso en alerta volteando a ver qué ocurría. Vislumbró a Clyde tomando el celular del muchacho y arrojándolo con fuerza a una fuente cercana con tan buena puntería que pegó en la estructura quebrándose antes de caer al agua.

-¡Eso no se le hace a una dama! ¡Es de hombres de poca vergüenza! ¡Deberías sentir...!-

Luego vino una sonora bofetada que aquel matón le propinó con tanta fuerza que Clyde cayó a un lado, completamente desconcertado. Ni hablar de sus lentes que habían salido volando y que milagrosamente, estaban intactos.

Luego el tipo huyó al ver que Leni corría a él.

Pero la rubia no se interesó en seguir al bandido. Fue directamente hacia el chico en el suelo y de inmediato lo abrazó.

Él sollozaba amargamente, luego dijo que se odiaba por ser débil y no poder proteger a nadie y que lo sentía mucho. Él se disculpaba.

Ella le tomó el rostro con suavidad y le dijo lo que sentía de corazón.

"No necesito ni a Batman ni a Superman si estás tú aquí, Clyde. Me salvaste hoy, niño lindo."

A él le brillaron los ojos, pero aún así se sentía débil. No se le iba esa sensación amarga de que había sido humillado.

Ahora, después de colocarle un trapo con un cubo de hielo en la mejilla, él se había dormido.

-No tienes por qué sentirte triste, -dijo cómo si Clyde le escuchara- vas a ser alto y fuerte, y guapo ya eres. Y volvió a sonreír.

Él abrió los ojos lentamente. Sentía su mejilla pulsar y poco a poco, fue enfocando a Leni quien le miraba fijamente.

Se quiso levantar cuando se dió cuenta de dónde estaba, pero ella lo evito completamente.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2023 ⏰

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