●◇ 12 ◇●

2K 236 20
                                    

Sus labios empezaron a recorrer mi cuello, mientras apretaba mi cuerpo contra el auto y sus manos desabotonaban mi camisa lentamente.

—Tengo trabajo que hacer Bright —murmuré—. Y tú tienes que ir a probar tu auto.

—Todavía tengo tiempo —afirmó besándome.

—Estamos en un estacionamiento.

—Es privado, solo mío nadie vendrá aquí —respondió, desabotono por completo mi camisa, y me rodeó con sus brazos mientras nuestros labios luchaban por quién tenía en control, luego se separó de mi boca solo para a bajar con sus labios por mi cuello.

—¿Si es privado entonces que hacen esas personas aquí Bright? —cuestioné sorprendiéndolo.

—¿Qué? —cuestionó volteandose rápido, entonces lo empuje un poco alejándolo de mi y  subi al auto rápido, lo encendí, despidiendome de el con una sonrisa, viéndolo hacer un pequeño puchero para completar su expresión de cachorrito triste mientras me alejaba, tenía que hacerlo aún me quedaba mucho trabajo por terminar y estaba seguro que el no me dejaría ir rápido.

Llegue a la empresa unos minutos después y mientras subía por el ascensor revise mi teléfono, viendo una notificación con su nombre en mi pantalla.

B–Conejo astuto

W–Estúpido lobo

Fui a mi oficina a terminar algunos asuntos, pero necesitaba la firma de mi padre en unos documentos, por ello tuve que ir a su oficina, y cuando me acerque a la puerta escuche su voz, la de mi madre y la de mi hermana, ellos estaban discutiendo por el tono que usaban.

—¡Tenemos que decirle padre, no podemos ocultarle esto!

—Hija tranquilizate, aún no sabemos si esto es seguro —dijo mi madre.

—Pero mamá...

—Escucha hija no puedes confiar en lo que escuches por ahí, solo espera —dijo mi padre.

—No estoy de acuerdo con esto papá, no lo estoy —la escuche molesta.

—Cálmate hija, piensa en mi nieta si —dijo mi madre—. Deja de preocuparte por esto y dejamos que tu padre se encargue.

—Esta bien mamá, pero no quiero que me oculten nada entienden.

—Te prometo que te contare todo hija, solo tranquilizate.

—Esta bien.

—Vamos cariño, dejemos a tu padre trabajar.

Al escuchar que salían me alejé un poco de la puerta, fingiendo que estaba recién llegando.

—Mamá, hermana —sonreí al verlas—. ¿Qué hacen aquí?

—Teníamos que hablar con tu padre de algo hijo, nada importante —respondió mamá sonriendo.

—Oh ok, ¿estás bien hermana? —cuestioné mirándola.

—Eh si, si estoy bien —respondió ella apartando la mirada—. Es solo que tengo hambre.

—Esta bien.

—Entonces nos vemos hijo, adiós —dijo mamá sonriendo—. Que tengas un buen día.

SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora