●◇ 5 ◇●

2.4K 258 51
                                    

La tenue luz del amanecer en mis ojos me había despertado, miré a un costado y a mi lado aún seguía ese hombre dormido, descansando después de todo lo que habíamos hecho unas horas antes.
Realmente no podía creer que yo era el de la noche anterior, pero mi cuerpo era evidencia de que si lo era, quizás en otra ocasión me hubiera quedado, pero no podía hacerlo, entonces me levanté de la cama y comencé a vestirme, pero cuando caminaba a la puerta el despertó.

—¿Piensas solo huir de mí? —cuestionó con una voz ronca, aún sin poder abrir los ojos por completo.

—¿Por qué huiria de ti? —dije deteniéndome.

—No lo sé, el que está caminando hacia la puerta eres tú, no yo —sonrió.

—Tienes razón —reí—, pero no estoy huyendo, solo es hora de irme.

—Entonces, que tal si esperas que vuelva a dormir y luego intentas huir de nuevo —dijo aferrándose a una almohada.

Sonreí y me senté en un sillón frente a él, observando aquel paisaje, ese hombre acostado boca abajo en la cama, totalmente desnudo, era algo hermoso de apreciar, aún con la poca luz que había podía ver su cuerpo perfectamente marcado desde los pies hasta la cabeza, su espalda ancha y sus brazos fuertes, dios de verdad quería que todo se volviera a repetir, pero tenía que irme.

—Si te gusta tanto lo que ves, ¿por qué no vuelves aquí?

—Me fascina la vista, pero si vuelvo a la cama contigo no me dejarás ir más, ¿cierto?

—Tienes todo la razón —respondió, sus ojos se cerraron lentamente otra vez, y se quedó dormido.

Esperé unos minutos más y luego salí de allí, todo absolutamente todo me seguía pareciendo un sueño, aún después de llegar a mi departamento, me seguía pareciendo imposible haber hecho todo eso con un desconocido, pero arrepentirme de esas horas con el nunca, fueron demasiado buenas para arrepentirme.
Y de todas formas, todo lo que había sucedido esa anoche, todo,  seria un secreto, mi más grande secreto y se convertirá tambien solo en un recuerdo, porque no volvería a suceder algo así, estaba seguro de ello.

Me duche nuevamente y luego me tiré a la cama, necesitaba dormir, estaba agotado, realmente agotado, aunque completamente satisfecho también, nunca me había sentido así antes, y por eso estaba seguro también de que era algo que de verdad no olvidaría.

Unas horas después el sonido del timbre de mi departamento me despertó, no quería levantarme y solo lo ignore, entonces un mensaje llegó a mi teléfono.


Déjame entrar idiota 🤬

Era mi hermana nuevamente, me levanté de muy mala gana otra vez para abrirle, pero solo le quité el seguro, y después fui directo a tirarme sobre el sofá.

—¿¡Dios por qué tardaste tanto!? —exclamó molesta al entrar.

Mm —pronuncie hundiendo en una almohada mi rostro.

—¿Qué?

—¿Qué haces aquí otra vez? —cuestione levantando levemente mi cabeza.

—Vine a recogerte idiota, nuestro pequeño hermano llegó hoy de Londres —respondió acercándose—. Comeremos todos juntos, ¿lo olvidaste?

SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora