ROYALTY | SEONGJOONG

[IV]

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A pesar de todas las plegarias del omega a la luna, el día tan esperado llegó. 

Desde la mañana Hongjoong era testigo de cómo todo en el palacio parecía agitado, criadas y guardias corriendo de allá para acá arreglando los últimos detalles esperando terminar a tiempo para recibir a sus invitados como corresponde.

Hongjoong casi no pudo dormir por los nervios al solo pensar en que tendría que conocer a un montón de alfas y betas, teniendo que encontrar a alguien que reine a su lado, a pesar de que él no lo quiera así.

El omega se encontraba perdido en sus pensamientos sentado en la silla de su tocador mientras su amigo Yeosang le secaba el cabello luego de lavarlo para deshacerse de los restos de tinte. 

Mientras, Wooyoung se encontraba en el armario asegurándose de que el conjunto que eligió para el omega estuviera perfecto.

Ambos chicos estaban ya listos para el dichoso evento, viéndose muy elegantes y bonitos.

Los omegas no permitieron que el príncipe supiera nada de lo que tenían preparado para él, pues alegaban que "es una sorpresa Hongjoong, pero no te preocupes porque te dejaremos tan hermoso que robarás más de un corazón esta noche".

Hongjoong solo rodaba los ojos molesto, pues todo el secretismo de sus amigos solo lograba ponerlo más nervioso. Luego de vestirse (prometiendo no abrir los ojos, pues sus amigos planeaban hasta verdarlos para que no espiara), se sentó mientras Yeosang lo maquillaba y Wooyoung le colocaba algunos accesorios para completar. 

Cuando finalmente ambos omegas se separaron de él y lo observaron con detenimiento, con grandes sonrisas y ojos brillantes, orgullosos de su trabajo, Hongjoong se tomó el tiempo de analizar a sus amigos de igual manera.

Wooyoung lucía un conjunto negro, tanto pantalones ajustados junto a una camisa escotada y un blaser, resaltando su palída piel junto con accesorios como un choker, anillos y un aro de cadena colgando desde su oreja. Su cabello pelinegro estaba partido en la mitad, dejando a la vista su frente, mientras que su maquillaje no era extravagante, complementando su outfit sexy y juguetón como su personalidad, a la perfección.

Yeosang en cambio vestía con pantalones de tela negros, una camisa de cuello alto transparentosa del mismo color y un blaser de terciopelo rojo con pequeños detalles dorados. Como accesorios usaba un par de aros y algunos anillos. Su cabello rubio caía en pequeñas ondas. Sin duda el punto clave de su look era su maquillaje de ojos, un smokey eye que resaltaba a la perfección la profundidad de su mirada.

Se veían espectaculares, sin duda eran unos omegas preciosos, no le sorprendería que todos quedaran encantados con los chicos frente a él.

Fue sacado de sus pensamientos cuando los dos omegas rieron, mirándolo divertido.

-Se que somos hermosos pero, ¿Te quedarás toda la noche mirándonos o te dignaras a ver la obra de arte en la que te hemos convertido?- dijo Wooyoung mientras lo incitaba a pararse, arreglando cualquier arruga del traje, mientras lo encaminaba al espejo de cuerpo completo dentro del armario.

Antes de darse la vuelta para admirar su reflejo, Hongjoong tomó una respiración profunda, intentado alejar su nerviosismo. 

Cuando finalmente se vió al espejo, abrió la boca sorprendido pues no podía creerse que el chico parado ahí sea él.

Su cabello ahora era de color azul, partido a la mitad y peinado ligeramente hacia atrás, dejando su frente al descubierto. Quedó fascinado, nunca imaginó que el color quedaría bien en él. Sus ojos resaltan con el maquillaje de sombras negras y azules difuminadas, adorando el hecho de que su amigo dibujara tres pequeñas estrellas en el costado de su ojo derecho. Estaba maravillado con el conjunto elegido por su amigo pelinegro, consistía en un pantalón negro de una tela suave y ligera, entallado, resaltando su delgada cintura pero luego ancho hasta tocar el piso, casi parecía una falda. En la parte superior llevaba una camisa negra escotada dentro del pantalón junto con una pequeña chaqueta de terciopelo azul con detalles dorados. Sus accesorios consistían en un choker negro de encaje junto a una delgada cadena dorada, un aro de cadena colgando de su oreja, unos anillos dorados y por su puesto, la inflatable insignia real en uno de los costados de la chaqueta. Al ver los diferentes diseños que su amigo rubio hizo en sus uñas, casi se echa a llorar ahí mismo, porque estaba encantado.