[XVII]

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Un mes había pasado desde que se convirtió en el Rey de Aurora. Las cosas avanzaban bien hasta el momento, ya habían tenido un par de actividades como monarcas: desde entrevistas hasta el inicio de un par de proyectos junto al consejo. Hongjoong estaba particularmente emocionado por una idea que no había dejado su cabeza, incluso antes de convertirse en rey, pero para llevarla a cabo quería esperar a que Seonghwa estuviera presente.

El alfa acompañó a su madre a Mist, pues esta alegó que quería tomarse un descanso después de no haberlo hecho por años, queriendo pasar algo de tiempo junto a su familia. Hongjoong estuvo completamente de acuerdo pues sabía que la mujer, aún después de la muerte de su padre, no había tenido el descanso que merecía para ella y su salud. Seonghwa se ofreció a acompañarla en su viaje, pues oportunamente, su hermano lo mandó a llamar para darle una noticia que "debía ser dicha en persona", según sus propias palabras. El omega también iba a ir, sin embargo decidió quedarse pues no podían dejar el reino tirado, menos a tan poco tiempo de asumir el poder; las miradas que el consejo les dieron al anunciar la ausencia del Rey alfa durante una semana fueron suficientes para creer que tomó la decisión correcta.

Los primeros días después de la mordida fueron bastante difíciles para ambos. No podían dejar sus responsabilidades de lado, así que tener a un inusualmente posesivo Seonghwa a su lado, no fue precisamente la definición de llevadero. Sin embargo, a medida que el tiempo fue pasando, los episodios de posesividad disminuyeron considerablemente, al menos no al punto de que Seonghwa quisiera clavar los dientes en todos aquellos que quisieran acercarse a su omega. Aunque también fueron hermosos a su manera; sentirse completamente conectado en alma y cuerpo a Seonghwa era algo simplemente fascinante para Hongjoong.

Decir que el mayor se mostró algo reacio a viajar sin él y dejarlo solo no era algo necesario. Sin embargo accedió luego de que Hongjoong le asegurara que estaría completamente bien.

Ahora el omega se encontraba en su biblioteca junto a Mingi. Intentaba leer pero no lograba concentrarse; había tenido que leer el mismo párrafo tres veces, pero no hubo caso. Se sentía extrañamente intranquilo y ansioso. Necesitaba concentrarse en algo con urgencia.

-¿Estás bien?

El alfa desvió su distraída mirada de la ventana que iluminaba la sala, encontrándose con la mirada preocupada de su amigo en el sillón frente a él.

-Si...

Hongjoong suspiró ante la clara mentira del más alto. Estaba genuinamente preocupado por él, lo notaba más distraído y ausente. Incluso notó como este parecía haber bajado de peso, su piel se veía de un color pálido, casi enfermizo; pero lo que terminaba de confirmar su pobre estado eran las oscuras ojeras bajo sus ojos, prueba de su poco descanso. Pero por más que Mingi quisiera evitarlo, sus pensamientos no lo dejaban en paz, todas esas voces pesimistas parecían no querer dejar gritar nunca y su lobo tampoco ayudaba.

Mingi no recordaba haber estado tan desincronizado con su lobo desde que se presentó; este le suplicaba ir al lado de Yunho, pero él se negaba; y es que simplemente no se sentía capaz, no después de haberlo ignorado así por tanto tiempo, sin darle una explicación. Y vivir en la misma casa no lo ayudaba para nada; ver la mirada triste que Yunho le daba cada vez que intentaba hablar con él y lo único que hacía era huir como un cobarde, le rompía el corazón. Pero creía que era lo mejor para él, intentaba convencerse de eso. Era mejor que se separaran antes de apegarse mucho más a que terminar lastimados cuando ya sea demasiado tarde para dejarse ir.

La batalla interna que estaba teniendo en ese momento lo tenía francamente exhausto, solo quería que las estúpidas voces y su lobo, que lo recriminaba a cada instante, lo dejaran en paz de una vez.

ROYALTY | SEONGJOONGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora