Los días viernes por la noche significaban solo una cosa , noche de películas , no importaba que se fueran de misión porque a la vuelta fijo que de igual forma se recostarían en el sofá y se pondrían a ver alguna película.
El problema abarcaba en que el género siempre era el mismo, de terror y suspenso, a fumiko le fascinaba aquello , pero que le fascinara no significaba que no tiritara o se tapara los ojos en algunas escenas, que el miedo fluyera por sus venas cuando el o la protagonista se adentraba a algún pasillo oscuro a paso lento y con sigilo, pero con el corazón en la mano pegaba un gritó y corría al toparse con algún fantasma y o el asesino, fumiko también soltaba uno que otro chillido que acallaba torpemente con sus manos, fushiguro por otra parte no le causaba nada absolutamente nada de terror aquellas películas, había sentido cosas reales mucho mas aterradoras , los categoría especial lo hacían temblar y rezar por su vida , por lo que una tonta película se alejaba mucho, demasiado de su día a día.
Aún así jamás se negaba lo hacían ya casi por inercia después de llegar al instituto y despedirse tanto de nobara como yuuji.
— fumiko—fue el susurró que emitió cuando agarró con fuerza su brazo y la música típica de suspenso se hizo presente, la fémina de hebras rubias no despegaba su vista de la pantalla por nada del mundo tanto así que no se percató de que Megumi le bajó el volumen un poco a la televisión era tarde y no quería que los regañaran.
—fushiguro ahí va a aparecer la muñeca estoy segura —musitó a la vez que observaba fijamente la película. Dio un pequeño salto cuanto se oyeron unos pasos y el gritó de la protagonista se hizo presente, no tardó en aferrarse a fushiguro rodeandolo entre sus brazos y entrecerrando sus ojos sin girar la cabeza a ningún lado, estaba fija por completo en la pantalla frente a ellos.
— fumiko ya—musitó Megumi con una sonrisa burlona , parecía una niña pequeña asustadiza, sabía que le daban miedo aquellas películas , pero aun asi le gustaba verlas, sintió la leve caricia de ella sobre su brazo y no tardó en rodearla con más fuerza para que se sintiera protegida. El jamás permitirá que le sucediera algo , menos lo que sucedía en aquella absurda película. Una muñeca no era nada aterradora a diferencia de una maldición de categoría especial.
—Megumi, p-puedo dormir contigo hoy —preguntó cuando la película había finalizado.
—claro que puedes —dijo sin poder borrar la sonrisa que se plasmaba en su rostro, le encantaba que se refugiará en el cuando tenía miedo, le gustaba sentir que se sentía protegida junto a él, y se encargaría de que siempre lo estuviera..
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