CAPÍTULO 10: Fue lo mejor.

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-¿Cuál es tu nombre?

Ante aquellas palabras Chuuya no sabia como reaccionar, eso le tomo sorpresa. Nunca cruzó por su cabeza el pensar que el castaño podría olvidarlo completamente. Si no lo reconocía significaba que todos sus momentos juntos habían desaparecido y existía la posibilidad de que nunca los recuperara.

-¿Realmente no sabes quien soy?- Todavía no lo creía, quería asesorarse de que sus palabras fueran reales.

-Eres el senpai de Atsushi-kun, ¿cierto? -Le dedicó una mirada confundida.- Aunque aún no me dices tu nombre.

Comprendió que esta situación era verdadera y no solo una broma como las que generalmente hacía el castaño, le dolía saber que no era más que un conocido para Dazai pero esta era la realidad que estaba viviendo actualmente.

-Mi nombre es Chuuya Nakahara, mucho gusto.-Se presentó con una cálida sonrisa, tratando de disimular su dolor.

-¡Chuuya, eres como un atardecer!

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Cuando escuchó esas palabras muchos recuerdos vinieron a la mente del pelinaranja, esa frase fue la primera que intercambiaron cuando aún eran niños y se conocieron en el orfanato. Años habían pasado pero jamás olvidaría esas palabras que lo marcaron para todo la vida, fue el primer halago que recibió de alguien y la sensación fue muy agradable.

Al inicio, pensó que solo se había sentido avergonzado por ser elogiado por primera vez en su vida, pero no fue así. Muchas otras veces elogiaron su apariencia o capacidades y de verdad se sentía muy felíz por aquellos cumplidos. Sin embargo, habían pasado más de 10 años y en cada ocasión que Dazai lo halagaba una vergüenza extrema se adueñaba de su ser y tenia sus mejillas de un rojo intenso. Fue en ese momento cuando se percató de algo, no era cuestión de las palabras que le eran dichas, si no de la persona de la que provenían.

Dazai fue la primera persona por la sintió amor genuino e influía mucho en su estado de ánimo con las cosas que le decía. Lo podía alegrar con sus ocurrencias en un solo instante, peor de igual forma el amar tanto a alguien puede traer sus propias consecuencias negativas.

Tiempo atrás cuando se dió cuenta que estaba enamorado de Dazai empezó a ser más consciente de las acciones de este, estar junto a él hacia acelerar su corazón, lo extrañaba mucho cuando no estaban juntos e incluso sentía celos de las personas que se le acercaban. Sus sentimientos comenzaron a ser un caos y a veces no podía controlarlos, decía cosas sin pensar y terminaba lastimando al moreno, tal y como lo hizo la última vez que discutieron.

Ahora que Osamu no lo recordaba tenía la oportunidad de comenzar de cero y hacer ahora las cosas bien, aclarar los malentendidos, confesar sus sentimientos, contarse su pasado y todo ese tipo de cosas que no hicieron meses atrás. Dentro de todo lo malo esto era lo único que se podría considerar como positivo.

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Chuuya y Dazai pasaron conversando unos minutos más sobre cosas triviales hasta que dos personas ingresaron a la habitación del hospital.

-¡Dazai-kun! -Gritó Atsushi al ver que su amigo ya estaba despierto.

-Veo que te encuentras bien.-Agregó Akutagawa al notar que el mayor se encontraba bien y cuerdo, bueno... cuerdo en la medida de lo que Dazai podía ser.

-Estoy excelente, no deberían de preocuparse tanto por mi.- Les mostró una cálida sonrisa.

-Te atropelló un coche, te fracturaste un brazo, te esguinzaste una pierna, te rompiste unas costillas, te golpeaste fuertemente la cabeza y estuviste en coma por muchos días. ¿Crees que eso es estar excelente? -Le dijo sarcásticamente Akutagawa, le molestaba que el mayor tomara tan a la ligera su salud.

-Y ni con todo eso me pude morir.- Nuevamente su actitud suicida había echo presencia y de no ser porque Atsushi detuvo a Akutagawa, Dazai estaría en coma por otros tres días más.

Chuuya solo observaba aquella escena como un extraño, no sabía como integrarse a su conversación. Conocía a Atsushi y Akutagawa, pero no se podría considerar cercano a ellos y cuando hablaban siempre era porque el mismo Dazai los unía para que se llevaran mejor. Pero ahora Dazai veía a Chuuya como un simple extraño o un compañero de universidad.

-Atsushi, no puedo creer que hayas enviado a tu senpai a cuidarme. Le ocasionaste muchas molestias innecesarias.- Reclamó el chico de vendas.

Cuando Atsushi y Akutagawa escucharon esa frase los tomó por sorpresa, ¿senpai? ¿quien? Atsushi no se atrevería a pedirle un favor así a nadie, los únicos que habían ido a visitar a Dazai era ellos dos, Haruka y Chuuya, ¿de quien hablaba Dazai?

-No entiendo a lo que te refieres.- Contestó confundido el peliblanco.

-¿A que persona ves aquí? Es obvio que hablo de Chuuya-san.

Esa respuesta fue algo que no esperaban. Inmediatamente voltearon a ver al mencionado  notando asi una mirada azul cristalina que reflejaba una tristeza difícil de describir. Al verse por unos segundos comprendieron un poco lo que había pasado, se excusaron con Dazai y salieron al pasillo para hablar mejor los tres.

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En el pasillo los tres chicos hablaron y Chuuya explicó toda la situación que estaba pasando con Dazai, tanto como Akutagawa y Atsushi se sorprendieron mucho al enterarse que el castaño había perdido parte de su memoria y que ahora era incapaz de recordar a aquella persona a la que consideraba el amor de su vida.

-¿Y ahora que harás?

Tras varios minutos de silencio Atsushi fue el primero en hablar y preguntó con un poco de vacilación.

-Yo... no lo sé.

Chuuya aún seguía confundido con toda la situación, había sucedido todo tan rápido que su cabeza aún no procesa a bien la información, pero en su subconsciente había una voz que le susurraba algo que al principio se negaba a creer, pero que poco a poco fue considerando correcto.

-Tal vez el que me haya olvidado sea lo mejor.- Miro fijamente a los dos chicos que estaban frente a él, en su rostro se mostraba una sonrisa, pero sus ojos estaban tan cristalizados que podrías imaginar que al pestañear las lágrimas comenzarían a fluir.

-Eres un cobarde... -Escuchó susurrar al pelinegro.

-¡Akutagawa-kun! -Inmediatamente Atsushi lo reprendió por sus hirientes palabras.

-¿A caso me equivoco? ¿No es un cobarde? -Mientras hablaba se acercó al más bajo, sin dudarlo tomó el cuello de su camiseta y lo jaló acortando la distancia entre los dos, su cara mostraba una expresión de profundo enojo y sin considerar el lugar donde se encontraban alzó la voz y siguió hablando- ¡UNA PERSONA QUE PIENSA DE ESA MANERA ES SOLAMENTE UN COBARDE! ¡UN INÚTIL! ALGUIEN QUIÉN TE CONSIDERABA COMO SU FAMILIA TE OLVIDÓ, Y EN VEZ DE AYUDARLO A RECUPERARSE ¿QUE HACES? ¡DECIDES QUE ESO FUE LO MEJOR! ¡NO ME HAGAS REÍR!

Durante ese tiempo Chuuya siempre tuvo la mirada baja y no se atrevió a replicar las acusaciones del contrario, ni siquiera forcejeó para librarse del agarre. Al no obtener reacción Akutagawa se enfado más y simplemente lo soltó.

-Tienes razón, tal vez fue lo mejor.

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El ser humano es tan volátil que es capaz de actuar en segundos sin pensar claramente. Es por eso que se dice que nunca debemos de tomar decisiones cuando estemos felices, tristes o enojados.

Vivimos y actuamos a base de emociones, en algunas ocasiones estas pueden nublar la lógica.


Notita:

Hola, tantos meses sin actualizar. Solo quiero que sepan que no lo he abandonado, si aún siguen leyendo este pequeño fic les quiero agradecer por su paciencia y todo el apoyo 🥺💕Hasta pronto, Monday fuera.

El hilo rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora