CAPÍTULO 15: Miedo

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-Entonces... ¿por qué fingiste?

Cuando Dazai escuchó esas palabras sintió que su sangre se helaba y aunque no podía verse a si mismo podría jurar que perdió todo el color de su rostro. Un frío intenso recorrió su espalda y a pesar de que era una noche fresca comenzaba a sudar, tal vez eran nervios o pánico, o inclusive ambas opciones.

Las mentiras sin importar lo bien elaboradas que estén, serán descubiertas tarde o temprano. Llegados a este punto, su cerebro ya no podía idear una mejor solución que afrontar las consecuencias que el mismo había generado y hacerle frente a Chuuya con la verdad.

Por auto reflejo cerró fuertemente los ojos, tal vez aun pensaba que si no veía la situación no la confrontaría, vaya manera de engañarse...

Trato de estructurar una frase lógica, pero como le solía suceder en momento críticos: su boca y su cerebro no estaban conectados.

-Chuuya...- Fue lo único que sus labios pudieron pronunciar ante aquel chico que aún seguía en sus brazos.

-¿Por qué fingiste haberme olvidado? - Los borrachos tenían varias desventajas, dos de las principales es que eran demasiados directos y no pensaban las cosas antes de hablar. El dicho de "un borracho nunca miente" era completamente cierto.

Chuuya estaba muy molesto y la primera idea que pasó por su mente fue sacarle la verdad a golpes, quería patear a Dazai con todas sus fuerzas y hacerlo llorar para que sintiera un poco de su dolor, pero lo cierto es que era incapaz de hacer eso. En primer lugar porque no estaba sobrio y con trabajo podía sostenerse en pie, la segunda es porque no se atrevía a hacerle daño a ese chico que tenia enfrente.

-Chuuya, se que tienes muchas dudas, pero... ¿Podemos hablar en otro momento? -La lluvia estaba cada vez mas intensa y ellos seguían sin refugiarse del agua, el castaño temía que su compañero se resfriara, siempre había sido un poco débil y no quería verlo enfermo.

Dazai soltó con cuidado a Chuuya y como vio que este podía sostenerse por si mismo creyó que no era necesario abrazarlo más tiempo. Se dio la vuelta y estaba a punto de dar el primer paso para volver al karaoke con sus amigos cuando sintió que alguien sostenía su abrigo con mucha fuerza.

-Suéltame.- Exclamó en voz baja sin siquiera voltear a verlo.- Debemos de volver con nuestros amigos, tampoco quiero que sigas mojándote y luego te enfermes. -Trataba de soltar el agarre pero este no cedía. -Chuuya, ¿podrías soltarme?

-No... -Su voz era un poco baja, pero se notaba que lo decía con una gran seguridad.

Generalmente tenía una gran paciencia, pero estaba lloviendo, su ropa estaba mojada, tenia frio, estaba cansado, quería dormir y tenia muchos problemas que resolver, es obvio que su paciencia llegaría a su limite y mas tratando con un borracho terco.- ¡Sueltame! .-Esta vez su tono fue elevado, tanto que incluso él se sorprendió.

-¡NO QUIERO! .-Si las palabras de Dazai eran como un grito, las palabras de Chuuya eran como hablar con un megáfono. Se negaba a soltarlo e incluso sostuvo más fuerte su abrigo.

-¿Por qué no? -Cuestionó ya más tranquilo y finalmente volviendo la vista al menor.

-Tengo miedo.

-¿Miedo? -Eso lo había tomado por sorpresa, no entendía a lo que el pelirrojo se refería.

-Si, tengo miedo.-Levantó la mirada y observó fijamente la cara del más alto. Sus ojos aún seguían rojos por haber llorado minutos atrás, pero a pesar de la noche oscura y fría, ese par de ojos tenían un brillo que transmitían calidez. - Siento que si te dejo ir vas a volver a desaparecer, temo que mañana vuelvas a desconocerme, tengo mucho miedo de que no recuerdes mi nombre, tengo miedo de que me olvides, tengo miedo de que los sentimientos que tienes por mi se desvanezcan, simplemente tengo miedo de que el Dazai que he conocido por más de 15 años no sea el que veré al siguiente día. -Las lágrimas que se habían secado minutos atrás nuevamente comenzaban a brotar de sus ojos, ya no podía fingir y retenerlas por más tiempo.

-Chuuya, lo siento...

-No quiero ser solo tu compañero de universidad o el senpai de tu amigo, no quiero ser un desconocido, quiero que volvamos a la relación que teníamos antes.-Reflexionó por un momento y corrigió sus palabras.- No, no quiero que seamos lo de antes, quiero ser algo más... ¡ME GUSTAS MUCHO!

Decir que se quedó en shock sería poco para describir la reacción que el castaño acababa de tener, si bien en todo el día habían sucedido cosas que no planeaba, recibir un beso y una confesión de parte de su alma gemela era algo que estaba mucho más allá de sus expectativas.

Dazai se acercó para abrazarlo y cuando estaba a punto hablar escuchó que una persona se acercaba y gritaba su nombre.

-¡Dazai-San! -Un joven peliblanco gritó mientras trataba de recuperar el aliento.

-Atsushi, ¿por qué tanta prisa?

-¿Por que tanta prisa? ¿Sabes hace cuanto tiempo salieron ustedes dos corriendo? ¿Qué hora crees que es? Acabas de salir del hospital hace unas semanas y aun no estas del todo bien y se te ocurre andar deambulando por las calles de noche mientras esta lloviendo y ni siquiera buscas donde cubrirte. Chuuya-senpai esta borracho y si algo llegara a pasar ¿Cómo lo afrontarías? ¡Eres un irresponsable! ¡Deberías de preocuparte más por ti! ¡Akutagawa y yo salimos a buscarlos porque estabamos muy preocupados y tu solo dices que "¿Por que tanta prisa?" -Atsushi era sorprendente, acababa de decir todas esas palabras en una sola frase y demasiado rápido sin tomar un solo descanso para respirar, este chico había aprendido muy bien a regañar gracias a Haruka-san y esto siempre le causaba un poco de risa a Dazai.

-Atsushi, tranquilízate. Nada malo paso y estamos bien.-Volteó a ver a Chuuya quien se encontraba aún recostado en sus brazos y que ahora finalmente esta dormido-Es solo que él está un poco borracho y fue difícil tratar de convencerlo de ir, es mejor que regresemos a casa.

-Muy bien, vamos.-Al ver que su senpai se encontraba inconsciente decidió ayudar a Dazai a cargarlo y comenzaron a caminar rumbo al karaoke para recoger sus pertenencias y luego dirigirse a casa.

-Atsushi...

-¿Qué pasa? -Preguntó un poco confundido

-Dijiste que tu y Akutagawa salieron a buscarnos, pero... ¿Dónde está él?

El menor no se había percatado de su ausencia y fue sólo hasta que lo mencionaron que notó que su amigo no se encontraba por ningún lado. -Creó que corrí muy rápido...

-¡E-estupido tigre!

Dazai y Atsushi miraron hacia el frente y finalmente encontraron a Akutagawa. Este ultimo se veía bastante lamentable, estaba despeinado, su ropa manchada y con trabajo podía respirar.

-¡I-idiota! -Decía Akutagawa mientras trataba de regular su respiración y relajarse. -¡Te dije que no corrieras tan rápido!

-¡Fueron solo cinco cuadras! ¿Por qué estas tan cansado?

Comparar la fuerza física de Atsushi y Akutagawa era tan abismal como comparar la velocidad de un atleta y un bebé que recién empieza a gatear. Dazai solo se divertía de ver esta escena donde sus dos amigos discutían por pequeñeces.

Por ahora solo quería disfrutar de este momento y no pensar en todos los problemas que debía de enfrentar el día de mañana.

-Vamos, ya es muy tarde y debemos ir a casa.-Dijo mientras sostenía con mayor cuidado a Chuuya y comenzaba a caminar de regreso.

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El miedo es una emoción que puede hacernos perder muchas cosas, pero es por este mismo miedo que nos atrevemos a enfrentar muchas otras.


NOTITA:
Hola, finalmente salí de clases y he podido actualizar. Ya saben que es costumbre que suba capítulos de madrugada cuando nadie los lee 🤡
Solo pasaba para decir que en estos días volveré a actualizar y quizás ya finalice la historia. Quiero agradecerles por seguir leyendo este fanfic y darle apoyo con sus comentarios y votos, de verdad me encanta leer lo que comentan 🤧💕

El hilo rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora