IV

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Capítulo 4 "Desconocidos Conocidos"

Había pasado el tiempo y Sunoo ya se había recuperado. Podía caminar y hacer las cosas por si solo, pero aún no podía hacer fuerza ni correr. Su costilla seguía lastimada y él, aunque se sentía bien, sabía que no lo estaba del todo.

Malditos ladrones, espero los hayan encontrado.

Suspiró con fuerza al pensar en la universidad, no iba a conseguir empleo a tiempo para pagarla. Nadie querría contratarlo con la cara toda golpeada.

Alzó la maleta, aún cuando le dolió el costado por ejercer fuerza no la dejó. No había nadie que pudiera ayudarlo a llevarla. Los pasillos que había recorrido la última semana eran tan monótonos que aburría, todo blanco, tan estéril.

— ¿Ya se va, jovencito?—. Esa voz.

— Sí, señora. Ya va siendo hora de regresar a casa ¿usted está bien? ¿Por qué está aquí?

La anciana que había estado yendo a verlo le sonrió con ternura—. Solo vine para visitarte y un chequeo, las rodillas me duelen cada día más—. Suspiró cansina—. ¿Necesitas ayuda con ese bolso? Le diré a mi nieto que te ayude.

Se volteó buscando a alguien y Sunoo la tomó de la mano, queriendo detenerla—. No es necesario, señora. De verdad, estoy bien.

—Puedo ser vieja pero no tonta, todavía no estás recuperado del todo, niño—. Le reprendió mientras llamaba a alguien con la mano.

Sunoo bufó disimuladamente y cuando subió su vista había un muchacho frente a él, sonriéndole a más no poder.

Un lindo muchacho pensó.

—Hola, soy Heeseung. No pude agradecerte por haber salvado a mi abuela aquel día—. Soltó algo avergonzado—. Muchas gracias, Sunoo-ah.

Sunoo sintió su cara enrojecer y negó repetidas veces—. No es necesario, era lo correcto. Y no me llames Sunoo-ah, solo Sunoo está bien.

La abuela sonrió ampliamente, observando cómo el rostro rojo del omega hacía sonreír tímido a su nieto—. Bueno, cariño. Este jovencito necesita ayuda con ese maletín ¿podrías llevarlo a su casa, por favor?

Heeseung y Sunoo se sorprendieron mirando a la abuela y al otro, buscando alguna reacción negativa. En su inseguridad ambos balbucearon al mismo tiempo tratando de no ser descortés con el otro.

—¡Señora Lee!

—Bien, me llaman. Llévalo y regresa por mí—. Sentenció la vieja y se fue sin decir nada más.

Heeseung y Sunoo no sabían que decir o hacer, se miraron nerviosos y pronto fue el alfa quien tomó la iniciativa.

—Vamos al estacionamiento, mi auto está ahí.

Sunoo asintió y caminaron en silencio hasta el lugar, habían un par de autos así que no creía que fuera complejo encontrarlo, podía apostar que era el Toyota del 2019, alguien tan joven como él podría permitirse algo así. Heeseung se veía pulcro, bien vestido y aunque no lo quisiera admitir, era atractivo.

Dos sonidos agudos lo sacaron del trance, Heeseung estaba con la llave en alto y cuando volteó a ver su auto, era un Hyundai último modelo.

Era el carro que vio en los anuncios de la televisión. Recordaba la admiración con la que había visto el auto, tan simplemente elegante y perfecto. Y ahora lo tenía frente a él.

—¿E-este es tu auto?

Heeseung sonrió con diversión—. Sí, anda sube.

Se apresuró y le abrió la puerta del copiloto, sin esperárselo Sunoo se sonrojó y entró. El alfa entró después y ambos estaban listos para ir a la casa del menor.

Roomie ; SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora