XIV

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Capítulo 14: "Ladrones de lápices"

Era martes, y como bien sabía Sunghoon, era el día de estudio de Sunoo en la biblioteca, ya se había preparado mentalmente para cuando su cansado novio llegara a casa después de pasarse el día en la biblioteca estudiando la única clase en la que no podía sacar un 100.

Sabía que Sunoo no disfrutaba estudiar aquel curso porque no era netamente de carrera, por lo que lo entendía, en sus primeros ciclos tampoco la había pasado bien estudiando algo que no era de su total agrado, ahora, él podía darse el lujo de no sacar tan buena nota en aquellos cursos porque no tenía ninguna beca, en cambio, su pequeño omega sí y tenía que esforzarse más por ello. Así que trataría de aminorar la carga de ese día.

—¡Sunoo, ya está el desayuno!—. Avisó desde el pasillo, pues el susodicho se encontraba en su habitación.

No recibió respuesta y volvió a la cocina para llevar las tazas de café a la mesa. Por fortuna ese día tenía clases más tarde que Sunoo, lo malo es que llegaría después que él, tenía una reunión grupal para un trabajo de la universidad. En ese momento pensó que estaría bien, así le daba tiempo a Sunoo para que se relajara solo en casa.

—Hoy volveré un poco tarde, cielo, tengo un trabajo grupal—. Le avisó al omega que se sentaba frente a él.

— Está bien, yo saliendo de clase me voy a la biblioteca, el profesor dejó una tarea individual. Volveré a las ocho o nueve, cenaré allá, así que tú también come ¿okay?

Sunghoon asintió—. Espero te vaya bien, cariño, eres muy inteligente—. Le acarició el cabello suavemente, Sunoo sonrió sonrojado y asintió orgulloso.

Se dieron un corto beso después de terminar de comer y Sunoo se lavó los dientes para irse mientras el mayor recogía la mesa y lavaba los trastes.

—¡Ya me voy, nos vemos!—. Salió del departamento el menor.

Sunghoon no respondió sabiendo que no lo escucharía y siguió lavando los trastes, pensando en cómo había cambiado su vida.

Desde que se hicieron oficialmente pareja ya habían pasado dos semanas, sorprendentemente, Jake no le había vuelto a hablar, ni nadie había ido a llevarse a Sunoo. Concluyó que todo había sido algún tipo de mentira por parte de su primo para que se alejaran Sunoo y él. No deseaba pensar en eso, pero no podía evitarlo, a veces fugazmente su mente creaba escenarios donde lo separaban de su linda omega y eso le alteraba. Pero siempre se controlaba ¡no era real!

Se alistó para salir cuando vio que eran las doce de la mañana, salía de clase a las seis de la tarde para luego ir a su reunión.

Cerró con llave la puerta y se dirigió al ascensor, estando en él pensó nuevamente en el omega, algo le estaba preocupando y no sabía que era. Tenía una pequeña sensación de que algo iba a suceder, y no le gustaba para nada, el ascensor se abrió. Mientras que por la otra parte, el dueño de los pensamientos del alfa, salía tranquilo del ascensor hacia su segunda clase, en su mente repasaba las fechas y acontecimientos que iba a necesitar para la clase de aquel día, era de tres horas, la cual no aguantaría si no fuera por el sagrado receso que brindaba la profesora a la mitad.

Se sentó en el medio, lado izquierdo, ni tan lejos ni tan cerca, donde siempre tenía buena visibilidad a la pizarra y encima había buena ventilación. Era su asiento de oro. Abrió su cuaderno anillado negro, acomodó los lapiceros que iba a necesitar y su agua, listo para cuando llegara la profesora.

Roomie ; SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora