VIII

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Capítulo 8 "Ni-ki, el joven alfa"

Tenía demasiadas preguntas pero el resentimiento por el alfa era más fuerte que su curiosidad, ya habían comenzado las clases y casi no veía a Sunghoon. Se iba muy temprano, cuando regresaba solo se metía en su habitación. Así que Sunoo creyó que el mayor comería afuera y hacía de su vida como si no tuviera a nadie en casa.

Si quería evitarlo en vez de pedirle disculpas, él no estaba dispuesto hacer nada. No le hablaría tampoco, sólo serían unos meses y se iría a otro lugar. Podía soportarlo.

Al igual que podía soportar las clases del profesor de neuropsicología. Eran las más difíciles que tenía hasta ese momento, y no porque fuera un mal profesor. Lo que hacía complicado el curso eran los distintos nombres, procesos y neurotransmisores que había que aprender. Pero le gustaba y eso bastaba para soportarlo.

Por otro lado, no había hecho amigos aún. Había hablado poco con sus compañeros, a veces para trabajos grupales pero nunca pasaba de eso. Ellos no se interesaban en él y viceversa. Aún así, le pesaba no pasar el tiempo con nadie. Ya podía ver grupos de amigos formarse mientras él estaba solo todo el tiempo.

Se sentó en una banca vacía que se encontraba en las zonas verdes del campus. Ese lugar central donde todas las personas de todas las facultades terminaban para luego irse a casa o  a la gran cafetería. Estaba fascinado por la infraestructura de su universidad, había de todo.

Lo único que lamentaba era haberse sentado en esa banca justo cuando algunas clases habían terminado. Y para mala suerte de él, pudo ver a un grupo de chicos pasar cerca de él. Claro que entre esos jóvenes altos, con cuerpos más grandes que el suyo y atractivos, estaba Sunghoon. No lo entendía pero los alumnos mayores eran más guapos que los de su misma clase. De igual manera, no debía irse por la tangente ¡se supone que estaba enojado con Sunghoon! Ese tonto alfa ni se había percatado de su presencia.

Casi refunfuñó cuando lo observó caminar tan tranquilo con sus amigos mientras bebían...¿qué era eso?¿Iced Americano? No le dio importancia. Quiso levantarse cuando un brazo lo detuvo, se había posado con un poco de tosquedad en su hombro.

—¡Oye, tú! Llevo un rato buscándote.

Giró a verlo, y se encontró con una sorpresa inesperada.

Era un chico, parecía un poco mayor, de sonrisa perfecta, facciones definidas. Sus ojos eran algo pequeños pero a Sunoo le parecieron lindos. Tenía el cabello rubio un poco largo y con un look despreocupado que siempre le gustó, su cabello se partía a un lado con volumen. Observó sus labios, eran carnosos y habían un aro color negro rodeando el lado izquierdo. Pudo ver como jugaba con él mientras esperaba su respuesta.

¡Ah sí su respuesta!

— ¿Eh, estás seguro de que me buscabas a mí? —. Soltó desviando la mirada, apenado por haberse quedado embelesado frente al extraño.

— Se te cayó esto, idiota. Te estuve llamando pero no me contestabas.

Con su mano izquierda le extendió sus llaves. ¿¡SUS LLAVES?! ¿¡En qué momento se habían caído?!

—Muchas gracias, me salvaste.

—Bueno, si te salvé — Sonrió ladino—. ¿entonces me invitarás algo de comer como agradecimiento? —. Soltó con ojos esperanzados. Sunoo descompuso su expresión agradecida y lo miró perplejo ¡Que aprovechado!

— ¡Solo me pasaste mis llaves!

— ¡Vamos! Imagina todo lo que hubieras tenido que pasar si perdías tus llaves. Una comida no es mucho si lo comparamos con el precio de una nueva cerradura—. Comentó tratando de convencer al menor.

—¿No vas a dejar de insistir, verdad? —. Soltó cansado Sunoo.

— No.

— Bien, vamos a comer algo entonces—. Sunoo se paró. El de cabellos claros sonrió asintiendo.

—Antes de ir, déjame presentarme—. Jugó un poco con su piercing—. Me llamo Ni-ki, Nishimura Ni-ki.

— Oh—. Soltó sorprendido el omega—. ¡Eres japonés!

— Lo soy—. Le miró sonriente—. ¿Y tú eres...?

— Kim Sunoo.

Sunoo supo de que clase era el joven frente a él apenas se tomaron de las manos para darse un apretón. Era un alfa ¿pero era un dominante o recesivo? No tenía la certeza, sin embargo, Ni-ki se veía como un buen chico. También era su oportunidad de tener un amigo con el que contar ¿por qué no? Sería más llevadera la vida en Seúl con amigos.

Ambos caminaron a la par, silenciosos pero sin llegar a la incomodidad. Sunoo observaba las calles para recordar cómo volver mientras Ni-ki buscaba un tema de conversación interesante para ambos. Sus manos empezaron a moverse un poco ansiosas y se tocó el cuello buscando qué decir. Sinceramente, no era un chico de pocas palabras. Le gustaba hablar y más si se sentía cómodo. Trató de iniciar conversación pero no salía de su boca y no entendía el porque no se atrevía a hacerlo. ¿Qué le pasaba?

— Sabes, espero no me estés secuestrando o algo así, porque no soy tan bueno con las direcciones y no podría encontrar como regresar a la universidad—. Soltó impasible el menor mientras observaba con detenimiento Seúl.

Fue tan inesperado que no fue posible para el contrario controlar las carcajadas que le produjo, Sunoo se había encargado de romper el hielo entre ambos y lo agradecía. Se acercó y golpeó el hombro contrario, llamando su atención.

Sonrió grande, logrando que sus ojos se achicasen —. Podría serlo, pero depende ti.

El omega se confundió ¿cómo podría depender de él si prácticamente por su insistencia es que estaban yendo a comer?

—Si me invitas una buena comida, entonces no te molestaré más.

—Es un trato—. Respondió gracioso—. Mira, ahí hay un lugar, vamos.

Lo dos jóvenes conversaron durante horas, bromeando sobre las cosas que habían sucedido a lo largo de sus vidas. El omega había carcajeado muchas veces en el tiempo que habían estado en el restaurante, se sentía muy cómodo con el mayor y este parecía no tener ninguna mala intención. Por el contrario, al salir del local, lo llevó hasta su salón y se fue después de pedirle que lo esperara para que se fueran juntos.

Sunoo no lo sabía pero el huracán de emociones más fuerte de su vida estaba cada vez más cerca. Y él no podría hacer nada para evitarlo.

Roomie ; SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora