XI

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Capítulo 11: "Porque el destino me eligió para ti"

El agradable aroma del café hecho un sábado en la tarde estando un invierno tan frío como el que pasaban, era tan acogedor. Exhaló al sentir la cerámica caliente entre sus dedos, tomó un sorbo con cuidado de no quemarse los labios.

—Gracias—. Pronunció observando al de cabellos oscuros, estaba acomodándose debajo de la manta tratando de no tirar ni una gota del chocolate caliente que se había preparado.

—No hay porqué, de todas maneras no pago alquiler porque te hago café—. Bromeó antes de tomar un sorbo de su bebida. Tomó el control de la televisión, teniendo como objetivo prenderla y ver algo en Netflix.

—No digas porque es probable, que por alguna cuestión del destino, o por la sagrada línea del tiempo, que termines por cocinar todos los días—. Respondió el mayor sin dejar de observar su computador. Carcajeó al escuchar un gimoteo del omega, la conversación terminó ahí pues Sunoo comenzó a ver una serie y Sunghoon terminaba un trabajo de la universidad.

—El otro día ví que te fuiste del campus con alguien—. Soltó neutral el mayor sin dejar de concentrarse en su trabajo, la curiosidad había estado carcomiendo su interior por días y ahora que tenían tiempo libre para hablar, tenía que saber.
No quería darle tanta relevancia a la pregunta, pero al parecer, Sunoo captó que sí le interesaba y mucho.

—Pues...—. Con una sonrisa maliciosa respondió—. Es un amigo cercano, hemos salido un par de veces. ¿Simpático, verdad?

Sunghoon lo observó incrédulo, con una ceja alzada—. Sí, claro. ¿De audiovisuales o diseño gráfico?—. Preguntó gracioso mientras terminaba de escribir la conclusión de su trabajo.

Sunoo se sorprendió ¿cómo...?

—De diseño gráfico entonces, tu cara lo dijo todo—. Carcajeó con ganas.

—No tiene que ver su carrera si es simpático o no—. Respondió enfadado el menor, prácticamente se estaba burlando de su nuevo amigo y no le gustaba para nada.

—Lo sé, pequeño, pero no vas a negarme que los de diseño gráfico son particularmente...acaparadores de atención, en nuestra universidad.

Guardó el trabajo y lo subió a la plataforma para luego apagar y cerrar la laptop. Le dio dos grandes sorbos a su café y aún no había respuesta del menor, sonrió triunfante.

—Para mí ellos son geniales, parecen conocerse mucho, por eso saben que es lo que les gusta y por ello son tan "particulares", la mayoría de nosotros usamos ropa "común" porque no sabemos cuál es el estilo que más nos gusta, pero créeme que si lo supiéramos, entonces ellos no serían tan particulares.

Casi se atraganta con la respuesta del menor—. No puedo debatir contra un psicólogo porque siempre le buscas la explicación, no me simpatizas.

—Ah yo no diría lo mismo, si te has venido a sentar a mi lado.

Sunghoon asintió, tapándose más con la manta que él omega tenía—. ¡ES MÍA, SUELTA!

—No—. Respondió el otro jalando más la manta.

Tiraron de la manta entre insultos y risas hasta que Sunghoon estuvo echado en el sillón, con el omega arrodillado tratando de tener la manta con toda la fuerza que tenía.

—No vas a ganarme, Ddeonu.

Sunoo se sonrojó con el apodo pero no dejó de tirar y cuando sentía que estaba por lograrlo, el alfa tiró con aún mayor fuerza obligándolo a caer encima suyo.

—Te lo dije...—. Susurró en su oído.

Sunoo sintió el color apoderarse de sus mejillas y sintió a su corazón acelerarse con la mirada que le estaba propinando el alfa. Esa mirada tan profunda, llena de ambición, quería admirarla por tanto tiempo pero algo más llamó su atención.
Los labios de Sunghoon estaban a escasos centímetros de los suyos, rosados, carnosos y tan apetecibles. Quería sentirlos sobre los propios una vez más.

—Sunoo, yo...—. Soltó débilmente sin dejar de observar sus labios. Quería besarlo, tenía unas grandes y malditas ganas de probar esos labios nuevamente.

—Sí.

No esperó más para posar sus labios con delicadeza sobre los ajenos, estaban dulces y tibios gracias al chocolate. La parsimoniosa forma de besarse, comenzaba a encender algo en ambos. Una flama pequeña de lo qué tal vez en esta ocasión, podríamos llamar...amor.
Esa chispa de deseo que se combina con cariño, respeto, protección, no había nada más que ellos pudieran hacer al respecto.
Fue en aquel mágico momento en el que Sunoo y Sunghoon empezaron a sentir amor, sus almas conectaron volviéndose una.

Eran destinados.

Sus amorosos besos continuaron dándole un paso más a sus deseos carnales, quien dio el siguiente paso fue el mayor posando su fría mano dentro de la camiseta ajena, buscando quitarla del camino y así fue.

—¿Alfa, vas a hacerme tuyo ahora?

—Tu eres mío, omega, te reconocí...—. Soltó con los ojos cegados por la necedad de marcar a su omega.

—Y yo a ti—. Ronroneó el omega, besó la mejilla del mayor, buscando su contacto con desesperación.

Ellos no lo notaron en aquel momento, pero su unión los había inducido a entrar en celo ¿será algo de lo que deban preocuparse?

Ellos no lo notaron en aquel momento, pero su unión los había inducido a entrar en celo ¿será algo de lo que deban preocuparse?

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Cortito pero contundente😈

Quería agradecerles nuevamente por todas las buenas vibras que le han dado a la historia. No saben lo feliz que me hacen✨ La sección de comentarios siempre me saca sonrisas y carcajadas, los tkm💖

¡Iré escribiendo más! ¿Qué creen que pasará?¿Ya vendrá la hora del fruti delicioso o aún no? Lo veremos en el próximo capítulo porque ni yo sé🤩

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Roomie ; SunSunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora