XV – El Azulejo
Neji iba practicando en su mente lo que le diría a Hinata. No quería delatarse con palabras demasiado amables, frases imprudentes en las que cualquiera hubiese logrado percibir el amor escondido. Pero lo cierto es que esta sería la mejor oportunidad que tendría para disculparse y hacerle saber que quería empezar de cero. El cariño puro que le palpitaba dentro, lo forzaba a buscar concilio a costa de su orgullo (un precio alto, pero justo) y debía pagarlo si quería volver a tener paz con su alma. Porque las noches nunca volverían a ser tranquilas, azules, si no se liberaba de la culpa por haber herido a su prima. El fantasma de Hinata llorando contra las esquinas de su dormitorio, esa que le tenía miedo. Y el espectro de Hinata hilvanando uno a uno los pecados, las faltas, los agravios cometidos y cobijándolo con ellos a modo de buenas noches. Ambas, lo atormentarían hasta el día en que una rosa floreciera dentro de su boca para anunciarle muerte. Eso si no remediaba el conflicto cuanto antes.
Gracias a Tenten, Neji Hyūga llevaba entre manos una excusa aceptable para acercarse a Hinata sin que resultara antinatural y extraño para sí mismo. Claro, su prima habría amado que él le dirigiera la palabra, aunque solo hubiera sido para algo tan trivial como pedirle la hora o decir que una nube estaba bonita, pero eso, al chico listo no le quedaba claro.
Entonces, realineándose con sus pensamientos; debía comunicarle a Hinata que la quería y estaba dispuesto a dejar en el pasado todos los problemas, al mismo tiempo, no sonar como si estuviese enamorado, tener tacto para no oírse apático y, si quedaba ocasión, disculparse por su pasada conducta. Ya que de hecho, hasta la fecha no había conversado con la princesa acerca de ello directamente. Esos eventos eran tensión e incomodidad acumulada que más tarde o más temprano hacían llorar a Hinata, como pasó cuando se torció el tobillo apenas unos meses atrás, por no mencionar la pequeña riña que habían sostenido días antes en horas de entrenamiento.
«Seguro que permaneciendo callado disminuyo las posibilidades de pasar vergüenza» pensó ajustando el lente de la cámara y sacando la última foto para el álbum «Tenten no dijo nada de que no podía guardar silencio, pero sintiéndome como me siento, sería desproporcionadamente estúpido inclinarme hacia esa opción». Un suave aleteo desapareció entre las copas de los árboles. Neji cogió el libro y en la última página pegó la imagen nítida que acababa de obtener. Se sentía raro andar dando vueltas por la montaña, al menos sin sentarse a meditar entre los árboles, luego volvería para eso.
Iba a adentrarse un poco más en la espesura cuando escuchó la voz de Hinata en la parte baja de la ladera. Perseguía con desesperación a algo o a alguien, corría sin miramientos, perdía el aliento. A Neji no le dio ni tiempo de extrañarse por la presencia de ella; de pronto, un azulejo se alzó entre los árboles y bajó en picada a sus manos. Era Zul, estaba alegre y llevaba triunfante en el pico un pequeño pasador de cabello, adornado por un copo de nieve artificial.
—¡Zul! ¡Vuelve aquí! —llamaba Hinata desde abajo, el eco de su voz en ascenso indicaba que subía la ladera a toda prisa—. ¡Si vienes te daré semillas de girasol! ¡Lo prometo!
Neji reconocía la prenda, se la había regalado él antes de la maravillosa tragedia, cuando era un niño feliz, normal y tranquilo. No lo recordaba, pero ahora que lo tenía entre manos, le costaba reaccionar. Fue como un golpe dirigido a la boca del estómago, como si ese niño que había sido le estuviera echando en cara que ni el paso de los años pudo borrar la fatídica sentencia e impresión de aquel día bajo la nieve "Hinata-sama es... muy linda, ¿no?"
—No le debería dar las semillas de girasol, solo lo mal acostumbra —dijo Neji, regañando tanto al ave como a Hinata, cuando tuvo a esta última delante de él—. Le acaba de robar algo, ¿no es cierto? —Tendió la mano y entregó a la princesa el pasador—. Merece escarmentar.
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Silhouette ㊙
Fanfiction[NejiHina] Hinata Hyuga vive con la latente preocupación de que su primo la detesta. Se lo demuestra durante los entrenamientos, las misiones, las reuniones de clan. Casi nunca deja pasar una oportunidad para ser cruel con la joven kunoichi. Sin emb...