Era demasiado temprano para que en el complejo de los Hyūga hubiese una sola alma despierta, para que hubiese un solo ruido en los jardines fuera del murmullo de las hojas al caer, para que el cielo comenzara a aclarar. Era demasiado temprano si quiera para existir fuera del mundo de los sueños aquella silenciosa madrugada del 3 de julio.Pero allí estaban Hinata y Neji en la habitación de la primera nombrada, teniendo conflictos desde esas horas. Aunque pensándolo bien, conflicto quizás era una palabra demasiado fuerte para lo mínimamente interesando que podía estar Neji en discutir con una lesionada, caprichosa y nerviosa Hinata.
—¿Cómo que no?
—No —dijo con monotonía el genio de los Hyūga—. No le puede decir a nadie que hoy es mi cumpleaños; sería incómodo. No, no puede hacerme un regalo; no lo necesito. No, no puede hacerme una fiesta; las odio. No, no puede salir de cama; está herida. Y por quinta vez, no, no puede abrazarme —ya lo llevaba azul de tantas preguntas.
A su parecer la chica tenia un escándalo innecesario con la fecha.
—¡Entonces podrías ir a entrenar y dejar que Natsu me cuide hoy! —estalló sintiendo que formaba parte de una terrible injusticia si no hacia algo para evitar que su primo desperdiciara su décimo cuarto cumpleaños como guardián de una niña que no sabía, ni podía (literalmente) caminar sobre sus dos pies. Desde luego él era su protector, pero eso no significaba que las cosas debían llegar tan lejos.
El joven cerró los ojos con suavidad y exhaló lentamente, se hallaba sosteniendo una pelea sin sentido por un número cualquiera del calendario. No compartía en nada la visión de Hinata.
—¿Dijo ir a entrenar? —inquirió Neji abriendo un ojo para observarla—. ¿Y arriesgarme a que Hiashi Hyūga pulverice mis neuronas con un simple movimiento de dedos? ¿Está usted tratando de que me maten? No estoy bajo sus ordenes, Hinata-sama, estoy bajo las de él. Por consiguiente no hay nada que pueda intentar, hacer, decir o pensar para cambiar mi forma de parecer.
—Sientes que tienes una responsabilidad que cumplir conmigo, entonces mañana te puedes preocupar por eso... —juntó sus dedos en ese tímido gesto—. No digas eso, no quiero que mi padre te haga nada, pero tampoco quiero que me ate a ti cuando es evidente que tienes mejores cosas que hacer. A-Ademas, todo es mi culpa, si yo no hubiese ido tras esa mariposa no me hubiera caído y no estarías tú aquí, cuidándome...
«como siempre, como todo el tiempo»
—Sí, eso puede que sea cierto —reconoció—. Pero creame, no es desagradable pasar el día ante su presencia. Usted, por lo general, sabe guardar silencio y ser respetuosa. Unas características encantadoras que no comparten muchas de las personas de mi entorno. Agradezco poder estar en paz un rato.
—¿Lo dices en serio? —la tímida voz de Hinata transmitió ligeros aires de ilusión, mientras sus manos se refugiaban en el pecho.—. ¿Crees que soy encantadora? ¿No te aburres con mi compañía?
Ella, que no representaba desafío alguno en combate durante una práctica o batalla real. Ella, que fracasaba delante de él en las clases de etiqueta. Ella, que era una inútil a los ojos de su padre y necesitaba de un guardián. Ella, que solía quedar con las palabras atrapadas a mitad de la garganta sin fuerza en la voz para opinar o protestar. Ella que se ponía roja como si fuese cuestión de vida o muerte y que temblaba ante el más mínimo de los regaños. Con sus innumerables actitudes temerosas, su naturaleza asustadiza y su ansiedad social, pese a todo eso, él, Neji Hyūga, le había dicho que era encantadora.
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Silhouette ㊙
Fanfiction[NejiHina] Hinata Hyuga vive con la latente preocupación de que su primo la detesta. Se lo demuestra durante los entrenamientos, las misiones, las reuniones de clan. Casi nunca deja pasar una oportunidad para ser cruel con la joven kunoichi. Sin emb...