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Sesenta y siete

El corazón de Taehyung latía demasiado rápido, estaba muriéndose del miedo, sus piernas temblaban y sentía que en cualquier momento vomitaría.

-Buenos días Señor Kim- varias personas replicaron al verlo pasar.

Claro que eso le daba mayor estatus, como es que al verlo se inclinaban en saludo, pero Taehyung en el fondo sabía que a pesar de que lucia como alguien con poder en realidad no era nadie cuando estaba frente a su padre.

Como es que a pesar de que dicha empresa le pertenecía a su abuela, todo aquello parecía pertenecerle a aquel hombre.

Había intentado retrasar en lo más posible llegar hasta su padre sin embargo luego de subir al ascensor entendió que eso ya no era probable.

La secretaria de su padre lo había saludado, y ni siquiera le preguntó si tenía una cita previa, era el hijo del jefe, y casi parecía tener tanto poder como él mismo, así que solo entró.

Fue así como es que al entrar había encontrado a su padre frente al computador.

El mismo había levantado su mirado saludándolo de reojo, mientras Taehyung empezaba a imaginar cómo sería desmallarse en medio de la conversación y lo cuestionable que serían sus palabras si eso pasaba.

-¿Necesitas algo?- Le había cuestionado mientras volvía a llevar su mirada a la computadora -tengo demasiado trabajo y estoy ocupado.

-No tardaré mucho- expreso mientras suspiraba y tomaba energía -Solo venía a decir que no me casaré, lo siento pero no lo haré- y era la primera vez que se lo decía así.

Muchas veces, había actuado de diferentes maneras, haciendo cosas que harían que su supuesto compromiso se acabara, pero Eunji también era muy firme y claro que jamás cedió, así que ahora se lo dijo para que no hubieran más rodeos.

-Lárgate, no quiero escuchar estupideces- había replicado el hombre negando con la cabeza, era claro que veía aquello como solo otro reproche de su hijo, el cual sólo necesitaba pensar un poco para aclarar ideas, después de todo siempre recapacitaba.

-Habló enserio... es mi decisión y no daré vuelta atrás- replicó mientras giraba su cuerpo para irse, sin embargo a diferencia de otras veces, aquella firmeza, y como es que ni siquiera le daba explicaciones le habían parecer como si esta vez sus palabras fueran más allá que en otras ocasiones, y eso molesto al hombre.

-¡Maldito maricón!- le había expresado mientras se levantaba de la mesa y golpeaba sobre la misma -otra vez con tus pendejadas... sal de esta oficina y olvídate de que eres mi hijo, te parece divertido tener que llamar la atención constantemente, supongo que tienes mucho tiempo o no, porque nunca haz tenido que trabajar en tu vida, no sabes cuanto cuesta ganarse el dinero... anda ve y haz todas esas cosas de maricas... pero quiero que sepas que no tendrás más dinero, crees que te aman, haber si aman a un mocoso bueno para nada sin dinero, y te lo recalco para que entiendas, no verás nada más de dinero y olvídate de tu herencia... déjate de tontería y discúlpate.

Pero la decisión había sido tomada.

Y a pesar de que lo había intentado, Taehyung aceleró sus pasos tanto como pudo, pero al llegar a su auto y mirar su rostro en el espejo noto como es que sus lágrimas habían empezado a caer, no sabía si alguien más lo había notado.

Pero quizá no importaba más ya.

Porque sabía que su padre no solo decía esas palabras por decirlas. Él hablaba enserio y si decía que el tiempo en el que Taehyung vivía cómodamente se había acabado, tenía razón y haría lo posible para conseguirlo.

Pero lo que también asustaba a Taehyung era que después de todo, ahora el había sido quien concluyó dicha relación, no sabía si Ann y Jungkook lo aceptarían otra vez.

Quizá después de todo lo había jodido todo, pero aun así de cierta manera se había sentido bien decirle aquello a su padre, no lo haría, y ya lo había decidido.

Así que mientras conducía, había optado por realizar el último gasto antes de que su tarjeta fuera cerrada.

Porque estaba seguro que su padre lo haría.

Como es que al final había parado en un lugar por el cual pasó en muchas ocasiones imaginado cómo se sentiría al entrar ahí.

Y claro que ese no era exactamente el caso, su corazón dolía, pero sabía que tarde o temprano sanaría.

No tardo mucho, siempre había imaginado cómo luciría al compararlo.

Quizá después de todo su último gasto haría que su padre se enfadara más. Pero muy poco le importaba ya.

Porque a pesar de que Taehyung siempre fue alguien que sentía que iba y regresaba, esta vez, no lo haría, no volvería a donde una y otra vez lo habían insultado, donde no permitía que él fuera feliz.

Así que llegó al lugar donde realmente se había sentido querido.

Estaba avergonzado y ni si quiera sabía cómo empezar.

Pero ella lo miro.

Por ahora ni siquiera pidió explicaciones, Ann solo se había lanzado a sus brazos, como un barco a la deriva, ella aun no sabía si esta vez las cosas resultarían, ni siquiera sabía si esta vez no saldría lastimada, pero no podía negar que lo amaba.